D I E C I S I E T E

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Es que yo simplemente a veces amo la suerte que puedo llegar a tener.

Cuando llegué al restaurante, Julia estaba en una mesa esperando su pedido para comer. Le he servido amablemente, con una sonrisa en todo momento mientras ella me miraba sin entender mi actitud.

¡Mujer, eres a quien necesito para recuperar mi móvil!

Estoy atenta y espectante a que se levante, y cuando lo hace, pego un saltito y voy rápidamente hasta la cocina.

Me quito el delantal, y lo dejo sobre la encimera.

-¿Y tú para dónde crees qué vas? - me pregunta Colton.

-Ya vuelvo - le guiño un ojo.

Voy por tí, celular.

(...)

Estoy hace media hora afuera de su edificio, aburrida y suspirando cada diez segundos, y es que aún no sé como podría entrar.

Tal vez ni si quiera lo he pensado lo suficiente porque me frustro rápidamente al no pensar en algo realmente bueno.

Pero es tan fácil como pedir unas flores, e inventarle algo al conserje.

Ahora solo debo esperar a que ella sal... Uh. Ya no es necesario, acaba de salir.

Hago el pedido de unas flores y estas no tardan en llegar, sorprendiéndome por la rapidez y eficacia del servicio.

Sin esperar un segundo más, entro al edificio en el que vive Julia, y me acerco hasta la recepción para hablar y convencer al conserje.

-Hola - digo con una sonrisa radiante.

Él enseguida se da la vuelta para mirarme ya que estaba ordenando unas carpetas que se encontraban en un mueble.

-Hola - me sonríe también.

Nunca había visto un conserje tan joven y guapo como él.

Así deberían de haber más... Bien, concéntrate a lo que viniste.

-Mm... Bueno, estoy aquí porque tengo un pedido para la Señorita Julia... - finjo estar pensando en su apellido pero solo espero a que él lo diga porque realmente no me lo sé.

-¿Williams? - pregunta.

-Sí, Williams - digo convencida.

-Pero ella acaba de salir - frunce los labios.

-Mmm... Sí, lo que pasa es que el Señor Bieber, que es quien ha enviado estas flores - me mira atentamente - quiere que sea sorpresa, o sea que, cuando llegue ella, las flores estén ahí, ¿me entiendes? - asiente con la cabeza y yo le sonrío.

-Pero tendrías que esperar a que llegue mi padre, que es quien está encargado de eso, yo solo estoy cuidando aquí en lo que él fue a comprar y luego me voy - me rasco la nuca.

-Pero por favor, es solo dejar las flores y me marcho - le ruego y hago un puchero.

-Está bien - él me sonríe - Pero no le diremos a mi padre o me matará.

-Yo no diré nada - paso los dedos por mi boca como cerrando algo.

-Bien - se da la vuelta para buscar, supongo yo, las llaves - Vamos - dice agitando las ya mencionadas.

Nos subimos al ascensor, el cual no tarda en llegar al 4to. Piso.

Yo sigo al amable e ingenuo chico que ha creido en lo que he dicho y que ni se imagina a lo que realmente he venido.

-Bien, aquí es - dice parándose frente a una puerta a la vez que introduce la llave en el cerrojo.

Asiento con la cabeza y sonrío.

My Stupid DirectorWhere stories live. Discover now