Capítulo 13

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Ayer fue un día lleno de emociones, recibir los resultados positivos de esa prueba me pusieron al borde del colapso nervioso, pero las palabras de Richard me consolaron, Antonella es nuestra hija.

El tiempo en que el terror me apresó fueron los peores minutos de mi vida.

Richard supo consolarme de inmediato, no sólo su amor físico, la promesa de que somos una familia y que estaremos siempre juntos es lo que me consuela en verdad.

Hubiera querido quedarme en casa con él, pero tengo que asistir a la oficina el día de hoy, Richard se quedó en casa alegando que no podía estar de pie, es un hombre rudo que no puede levantarse después de una buena jodida, me siento orgulloso de mi mismo.

Subí hasta mi piso, el que fue acondicionado para el departamento de lo familiar, en el que Kevin y David ya están instalados, Richard pretendía que siguiera ocupando su oficina, pero mi salud mental estaba en juego.

Como ya era costumbre Aaron me escoltaba a mi oficina, las amenazas a Richard aún no se detenían, por esa razón nuestras escoltas nos seguían a todos lados.

Nos recibió mi nuevo asistente, un joven egresado que al parecer tenía un flechazo no correspondido por Aaron, tendría que superarlo pronto o yo me buscaría un nuevo asistente.

- El señor Brooks lo espera en su oficina.

El chico parecía nervioso, incluso se veía un poco pálido, Aaron notó su actitud y llamó a mis hombres, cuatro de ellos me rodearon.

- ¿Richard está en mi oficina?

- No, el señor Michael Brooks.

Michael Brooks, nada bueno augura su visita.

Entré a mi oficina seguido de mis hombres, el señor Brooks estaba sentado en mi silla dando la espalda a la puerta, dándome la espalda a mí.

- Señor Biagio, no me esperaba tan... belicosa bienvenida.

- Me gustaría pedirle que se ponga cómodo, pero veo que ya lo hizo.

El señor Michael se dignó a girar la silla para verme, llevaba un traje oscuro de tres piezas que acentuaba el color de sus ojos verdes, levantó una ceja al puro estilo Brooks

- Muy bien, ya veo que no hay nada de ese hombre tímido que llegó a mi casa la semana pasada.

- Seré el esposo de su hijo, tengo que estar a la altura.

El señor Brooks se puso de pie sin quitarme la mirada de encima, rodeó el escritorio apoyándose en el frente a mí cruzando sus tobillos, en una pose de clara indiferencia a mi posición en esta firma, obviamente esta es su firma, pero él está en mi oficina.

- Bueno, en ese caso nos ahorraremos la parte en la que le pregunto su precio y usted finge resistirse, aunque considerando la inversión que representa mi hijo, no me sorprendería que en verdad se negara.

Me hervía la sangre, cómo este hombre se atreve a intentar ponerle precio a su hijo, Richard no es ningún niño, es un hombre hecho y derecho capaz de decidir sobre sus relaciones, y yo no soy una puta con la etiqueta colgándome de un dedo.

- Fingiré que no escuche eso y le pediré amablemente que salga de mi oficina.

- Como también fingirá el no saberse copropietario de todos los bienes de mi hijo, legales e ilegales, o también me fingirá no saber que Richard es un poderoso capo de las mafias Rusas e Italianas.

Me sentía sorprendido, pero no se lo demostraría, no sé lo que este hombre pretende, pero si es alejarme de su hijo está muy equivocado si cree que puede intimidarme. Talvez no soy el hombre que él cree que su hijo merece, ni siquiera sé si esté de acuerdo en que sea un hombre con quien su hijo decidido casarse, pero en lo que sí parece estar muy cómodo era con la idea de mi hija en su familia.

Leyes del  Amor Libro 3Where stories live. Discover now