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Pasado 2 meses. - La calma antes la tormenta-

POV de Hoseok

- Como sigues? - mire al chico frente a mi. Su cabello había cambiado de color. Estaba rojo, un rojo feroz. Miraba hacia la nada y en su mano tenía un cigarrillo. Tenía tremendas ojeras, no había podido dormir después del entierro de su mejor amigo, y lo entendía. Jungkook lo había criado a pesar de ser más pequeño que el. Jungkook lo había alimentado cuando no había comida para ninguno de los dos. Y su vida había sido arrebatada.
- Estoy bien - hablo frio. Me sente a su lado en el balcón, hacia mucho frío por la llegada de invierno. - Crees que - Era la primera vez que se comunicaba conmigo. - Crees que haya sido correcto dejarlo ir? - preguntó. Sabía que sus ojos estaban llorosos pero su capa lo cubría un poco. - Crees que yo pude haberlo salvado? - preguntó, apagando el cigarrillo. Una sonrisa se posó en mis labios. Saber que Jungkook siempre permanecería en nuestros corazones era algo grande. Negué con mi cabeza y puse  mi mano en su hombro.
- No Tae - aseguré. - Esto fue lo mejor que pudiste hacer - el chico volteó su rostro para mírame. Una lágrima había caído. - El está en un mejor lugar - agregué. Mejor que este lugar, horrible de pesadillas y personas que solo quieren destruir. El chico asintió para de nuevo mirar de frente.
- Lo extraño - sollozó. - Lo extraño demasiado - y era cierto. Desde el entierro del chico Taehyung no había descansado, lloraba todas las noches, pasillaba por el cuarto, se fumaba varias cajas de cigarrillos algo que el nunca había hecho y llamaba el nombre de Jungkook. Prometí no separarme de él, tenía que cuidarlo y demostrarle lo mucho que es apreciado y lo mucho que todos lo queremos. Jin, Halley, Eight y yo. El se recuperaría, con tiempo pero lo haría.

- Donde están los demás? - pregunto bajando su capa, la brisa hacía que su pelaje se quitara de su frente.
- Jin está resolviendo algunas cosas con Eight - hable para mirarlo. Su rostro era perfecto. Jin y Eight habían dejado de discutir cómo lo hacían cuando estábamos nosotros tres. Fue difícil para Jin dejarlo vivir con nosotros pero aún así lo pude convencer. - Halley - suspire y el chico me miró. - Esta con Jimin - una pequeña sonrisa se posó en sus labios.
- El caballo está celoso? - pregunto y yo reí. La verdad si lo estaba. Pero no podía hacer nada al respecto, prometí estar feliz si ella también lo estaba. Negué con la cabeza para mirarlo.
- Si el chico no le hace daño, estaré bien - asegure parándome de la silla. - Ya entra, está muy frío y no quiero que te congeles aquí solo - agregué y el chico asintió pero no se paró. Lo haría en unos segundos, no podría contra el frío.

Entre hacia la habitación y quite el polo que traía para quedarme en pantalones cortos. Me mire al espejo. Tenía una herida ya cicatrizada en mi hombro, borro un poco de uno de mis tatuajes favoritos. Mi cabellera negra estaba más larga y mi cuerpo ya no estaba tan fuerte como antes. Pero aún así se veían mis músculos. Recosté mi cuerpo de mi cama. Yo tampoco podía dormir bien. No solo a Taehyung la muerte de Jungkook había afectado, si no a todos y cada uno de nosotros. Suspire hondo. Nunca podía cerrar los ojos y no pensar en lo que Namjoon había dicho sobre mi hermana. Como que me amó más que a él? Como que el la protegería? Y nunca falta al terminar de escuchar esas palabras el disparo que atravesó su cabeza, se repetía en mi memoria. Taehyung con sus manos temblorosas sin creer lo que acababa de hacer. Mi pequeño Tae. Jungkook estaría orgulloso de ti.

