¡Lucha en el castillo Nengram!: la derrota

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Después de intentar un infructuoso escape de los calabozos del castillo Nengram y habiendo recuperado sus armas del enemigo, Fragar ha hecho acto de presencia en la cámara de los tesoros interrumpiendo una inminente pelea entre Shinka y Jacs.

Fragar, hombre de aspecto senil, de piel azulada los observa desde la entrada. –Shinka, sabes que desobedecer mis órdenes es un delito muy grave.

Shinka responde al punto –Amo Fragar, estos prisioneros intentaron escapar junto con este viejo –señalando a Bargan, que aún seguía colectando joyas para echárselas a los bolsillos-, simplemente evitaba que escaparan estos vulgares criminales con lo que le pertenece por derecho.

Fragar se acerca a él para después pasarlo de largo –Está bien. Has hecho un buen trabajo, pero de ahora en adelante me encargaré yo.

Al verlo acercarse a Fragar hacia ellos Bargan escapa al túnel con un saco lleno de monedas y objetos de valor.

Shinka -¡Espera, sucio ladrón! –intentando ir tras él hasta que Fragar lo detiene con una mano.

Fragar –Déjalo, él no es importante ahora. Te dije que yo me haría cargo. Ahora retírate –le ordena von voz enérgica.

Sin más remedio Shinka se ve obligado a retirarse dejándolos a merced de Fragar. -…en cuanto a ustedes –continúa Fragar dirigiéndose a Jacs y sus amigos-, sígame por favor. –al tiempo que les da la espalda.

Sin saber qué hacer o cómo reaccionar, Jacs se acerca a sus compañeros para susurrarles algo: -Y ahora, ¿qué hacemos?

Valtron –No tenemos otra opción más que seguirlo…

Fragar los conduce por unas escaleras hasta un sitio en el que hay un círculo dibujado en el piso. Al estar todos dentro del círculo son teletransportados a otro lugar del complejo. En un parpadeo aparecen en la cámara de Fragar: un aposento muy amplio adornado con columnas y un gran balcón al fondo con vista al mar. En el medio de la habitación se parecía una gran mesa de madera de forma rectangular, que sólo acompaña un trono adornado con figuras de animales en un extremo. Fragar toma asiento  mientras extiende sus huesudas manos al tiempo que uno de sus súbditos le sirve una copa de un líquido rojo de lo que parece ser vino.

A su alrededor pueden notar que las paredes y techo están adornadas con frescos de hechos abominables, cruentas escenas de guerra y criaturas sanguinarias que pelean entre sí por restos humanos.

Fragar –Bienvenidos a mi castillo, pobres mortales –dice sonriente al beber de su copa.

Valtron –Exactamente, ¿por qué nos has traído hasta aquí?

Fragar –Por la misma razón que los trajo a ustedes a venir a mi reino.

Jacs -¡Déjate de juegos, Fragar! ¡He venido a rendir cuentas!

Fragar sonríe ante sus acusaciones -¿Por qué? ¿Acaso quieres vengarte de mí? No sé si eres un joven valiente o muy estúpido al venir hasta aquí sin saber la causa de la muerte de tu abuelo.

Signos EtéreosWhere stories live. Discover now