Capitulo 53

212 12 4
                                    

El corazón estaba a punto de salirme por la boca, así de claro. Aun no sabía como de lejos llegaríamos los dos como pareja, y quieres que me vaya a vivir con él. Sudores, muchos sudores.

-Ahora si me lo permites, quiero ir a nuestra cama..

-Dirás tu cama.

-Que pronto será nuestra y disfrutar de tía, por que en menos de 48 horas te vas a Irlanda.

-Sabes que te sigo señorito Niall James Horan –se quedo expectante –que sus deseos hoy, son ordenes.

-Entonces quiero que me hagas unas alitas de pollo, con tres salsas y paratas fritas. Gracias cariño.

Se levanto del sofá y se fue para dentro de la casa, y allí me quede yo como una tonta, mirando hacia la nada, yo que me esperaban una noche de sexo desenfrenado, ahora para tenerlo según lo que parece tenía que darle de comer a mi novio. ¡Qué injusticia!

Después de mucho trabajo y de no saber nada de Niall desde hace mas de 50 minutos ya había acabado de hacer la cena y puesto la mesa, solo faltaba que el señorito se presentara en la cocina y comiéramos.

-¡Ya estoy aquí! –dijo entrando y sentándose.

-Menos mal, pensé ya que te pasara algo –nótese en mi la ironía.

-¿Qué te pasa?

-Que pensé que me dirías que querías sexo y no unas alitas de pollo con tres salsas y patatas fritas, así de claro –le dije ya un poco mosqueada.

-Todo a su debido tiempo cariño mío, todo a su tiempo.

                                                              *********

-Te echare de menos.

-Creo que van a ser las 5 semanas más largas de mi vida.

-Lo mismo te digo.

-Pórtate bien –le digo mientras acaricio su cara.

Aquí nos encontramos todos, los chicos de One Direction y su banda, Eleanor con ellos, y yo que en menos de 15 minutos salía mi vuelo hacia Irlanda, en donde estaría apenas unos 3 días.

-Venga, vete que vas a perder el vuelo

-No quiero, quiero quedarme contigo.

-¿Crees que yo no?

-Vale ya me voy, pero antes dame un beso ¿no?

Dicho y hecho, un beso. Cariño, ternura y delicadeza en un solo beso, y así es lo que me transmitía siempre que sus labios rozaban los míos.

The weight of fameWhere stories live. Discover now