Capítulo 21

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Zayn vuelve a llevarme a casa, pero a diferencia del otro día, esta vez hay música y hablamos del clima, de su perro, Boris, y de cómo conoce a mi profesor, Adam Stone. Da la casualidad, de que fue su compañero de universidad. Solo que en lugar de querer trabajar en una galería de arte, un museo o algo por el estilo, su vocación es enseñar.

La verdad es que me di cuenta de eso hace tiempo, el hombre le tiene paciencia al idiota de Zachary y su grupo.

Sin esperar un beso, solo sintiéndome bien, por el día que pasé con él—aunque en el fondo si quiero besarlo—, me despido de él, sin tocarlo, porque de lo contrario no me resistiré. Salgo a la tibia y primaveral tarde londinense. Y esta vez, sin esperar a que arranque, entro a Lynchville.

Mi humor cambia radicalmente. Nina, está en el porche esperándome. Con los brazos cruzados. Al subir las escaleras, su voz cuestionándome, llega a mí.

-¿Quién era ese?-pregunta, sin rodeos-.

No sé qué decir. Miro al piso por un instante, luego a sus ojos.

-Era Emma, se compró un nuevo auto-miento-.

-Ah-musita-¿Estuviste con Tara?-asiento con la cabeza-¿Con ella fuiste al museo?

-Ajá-digo, y entro finalmente a casa-.

Y así son mis conversaciones con mi madre. La más larga que tuvimos fue antes de que, junto con Tomas, me dijeran que ya no viviríamos juntos más.

Subo a mi habitación, tomo un baño, pierdo el tiempo en internet, veo una película en Netflix. A diez de la noche, estoy en un punto intermedio entre el sueño y la consciencia. Medito sobre mi día. Y la conclusión es; me gusta la pasión con la que habla del arte, su manera de tratarme. El sonido de su voz, hace que me estremezca. Sus movimientos gráciles y elegantes, no tienen comparación. Y la cereza de todo ese delicioso pastel de chocolate, son sus ojos, y la maldita habilidad de encandilarme con ellos.

Cuando estoy a punto de dormirme, mi celular vibra al lado de mi cabeza. Gruño, y deslizo mi dedo índice por la pantalla. Con un ojo abierto leo.

Por poco salto de la cama. Me sobo los ojos y me siento.

Es un mensaje.

Un mensaje.

De Zayn Malik.

Eso es lo que estaba haciendo, entonces mientras fui a lavar mis manos. Esperando un “Buenas noches” como en las películas, abro apresuradamente el mensaje.

Puedes leer para tu tarea, Historia del Arte, de Gombrich. El jueves y el sábado de la próxima semana, puedes ir para seguir con lo que te falta. Espero no aburrirte. Buenas noches.

No respondo a su mensaje.

Quiero saltar en una pata. ¡Woohoo! Volveré a verlo, pero solo me faltan dos ítems, y el trabajo se entrega del viernes en dos semanas. Como me dije antes, inventaré ítems. No me queda de otra, si es que quiero seguir viéndome con Zayn. Por lo menos hasta que alguien dé otra tarea relacionada con arte.

Reviso mi historial de llamadas, y la última fue a él, esta tarde. Bueno, no sé qué significa esto, pero estoy feliz, impaciente. Por primera vez en la historia, quiero que sea lunes.

El domingo, llueve, pero hasta la lluvia me parece bonita, hasta el cielo gris y la claridad de Londres. Es deprimente y aburrido, pero aún así, sigo con buen humor.

El lunes es otra historia, apenas pude cruzar palabras con mis amigas, debido a que Tara se ofreció a ser la tutora de Douglas, y Alexis, estuvo muy ocupada planeando sus vacaciones con Finn. Soy el mal tercio, y estoy celosa. Durante el almuerzo, Douglas y Finn invaden nuestro lugar. ¡Quiero hablar con mis amigas!

¡Hola! ¿Tara, Alexis? ¿Me recuerdan? Soy Tiffany Lynch.

El martes pasa rápido, tampoco puedo hablar con mis amigas. Comienzo a odiar a sus novios. En la tarde ayudo a Florence con su tarea, y por la noche llamo a Tomas, para preguntarle cuando nos sacará—o raptará—de nuevo.

-Pronto, cariño-dice apenado mi padre, del otro lado-.

-Te extrañamos-susurro, él inspira-.

-Yo a ustedes, demasiado.

-Te quiero, papá. Adiós.

-Yo también, Tiffany. Dale un beso a tu hermana, y pórtate bien. Te llamo mañana por la noche-asegura. Cuelgo-.

El miércoles al fin tengo tiempo para hablar con mis amigas. Afortunadamente, los varones de la clase tienen que practicar para los torneos de fin de curso. Algunas—todas, menos nosotras tres—chicas también, pero Alexis, Tara y yo, desistimos de competir este año, ya que los equipos no valen la pena.

-Hasta que me recuerdan-les reprocho, ellas me abrazan. Hay muchos brazos a mi alrededor-no, no hay abrazos que curen las heridas que me dejaron, ustedes, viles arpías-Tara se destartala de risa, y me suelta-.

-Si te recuerdo, nena. Solo que…

-Douglas Pittsburg se volvió más importante que tu mejor amiga. Adelante, ve con él-me da un amistoso empujón-.

-No es cierto, ahora cuenta, ¿Qué pasó el sábado?-inquiere, subiendo y bajando las cejas-.

-Nada. Me divertí-me encojo de hombros. Alexis y Tara se miran, y luego a mí-.

-¿Te divertiste?-dicen, al unísono y con el mismo tono de insinuación-.

-¡Agh!-les gruño-No de esa manera, fue realmente productivo, aprendí mucho y… conocí mejor a Zayn-digo-.

-Oh. Zayn-me molesta Alexis-.

-Shh, silencio-pide Tara-quiero saber más-acerca su cara de payasa a la mía, y me mira fijamente, con los ojos bien abiertos-¿Qué más? ¿Eh?-inquiere, yo volteo los ojos y tuerzo el gesto-.

-Nada más, lo que pasa es que el relato carece de emoción porque ustedes me dejaron en el olvido-le digo a Tara, apartándome-.

-¡Tiffany!-chilla-¡No es justo! Sabes que es lo que siempre quise-se cruza de brazos, y me mira-.

-Bueno, tal vez estoy dramatizando un poquito-admito-.

-¡Já! Estás dramatizando, mucho-regaña, Alex, volteo los ojos de nuevo-.

-Está bien, pero de verdad, no pasó nada emocionante aparte de que guardó su número en mi celular-ellas pegan un gritito-.

-¿Sabe hacer eso? Yo pensaba que era un vejestorio-bromea, Alex-.

Tara le envía una mirada de advertencia, pero al final, las tres terminamos riendo.

Art of Seduction · Zayn Malik AUWhere stories live. Discover now