D I E Z

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Maratón 3/3

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Devastada, pasada a llevar, con rabia y mucha pena. Así me siento.

Devastada porque mi secreto ha salido a la luz.

Pasada a llevar, porque siento que han invadido mi privacidad de una manera muy violenta. No es que tenga vergüenza de decir lo que sucedía en realidad, pero he decidido que es mejor que nadie lo supiese, porque estoy en mi derecho. Porque no quería que me tuviesen pena, o que fuesen tan crueles como las chicas de ayer. Simplemente era mi secreto, y el de los que YO decidí también lo fuese.

Rabia. Rabia porque el causante de todo esto es Justin. Rabia porque no me ha dejado marcharme del colegio, y rabia porque es un estúpido.

Y pena por todo lo anterior. Pena también porque Justin sigue sin creer en lo que digo, y porque me sigue doliendo que no me recuerde, me sigue doliendo aquellos deseos que pidió, me sigue doliendo que no haya creído en mis palabras, pero sí en las fotos de Benjamín en la que supuestamente me estaba besando con Pete.

Me duele todo lo que perdimos. Me duele su indiferencia, sus malas palabras. Me duele haber perdido a ese Justin que me protegía como si fuese de cristal.

Estoy a punto de salir del cubículo del baño -sí, estaba meditando en el baño- cuando escucho que alguien entra.

Cuando me doy cuenta de que son las mismas chicas de ayer, me paralizo y no soy capaz de salir. Cobarde, eso es lo que soy.

Y por otro lado siento más rabia porque ella sigue aquí como si nada hubiese sucedido, sin ningún castigo o suspensión por unos días.

-¿Sabes? - dice una de ellas, creo que es a la que tiré al suelo.

Eso también me tiene mal. Cualquier clase de violencia física, aunque sea lo más mínimo, no me pone bien, y eso de empujarla para defenderme, aunque se lo merecía, me lo sigo cuestionando.

-¿Qué pasó? - pregunta la otra con curiosidad.

-Creo que le gusto al señor Bie...

-¡¿Qué?! - chilla emocionada sin dejarle terminar.

La sangre se me sube a la cabeza, y esos molestos celos aparecen sin mi autorización.

-Sí, o sea, ayer cuando fuimos a la enfermería, él se preocupó de ver mi cabeza, de curar la pequeña herida que la tonta de Brooke me dejó al empujarme - rodeo los ojos.

Ella sabe mi nombre, y yo ni enterada del suyo.

Y me molesta que Justin haya sido amable después de lo que me hizo... Aunque, en realidad no debería de molestarme. Yo no le importo.

-Y me miraba de una manera tan... ¡Ay! - suspira emocionada - Ni si quiera sé como describirla.

Vuelvo a rodar los ojos y con mi valentía recuperada por mis increíbles celos, salgo del cubículo y ambas enseguida giran la cabeza para ver de quien trata; al verme, se cruzan de brazos, y me miran de manera intimidante.

Pero no me dejo intimidar.

-¿Cómo está ese golpe? - apunto la parte trasera de mi cabeza.

-Eres una maldi...

-Sí, lo soy, y nada más te advierto que no vuelvas a meterte conmigo, señorita que no sé su nombre, y tú - le apunto con la cabeza - empleada de esta otra, te advierto también que no te metas conmigo.

-Escucha, Broo...

-¿Qué? ¿me irás a acusar con tu enamorado? - me burlo y sus rostros cambian, para nada intimidantes - Deberías ir a una clinica para que te revisen bien el golpe en la cabeza, porque algo se te soltó dentro... Bueno, otra de las miles de cosas que no están conectadas en tu pobre cerebro.

My Stupid DirectorWhere stories live. Discover now