Atrapados (Liza)

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Parecía completamente imposible, pero ya anochecía.

La noción del tiempo debilitó en cuanto Max me ofreció seguir explorando aquel despacho, con tal de no volver al edificio, y yo sin titubear, acepté.

Y al parecer nos habíamos desviado del tema principal, por que terminamos hablando de temas totalmente triviales durante toda la tarde, eso sí, aún seguíamos en el despacho, sin ninguna prueba contundente.

-¿Sabes? También recuerdo los tiovivos. - suspiró tumbado en la mesa vacía - recuerdo tardes en las que llegaba a mi casa, con dolor de tripa, tras comerme 5 algodones de azúcar de la feria. Dios era horrible.

Me reí, recordando la escasa vida que tuve, antes del caos de la guerra. Recordé cosas que pensaba haber olvidado.

Era algo agradable.

- Y bueno, cuéntame. ¿Como era tu vida en el secto...? - comenzó a preguntar, pero un sonoro trueno nos hizo girar a los dos, hacia la ventana, que ya no recibía luz solar, y apenas se podían ver las estrellas.

- ¿Crees que deberíamos volver ya? - me giré hacia él, esperando una respuesta.

-Esa pregunta te la debería hacer yo. Después de todo, si volvemos, deberías hablar con mi hermana. - se incorporó para observar mejor mis facciones.

-Lo se... y la verdad, me lo he pasado bien, no quisiera discutir con ella. Aunque supongo que es algo con lo que tendría que lidiar en algún momento.- bajé la voz ante otro trueno y el sonido de varias gotas chocando por todas partes.

-Bueno... de todos modos la opción de quedarnos aquí esta vigente todavía.

Le miré fijamente.

-Mejor no. No vaya a ser que vuelvas a pensar que quiero darte las gracias de maneras indecentes. - sonreí burlesca.

Una gran carcajada salió de su garganta, recordando la noche de la discusión.

-Si, lo siento. Ultimamente estaba siendo un imbecil. Es simplemente... no sería la primera vez. Aunque claro no quiero justificarme con eso tampoco.- desvió la vista al suelo, al parecer avergonzado.

-Está olvidado. Además, deja de disculparte. Así pierdes tu aura de chico malo e intangible.

-Bien, en ese caso, no me arrepiento de nada. - se sentó en la mesa, volviendo a su fachada misteriosa.

- Bien - reí

-Bien- sonrió.

Entonces, las gotas que antes emanaban un suave sonido, ahora se trataban de pedruscos que caían con fuerza e impactaban con todo.

Sin siquiera girarme, ya sabía que se trataba de granizo, y cerré los ojos arrepentida por no haber ido antes al edificio, junto a todos los demás.

-Bien, ahora sí que estamos atrapados. - en cuanto abrí los ojos, vi a Max, a dos pasos de distancia, lo que me asustó por un segundo. Pero no me miraba a mi, si no a la ventana, que se encontraba a mis espaldas y por la cual se colaba algúna que otra roca.

-¿Que hacemos ahora? - pregunté girándome hacia el mismo lugar y de la misma manera.

-Bien, no pasa nada. Podemos esperar a que pase el granizo e irnos. - se cruzó de brazos con una cara seria, y me miró calmado. - No podríamos quedarnos aquí toda la noche. Bueno en verdad podemos. Quiero decir, es dormir en ese edificio abandonado o en este.

-Me parece bien que esperemos . - evité su propuesta de inmediato. Parecía algo inpensable quedarme con Max en un lugar como ese. Y mucho más enfrentarnos nosotros solos a cualquier peligro.

- Ya... bien. - suspiró y se quedó con la misma postura observando la oscuridad del exterior.

Hey! HE VUELTOOO!

Bien, se que es bastante corto el capítulo peeeeeero no os preocupéis porque mañana hay otro :)

Bien, se que es bastante corto el capítulo peeeeeero no os preocupéis porque mañana hay otro :)

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El arte de portarse malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora