13.

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—Jade—un pedazo de pan cayo sobre su hombre, reboto en la mesa y termino en el piso—. ¿Me oyes?

Leigh Anne lucia divertida, reprimiendo una carcajada entre sus labios pintados de un brillo rosado, el sol le daba en la espalda, haciendo resplandecer su cabellera larga y rulosa. Leigh era bastante guapa, con su piel oscura, el cuerpo curvilíneo y tentadores ojos. La morena era su mejor amiga desde secundaria.

—Te oigo—mintió. La verdad es que estaba embobada mirando a la chica rubia.

—No es cierto—la morena se río rodando los ojos—. Mirabas a Perrie.

Bufo, porque era cierto, tres años desde que por fin estaba junto  a la chica, bastante increíble de creer, pero así era, ahora, ya no habían más amores secretos ni falsas sexualidades, se amaban. 

—Leigh—regaño entre dientes.

En ese momento, la chica rubia paso frente a la mesa y agitó la mano en un saludo, sus labios se curvaron en una suave sonrisa y Jade no pudo evitar recorrer su cuerpo entero. Llevaba una franela negra y pantalones talle alto los cuales, le daban una buena vista a su trasero, era uno de los pocos días que su cabello estaba atado y se sintió un poco mal por no poder ver sus ojos debido a la gafas de sol. Se sentó junto a ellas, dejando un suave y cálido beso en la mejilla de su novia.

-¡Jade!—se sobresalto al oír su nombre—. ¿Sigues aquí?

—Sí.

Por supuesto que no, de tan solo verla la respiración se le iba, aún sentía los nervios colapsarla cuando estaba cerca. Su lengua parecía estar dormida y rehusada a responder, era lo que Perrie le ocasionaba, una corriente eléctrica que podría darle luz gratis a todo el país.

—Parece que el trasero de Perrie es más importante—la morena se quejó.

—Mi trasero siempre es más importante—la rubia sonrió con burla.

La chica a su lado lanzo una maldicion.

—Bueno chicas, basta de bromas—Jesy llegó a unirse a su almuerzo—. Ya casi nos graduamos, ¿Cómo se sienten con eso?

Era verdad, no había pensando en ese gran punto, faltaba un año para que por fin las cuatro lograran tener su título universitario. El camino fue largo, difícil, tal vez en alguna ocasiones frustrante, pero todo el esfuerzo se pagaba con tener un título en las manos. Leigh Anne seria una futura psicóloga, como Jesy seria abogada, Perrie había decidido por su amor a las matemáticas y Jade prefirió las ciencias.

¿Valía la pena luchar?

En ese momento podía responder esa preguntar, y la respuesta era un sí definitivo. Valía la pena luchar, por sus amigos, por su familia, por ella misma, incluso cuando dudo de lo que podía lograr, su sueño se hizo realidad, dio la guerra hasta el final y lucho con todo. Como su amiga había dicho, le demostró a Perrie todo lo que se estaba perdiendo al ser hetero.

Ya no habían más miradas a las distancias, ni más falsas excusas, podía besarla si quisiera, abrazarla cada vez que se le antoje, oírla reír, charlar sobre cualquier tema sin sentido.

Ahora Perrie era su futuro, y ya no habían más conflictos, ni problemas sociales, ya no había más duda. Podía verla a los ojos y ella lo hacía también, disfrutaba de verla, de su cuerpo, de la sensación de hormigueo que provocaba.

Tal vez no era para todo la vida, pero su amor era algo que nunca iba a olvidar.

×

Ups, uno más y pueden decirle adiós definitivo a esto, por fin.

Los veo en los comentarios :)

hetero |Jerrie.Where stories live. Discover now