𝐁𝐔𝐑𝐍𝐄𝐃 ━ ALFIE SOLOMONS

010.

Louise no se avergonzaría de admitir que se había preguntado cómo sería Alfie a puerta cerrada. Parte de su naturaleza era intimidante, pero ella había tenido la suerte de conocer su lado suave. Ambos tenían cierta intimidad y ella se preguntó cuál era el dominante.

Alfie cerró la puerta detrás de él y rompió el beso para dejarla en la cama. Él se quitó el chaleco con los ojos pegados a ella.

—No tienes que hacer nada que no quieras, amor.

—Tendrías que atarme para detenerme.

Ella replicó solo para irritarlo más. No había muchas dudas sobre su decisión. Fue difícil ignorar el atractivo. La prisa por decirle que lo amaba fue solo un paso. Quería expresarle amor físicamente.

Él se rió entre dientes y negó con la cabeza.

—Tienes mucho detrás de esos inocentes ojos de ciervo, ¿no?

—A la mayoría de las chicas como yo les gusta rebelarse—le informó tímidamente–. No todas somos vírgenes ruborizadas.

—Mhm... puedo ver eso ahora. Sin embargo, todavía estás suave.

Murmuró y se arrodilló a los pies de la cama. Sus manos callosas rozaron sus espinillas desnudas, sumergiéndose para tocar sus pantorrillas.

—No puedo decir que no estoy celoso de que otro tipo te haya tenido antes que yo.

—¿Estás celoso?

Louise se apoyó en los codos para mirarlo. Él gruñó y la agarró por los tobillos para acercarla más. Ella se sentó frente a él, dócil a su voluntad.

—Tal vez.

Admitió con brusquedad. Sus ojos se encontraron con los de ella. Él le dio una sonrisa tortuosa.

—Nunca habrá alguien más, Alfie.

Su confianza disparó una anticipación eléctrica directamente a sus pies.

—¿Es eso así?

Ella envolvió sus brazos alrededor de él.

—¿Y si no quiero a ningún otro hombre?

—Entonces has venido al jodido lugar correcto, ¿no es así?

Él sonrió y se inclinó para besarla.

Era como si el lado romántico de Alfie fuera su verdadero centro, incluso si hubiera sido descuidado durante la mayor parte de su vida. Se situó perfectamente en la línea de la compasión y la necesidad de poder.