EPIFANÍA. | Yoonmin +18. [DISPONIBLE EN FÍSICO]

Especial. {VkookMin}

NOTA: Este especial va fuera de la realidad del fanfic, es decir, no afectará el trayecto ni nada en la historia original, es algo así como una realidad paralela, algo qué tal vez hubiese pasado si Yoongi no hubiese vuelto.

En estas fechas el frío era casi insoportable, la brisa corría por el lugar y se colaba dentro de sus ropas haciéndoles tiritar, Seokjin se encontraba en la cocina preparando la cena, tarareando una alegre melodía qué definía su estado de humor, el hecho de que navidad estuviese cerca hacía que su instinto maternal floreciera aún más, se había encargado de decorar la mansión por completo, con adornos navideños y un gran árbol que casi rozaba el techo, Edán y Jungkook se encontraban en la sala, hablando de que pedirían para navidad cómo dos niños mientras el rizado limpiaba sus navajas.

Jimin se dejó caer en el sofá, enseguida Edán corrió a él y a la fuerza le puso un gorro rojo de navidad.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó el pelirosa con una mueca.

—Te falta un poco de espíritu navideño. —El castaño volvió a su labor, limpiando cada una de sus armas con esmero.

—Creo qué con la decoración de mi habitación ya es suficiente. —Jimin se expresó con exageración haciendo que su hermano y Edán rieran.

—Eso fue gracias a Seokjin, tú no hiciste nada más que quejarte porque había mucho color rojo y verde. —Edán habló entrecerrando sus ojos en dirección al mayor, observando cómo Jungkook se levantaba y caminaba hacia su hermano.

—Está amargado, lo que le falta es un poco de amor fraternal. —Jungkook se sentó en el regazo de su hermano, tratando de darle un beso en los labios y cumpliendo su objetivo luego de unos cuántos forcejeos.

En la mansión ya se habían acostumbrado a la relación incestuosa qué los chicos mantenían, al igual que la extraña relación triple con Taehyung, habían decidido qué era mejor dejarlo pasar, después de todo Jimin no mostraba interés en nadie después de la verdadera muerte de Yoongi; temían qué el pelirosa muriera de depresión, así que decidieron qué lo mejor sería que mantuviese su peculiar relación con su hermano y su cuñado, después de todo, a los otros dos parecía no molestarles en absoluto.

Luego de que Yoongi se suicidara las cosas cambiaron bastante en la mansión, la tensión y el ambiente deprimente fue palpable por mucho tiempo, pero al final, decidieron qué lo mejor era continuar con sus vidas, para Jimin fue aún más difícil, sobre todo los primeros meses, creyeron qué no lo soportaría, pero después de un tiempo Jimin fue mejorando, sin embargo, aún había un vacío, qué por más que tratasen de ignorar, seguiría allí.

Jungkook se abrazó a su hermano, sintiéndose bien cuando el cuerpo del mayor comenzó a relajarse bajo el suyo, Seokjin se encontraba poniendo los platos cuando la puerta se abrió y entraron Namjoon y Taehyung, al mismo tiempo qué Hoseok bajaba las escaleras.

—El flojo siempre es glotón... —murmuró Edán en dirección a Hoseok qué obviamente acababa de despertar.

— ¿Qué dijiste, enano? —El pelirrojo caminó de manera amenazadora hacía su novio y este lo apuntó con una de las navajas.

—Hazme algo y te abro la garganta, caballo. —Hoseok alzó las manos en señal de paz y Edán le sonrió acercándose a el y plantando un beso en sus labios.

Taehyung se acercó a Jungkook y Jimin y los saludó a ambos con un pequeño beso antes de ayudarlos a ponerse de pie y caminar al comedor, todos estaban ayudando a Seokjin a terminar de acomodar los platos y ellos hicieron lo mismo para luego sentarse cada uno en su lugar; cada uno sirvió su comida y comenzaron a comer entre risas y halagos a Seokjin por la deliciosa comida, en un momento de silencio, la mirada de Jimin se desvió al único lugar vacío en la mesa y enseguida todos lo notaron, Namjoon carraspeó tratando de dispersar el ambiente nostálgico que comenzaba a formarse en la mesa.