Miré hacia mi izquierda donde se encontraba una foto de Taehyung, Jungkook y yo. Fue antes de que me fuera. Los tres estábamos jóvenes, aún no nos habíamos metidos en tantos problemas. Pero ya habíamos crecido y uno de los tres se había ido al cielo. Sabía que Taehyung lograría ser más fuerte con Jungkook a su lado, el era su ejemplo a seguir y ahora más con lo que le a pasado. Nunca olvidare cuando volví y su pelo estaba color rojo feroz, el mismo color de pelo que tiene Taehyung en estos momentos. Sabía que se lo había teñido por su amigo. Sabía que todo lo que hiciera o hará será por Jungkook...

POV de Halley

Estaba cansada. Muerta. Exhausta. Decepcionada. Triste. Y un sin número de verbos que podría mencionar. Jungkook había dejado un espacio vacío en mi alma a pesar de no ser tan cercana él como los chicos, me dolía. Mina al vernos lloro muchísimo. Especialmente cuando vio a Jimin. La señora más viejita que la última vez que la habíamos visto, nos esperaba con sus débiles brazos abiertos. El día después del entierro de Jungkook, ella murió de un infarto. Ya estaba demasiado viejita para continuar.

Jimin se habia pasado varios días encerrado en su habitación. Esa señora había sido alguien especial para el. Más que eso, ella era su mamá.  Ella llegó a controlar a su padre en su interior para que no asesinara a nadie más, le alimento cuando estaba de malcriado. Ella era todo para el y decidió dejarlo. Le daba gracias a los cielos que el entendía, pero sabía que necesitaba tiempo a solas. Aunque aveces me dolía verlo no comer, aveces hablaba solo y aveces no quería verme. Pero lo entendía. Estaba destrozado.

- Hall? - hablo saliendo de su agujero negro. Levante mi cabeza rápidamente y lo vi. Traía uña pijama de seda blanca y su cabello rubio hecho un desastre.
- Aqui estoy - aclare y pude ver en sus ojos claros decepciones y dolores. Camine hacia donde estaba para abrazarlo.
- Gracias - lloró. Intentaba mirar su rostro pero lo ocultaba en mi hombro. - Gracias... por no dejarme solo y - lo callé antes de que continuara.
- No te dejaré nunca Park - una media sonrisa se posó en mis labios. Decía la verdad. El era el amor de mi vida, siempre lo fue.
- No mientas Hall - sollozó y apretó el abrazo.
- No digas eso, algún día te iras - sus lágrimas mojaban mi hombro desnudo. Besé la coronilla de su cabeza y negué. Mis manos se colocaron en su rostro y lo levante para que me mirara.
- Estaré contigo por siempre - terminé para besar sus labios, mojados con agua de sal de todas sus lágrimas y pude ver como una pequeña sonrisa se puso en sus labios.

...

Final feliz? Pues... no lo creo.
- Donde diablos están todos? - escupió, su pierna ya estaba mejor pero caminaba como un cojo.
- Aqui Señor - hablaron desde la puerta para mirarlo sentado en su escritorio.
- Necesito la ubicación de cada uno de ellos - hablo seco mirando su vaso de cristal que tenía whiskey. Pasaba sus dedos por la iniciales que estaban incrustadas en el vaso. 'Rm'.  El chico asintió y salió por la puerta.

Yoongi estaba un poco más libre la verdad, ya no tenía que obedecer ni hacer mandados de nadie porque el ponía los suyos. Pero el se prometió ser peor y no tener piedad de nadie. Pero por ahora descansaría, descansaría para que su plan funcionara. Los haría creer que estaba muerto o que ya se había rendido pero todos conocemos a Suga y una cosa es que... el chico nunca... nunca se rendirá. Quería confesarle todo a Hoseok para luego matarlo, hacer que le pidiera piedad. Pero lo haría con calma, haría a su compañero muerto orgulloso, no lo decepcionaría. Y para eso tomaría su tiempo...

EUPHØRIAWhere stories live. Discover now