Capítulo 4

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Después del incidente volvimos a la oficina y Richard se concentró en la tarea de encontrarle una nueva guardería a mi hija, le dejé hacerlo confiaba en que encontraría el lugar perfecto para ella.

Como el resto de la semana no tenía donde dejarla me acompañaba a la oficina todos los días, Richard mandó traer una esponjosa alfombra y una mesa de centro baja, así Antonella dibujaba y pintaba mientras yo trabajaba, ya que Brooks se pasaba la mayor parte del tiempo jugando con mi hija y contándole historias fantásticas.

Cuando salía temprano de la oficina invitábamos a Richard a cenar y preparaba una deliciosa cena para los tres, nuestro primer fin de semana juntos les hornee un pastel de chocolate y Richard nos llevó al parque de diversiones en agradecimiento.

- Gracias por todo esto.

- No me agradezcas, el más feliz soy yo.

Richard cargaba a Antonella que se quedó dormida de cansancio, mientras yo cargaba todas las cosas que nos compró.

El día fue perfecto, subimos a todos los juegos familiares y Antonella estaba encantada corriendo por todos lados con su gorra para el sol de princesa, traía puesto un vestido de gaza que cubría casi todo su cuerpo parecía un hada, Richard resultó un excelente tirador y nos consiguió los mejores premios de los juegos, un hermoso unicornio para Antonella y un oso enamorado para mí, también nos compró algodón de azúcar y un montón de globos, tuvimos que dejar la mitad de los premios en la camioneta y volver al parque para seguir disfrutando.

Ahora estábamos cansados y felices sentados en una banca viendo el sol caer.

Richard me tenía de la mano, ya me estaba acostumbrando a sus demostraciones de afectos.

Supongo que es de esas personas que necesitan el contacto físico, aunque no soy tonto, él quiere acostumbrar a Antonella a su presencia y a mí también, está buscando más que convivir con nosotros, sus insinuaciones y caricias me lo demuestran, no me molesta, él no me desagrada como hombre y mi hija es feliz.

No creo que me esté conformando con esto, creo que quiero disfrutarlo también, sentirme consentido y cuidado por un tiempo no hará daño a nadie.

- ¿Que estamos haciendo?

- Creí que disfrutábamos del atardecer antes de ir a casa.

A casa, cada vez me sentía más cómodo con la idea de Richard en casa, me da seguridad, a veces me asomo por la ventana para ver a sus hombres fuera de la casa y ofrecerles un café o té, me estoy mal acostumbrando rápido.

Pero me refería a nosotros, a no negarle a las personas cuando preguntaban si somos pareja, en el supermercado, en la entrada del parque, incluso sus hombres lo pensaban.

- Me refiero a esto. – levanté nuestras manos unidas.

- No sólo quiero Antonella en mi vida, pensé que ya te habrías dado cuenta.

Yo únicamente soy el medio para llegar a mi hija, de pronto tengo celos de ella, para llegar a ella él está dispuesto a estar conmigo, estoy tan hambriento de amor que lo aceptaría con los ojos cerrados, pero tengo que pensar en ella, que pasará cuando él tenga el control de todo, ¿Me pedirá adoptarla y después de un tiempo se quedara con ella?

- ¿Al menos te gustan los hombres?

- Estudie en un internado varonil, créeme, nadie sale cien por ciento hetero de allí. ¿Y a ti?

Me encogí de hombros, no mentí cuando dije que después de Carol las mujeres me son indiferentes, cuando sentía la necesidad de estar con alguien escogía los hombres por decisión y comodidad, supongo que estaré mas cerca de la bisexualidad que otra cosa.

Leyes del  Amor Libro 3Where stories live. Discover now