El poderoso Electo: la letal magia del trueno

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El viaje se hace eterno mientras los tres andan por las llanuras al filo de un bosque. Cansados después de caminar tantas horas sin descanso por llanuras despobladas, Jacs Kira y Valtron echan un vistazo a su alrededor para buscar algún signo de civilización. Es entonces cuando divisan una columna de humo que llama su atención a lo lejos.

Jacs –Me pregunto, ¿qué será eso? –se aventura a preguntar entrecerrando los ojos.

Valtron –Podría ser un poblado… aunque con este calor también podría tratarse de un incendio en el bosque.

Kira –Sea como sea, será mejor ir a investigar. Alguien podría necesitar ayuda.

Velozmente los tres cruzan la llanura hasta el sitio de donde proviene el humo. Al llegar a la cima de una colina descubren con sorpresa un espectáculo de destrucción al ver un pequeño poblado de no más de diez casas es atacado por soldados de armadura negra, que han prendido fuego a sus humildes vivienda mientras acorralan  contra las llamas a sus habitantes.

Sin poder contenerse, Jacs baja de la colina con espada en mano seguido de cerca por sus amigos, que enfrentan con valentía a los soldados quienes no parecen ser capaces de utilizar magia alguna, por lo que no tardan en ser derrotados por los conjuros de Kira y Valtron. Los atacantes salen por los aires al ser golpeados por hechizos de agua y are mientras Jacs se encarga del resto dejándolos fuera de combate uno por uno.

De pronto y sin darse cuenta, uno de los soldados logra escapar de la golpiza y furioso les replica: -¡Idiotas!, ¡Pagarán por esto! Estos son los terrenos del clan del trueno. ¡Esto no se quedará así! –tras lo cual sale corriendo hasta perderse de vista.

Cuando el peligro ha pasado, los aldeanos se acercan a ellos para darles las gracias. –No tienen idea cómo se los agradecemos, valientes jóvenes –Dice una anciana-. Ustedes salvaron a mi hijo de ser raptado por esos vándalos.

Valtron -¿Quiénes son esos sujetos y por qué planeaban raptar a su hijo?

La mujer no se atreve a contestar desviando la mirada. Después de haber ayudado a extinguir el fuego de las casas con poderes de viento y agua, uno de los aldeanos jóvenes se les acerca trayéndoles algo de comer. Ellos aceptan los alimentos y se sientan a comer con voracidad mientras el aldeano los observa. –Ustedes no son de por aquí, ¿verdad?

Jacs –En efecto. Nos dirigimos al mar de la luz.

Kira  -Pero, ¿por qué los atacaron esos vándalos?

Joven –A los adultos no les gusta hablar de eso, pero esos soldados pertenecen a una banda que trabaja al servicio de Fragar. Ellos roban y saquean a todo aquél que está en sus territorios. Hemos vivido amenazados por ellos durante mucho tiempo. Hasta ahora habíamos comprado nuestra seguridad a cambio de bienes y alimentos para evitar que nos ataquen, pero debido a que este año fue inusualmente seco y nuestra cosecha escasa no pudimos cumplir con su cuota. Cuando nos negamos a darles lo poco que nos quedaba comenzaron a quemar nuestros hogares y decidieron llevarse a los más pequeños para entrenarlos como nuevos miembros de su banda.

Kira –Pero qué tipos. ¡Cómo se atreven a intentar llevarse a un niño para convertirlo en uno de los suyos!

Signos EtéreosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora