My Stupid Director

C U A T R O

Me he venido a lavar los dientes, me he sentado en la cama y creo que me he dormido por unos treinta minutos o tal vez un poco más.

La verdad es que solo pude dormir bien la primera noche que sucedió todo, las demás han sido un desastre. Sobre todo esta que acaba de pasar. Las pesadillas han vuelto para hacer de mis noches más insoportables. No solo debo apartar recuerdos de Justin y yo, si no que ahora tendré que hacer doble esfuerzo para no tener pesadillas.

Reviso mi móvil y tengo algunas llamadas y mensajes de los chicos. Los ignoro, de todos modos iré al instituto y sabrán que nada malo ha pasado y que solo me dormí.

Me apresuro en ponerme la chaqueta y coger mi bolso para luego bajar los escalones lo más rápido posible y salir de casa.

Si llego luego de las nueve, no me dejarán entrar ni aunque mis padres llamen para justificar. Nuevas reglas del colegio. ¡Hasta eso ha cambiado!

(...)

A pesar de que me he apresurado, solo faltan dos minutos para las nueve asi que, decido que es mejor correr cuando diviso el instituto.

En el momento en el que entro, pierdo el equilibrio, mi pié se dobla y entonces caigo al suelo.

¡Muy bien!

Empezando perfecta esta mañana.

A penas mi trasero se golpea contra el suelo, recuerdo cuando tropecé y Justin me sostuvo mientras caíamos, y me salvó de algun golpe feo. Esa vez ya estabamos juntos, y aquello que me dijo, se posa en mi cabeza; Como no podría estar bien si un angel acaba de caer sobre mí.

Sacudo la cabeza, molesta conmigo misma por permitirme recordar cosas que me hacen daño y maldigo sin escrúpulos a todo el que se me venga a la mente.

Quisiera gritarle a la maldita vida que porque me hace esto, que por qué me odia tanto.

-¡Vete al carajo, maldita e inservible vida! ¡Eres una jodida hija de tu puta madre! ¡Te odio tanto como tú a mí! ¡Vete a la mier...

-Creo que ya entendió - dice una voz desde arriba.

Y no desde el cielo. Solo que yo estoy en el suelo, y demonios, quiero golpear a alguien, tal vez a este jodido imbécil que tengo en frente.

-Vete a la mierda tú también - susurro tratando de volver a levantarme.

Pero me duele el jodido pié. ¡Pues vete, ni te necesito!

-Le ayudo - dice y levanto la mirada hasta él, quien me ofrece su mano.

¡Se la arrancaría de un mordisco! Tal vez así pueda sacar esta rabia que me acecha.

-Gracias, pero puedo sola - digo intentando nuevamente.

Pero es inútil. Parezco una cria recién nacida intentando ponerme de pié o a esas modelos que cuando caen e intentan ponerse de pié no pueden por los inmensos tacones que llevan puestos.

¡Debo de verme patética!

-No sea terca, Brooke. Déjeme le ayudo - le miro mal y luego rodeo los ojos - La cargaré si no acepta mi mano.

No seas tonta, y ridícula. Acepta, no podrás tú sola.

Suspiro, rendida y molesta. Que me cargara sería lo ultimo en humillación y nada bueno para mí, ni para mis sentimientos.

Aún recelosa, estiro mi mano hasta la de él, y cuando mi piel roza con la suya, se me empañan los ojos. Es como un botón de encender a mis sentimientos que intento apagar para siempre.