Capítulo 16

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Nuestras bocas se acoplan de una manera sublime, exquisita. Nuestras respiraciones chocan y se mezclan. Parece estar perdiendo el control, y a mis hormonas no le importan. Exijo más de él, de su boca. Me despego a regañadientes de sus labios, para tomar un poco de aire, él pasa los suyos por mi mejilla, y me roza la barbilla con los dientes, asciende hasta mi mandíbula.

Atrapo de nuevo su carnosa boca, que me sofoca. Él presiona con urgencia sus labios contra los míos, y mi corazón va a explotar dentro de mi pecho. Maldigo toda la ropa que tengo puesta, en el sentido estético y de comodidad, porque no parezco sexy, parezco un oso, y tengo mucho calor. Mi piel arde, tanto no entiendo como Zayn puede tocar mi rostro.

Hago lo que siempre soñé; enredar mis dedos en su cabello. Presiono y muevo mis labios al compás de los suyos. Es una sensación deliciosa, su sabor, su calor. Me roba el aliento.

Finaliza el beso, y quiero golpearlo. Estábamos bien besándonos. Apoya su frente contra la mía, está respirando con dificultad. Somos dos, no pasa suficiente oxígeno por mis pulmones.

-Hola-susurra, y me echo a reír, por mas excitada y expectante que esté-.

Me abraza por la cintura, cosa que no esperaba y me levanta, al hacerlo, noto un bulto en su pantalón. Sonrío, estamos en las mismas. Me deja en el piso, toma mi mano y me lleva un sofá de varios cuerpos, negro. Nos sentamos y me mira, porta en los labios, una sonrisa.

-Lo siento-dice, y abro la boca. ¿En serio se está disculpando? Parece una telenovela-.

-E… está bien-murmuro, y desvío la mirada-.

Tal vez, después de esto no querrá verme más. Y tendrá motivos, nadie necesita a una adolescente persiguiéndolo. Paso la lengua por los labios, siento su sabor, y un hormigueo agradable. Puede que diga que no quiere verme de nuevo y que me marche de su oficina, pero sinceramente yo quiero seguir besándolo. Pienso en decirle que no lamente haberme besado, ¿Es que no sintió eso? Digo, sigo temblando.

-¿Estás aquí?-doy un respingo. Zayn está con la espalda recostada en el sofá. Relajado, mirándome con sus dorados ojos-.

-Creo que no-sacudo la cabeza, él sonríe a medias-¿Qué estabas diciendo?-él niega con la cabeza-.

-Nada… ¿De qué va el trabajo?-frunzo el ceño-.

Sé que tengo que irme ahora. Primero, porque no sé de qué va el trabajo, y segundo, está actuando como si nada. Se disculpó, Tiffany, lo superó, tú hazlo, me digo. Pero no puedo superar la manera en la que, durante el beso, nuestros cuerpos encajaban.

Además necesito una excusa para volver a verlo…

-Oh, tengo que irme, se me hace tarde…-él abre bien los ojos, y ladea la cabeza-.

-Te dije que yo te llevaría a casa-protesta, yo observo el diseño del tapizado. Claro, es un Chesterfield, no tiene tapizado, es de cuero-y tú aceptaste-dice, cierra los ojos, inspira, su rostro se suaviza, parece débil. Y de repente, se pone serio, al abrir los ojos, me veo en ellos, pero sus facciones parecen de granito-es por lo del beso, ¿Cierto?-inquiere, mirándome fijamente-.

Claro que no. Bueno, puede ser… es que eres tan hermoso y seductor, que no lo puedo manejar. No estoy todavía preparada para hacerlo. Por primera vez, me siento pequeña a su lado. Hay demasiadas cosas que me separan de él. Mis deseos son nada, en comparación con el muro gigantesco que hay entre nosotros. Es una muralla que se interpone entre la atracción y lo correcto. Frunzo el ceño, es todo muy complicado. Complicadísimo.

-Tiffany, escucha, fue un error y lo siento-comienza-.

-No-interrumpo, mi voz suena desesperada. ¡No fue un error! Mierda, lo disfruté. Lo miro-Zayn…

-Déjame terminar-pide, él interrumpiéndome ahora, y gruño por lo bajo-yo lamento de verdad lo ocurrido, no quiero que pienses que me aprovecharé de ti, yo no hago estas cosas-pero no lo hiciste solo, pienso-y lo de llevarte a casa no se discute, es por tu seguridad-¡Dios!-espero seguir siendo el experto con el que hablarás sobre arte del siglo XVIII-dice, y abro la boca para protestar, decir algo. Y no puedo-.

¿Tan mal beso? Niego con la cabeza. Esto no puede estar pasándome a mí, en serio, ya tengo suficientes problemas en mi vida. Y quiero que Zayn sea una solución, no un problema. Quiero seguir besándolo. No es justo, de verdad.

Ésta soy yo, Tiffany Lynch, la chica con más mala suerte en el continente europeo. Trato de encontrar las palabras, necesito decirle que no pienso que él quiere aprovecharse de mí, y que comprendo lo que quiere decir con eso de que no hace estas cosas. Yo tampoco lo hago, no ando por la vida siendo una buscona, llorando y besando a diestra y siniestra.

Mierda, no se me viene nada. Él me observa detenidamente, expectante.

-Serás el experto con el que hablaré. Te lo aseguro-es lo único que puedo decir, quiero hablar más, exponer mis deseos, y mis razones para creer  que besarnos no fue un error, pero no encuentro la voz-.

Él sonríe, y a mí no me queda de otra que corresponder su gesto. Y pensar que hace un momento estaba hundiéndome en su boca… ¡Despierta! Me ordeno. Deja tus sueños, fantasías y deseos para cuando estés en casa, lejos de este hombre hermoso que te aturde.

Zayn se levanta, me ofrece su mano, y vacilante la tomo. Estoy temblando. Su mano está caliente, y es suavemente rasposa, como ninguna textura que yo conozca. Salimos de su oficina en dirección al estacionamiento del museo, en el subsuelo.

Art of Seduction · Zayn Malik AUМесто, где живут истории. Откройте их для себя