Cap. 9

5.1K 245 3
                                    

Llevaba un mes comportándome cómo una simple empleada de One Direction.

Habíamos visitado Washington, Oregon, Las Vegas, Los Angeles, San Diego, y ahora mismo nos dirigíamos a Phoenix para después irnos al Colorado.

Ya no viajaba con One Direction, viajaba con los empleados, en un bus distinto. Incluso viaje con la banda de músicos tras entretenerme hablando con Josh y que el bus se fuese sin mi.

Todas las tardes, iba a la sala que los hoteles nos habilitaba, colocaba la camilla- si, finalmente la había comprado- y esperaba a que llegasen para el masaje.

Niall se pasaba el día allí, nunca hablaba, simplemente se tumbaba y se ponía a jugar con el iphone por el hueco de la cara.

Harry me hablaba de Kendall, pero me limitaba a no responder, hasta que descubrí que lo único que quería Harry era contárselo a alguien que no le criticase o ríese de él, así que, me mantenía al margen.

Louis también hablaba de vez en cuando, echaba de menos a Eleanor y estaba conociendo una chica, pero también me limitaba a no decir nada.

Liam venía acompañado de Sophia, con la que tampoco trabe amistad, ni siquiera me molesté en presentarme.

Y Zayn, bueno, los primeros días pidió perdón por el vídeo, fue al único al que le hablé fuera de términos de masajista, le dije que no lo borrará, me hacía reír. Los siguientes, me hablaba de Perrie y de lo emocionado que estaba porque viniese con él, pero hacia oídos sordos.

Opté por llevar tapones cada vez que fuese a dar un masaje, y después de escuchar que les dolía, me los ponía.

El amigo de Harry, había sido expulsado del tour por el mismísimo Styles, con la excusa de faltarle el respeto a una empleada.

También sabía que Niall había estado enfadado con Zayn varios días por el vídeo, pero al poco tiempo volvieron a ser los hermanos de siempre.

Salí del bus, recogiendo mi pelo en un moño, y abrochando la cremallera de mi abrigo.

Vi como Niall me miraba desde el suyo, cogiendo su maleta. Agarré las mías, la camilla con las ruedas y entré en el hotel.

Dejé la camilla en la zona habilitada, la monté, junto con todos los productos- había conseguido más en alguna que otra tienda- y salí para ir a mi habitación.

Mi sorpresa fue cuando llegué a la 567, los chicos estaban en frente de mi puerta, impidiendo que entrase.

-La sala ya está lista, iré ahora, necesito entrar por favor.

-Necesitamos hablar, Tanya.

-Me reunire ahora con vosotros, dejadme entrar por favor.

Los cinco suspiraron resignados, y se apartaron. Entré y cerré antes de que el pie de Harry tocase la puerta.

Dejé la maleta en una esquina, y fui al baño a lavarme la cara.

Desde hacía una semana, tapaba Bus 1 con maquillaje, todo el mundo pensó que me lo había quitado, pero no le había dicho a nadie que no.

Mi teléfono sonó desde una mesa de escritorio, así que, cerré el grifo, me seque las manos y fui a por él.

-¿Luke?

-Hooola pequeña Tan.

Salí de la habitación para irme a hablar a otro sitio, pero los cinco seguían ahí. Les hice una seña para bajar y, para echar tiempo, bajé por las escaleras.

-¿Que tal?

-Aquí, hacía mucho que no llamabas.

-Lo sé, he estado ocupada y no tenia casi tiempo, pero prometo volver a llamar a menudo.

Fisioterapeuta» N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora