⚽Trentasette⚽

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Me dolía la cabeza

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Me dolía la cabeza.  Suspiré al llegar al campo y me situé a un lado de Silvia. Celia estaba concentrada grabando el entrenamiento de los chicos, y Nelly se veía casi o más apenada que Mark el día anterior.
Aquella no era nuestra mejor racha.

—Chicas, me siento inútil. —Nelly, sin despegar la vista del campo, se sinceró ante todas.

—Te entiendo.

—Ídem.

Todas nos miramos, y Celia suspiró apagando la cámara. Estábamos muy apagadas. Ver a los chicos en aquel estado, y no poder hacer nada por ayudarles nos hacía sentir mal. Las entendía, y dentro del cansancio que arrastraba también se hallaba aquella sensación.

—Ya sé qué podemos hacer.

Silvia sonrió, y nos instó a seguirla hasta la caseta. Dentro buscó unos cacharros raros y tras traer bolsas con arroz y jarras con agua preparó ingentes cantidades de arroz en aquellas máquinas.

—Como los chicos acabarán agotados del entrenamiento vamos a subirles el ánimo cocinándoles bolas de arroz.

Parpadeé varias veces. Silvia se veía muy decidida en coger un montón de arroz, y Celia la secundó con una sonrisa. Ambas nos entregaron un par de delantales, y en lo que ellas comenzaban yo dirigí la mirada a Nelly con duda.

—Vamos, coged un poco vosotras también; pero tened cuidado que quema.

Yo di un paso atrás, sin embargo Nelly se acercó a pasos cortos con cuchara en mano. Esta se veía temblorosa, y cuando dejó caer el arroz en su palma pegó un chillido que atravesó mi oído cual daga. Me tapé los oídos en lo que el arroz volaba por toda la sala, mi pelo y ropa, al igual que las de Silvia y Celia, acabaron pringados; y en el centro Nelly, roja de la vergüenza.

—Nelly, tú nunca has cocinado, ¿verdad?

—Claro, como ella es una chica de clase alta... —Celia rodó los ojos con gracia, observando a su amiga batallar con el arroz enredado en su melena castaña.

—Oid, yo cocinar cocino, pero bolas de arroz no he hecho en mi vida. —Me encogí de hombros ante la mirada de asombro de las chicas, sorprendidas ante mi afirmación.

—En ese caso, vamos a hacer como los chicos. —Silvia cogió con una sonrisa dos boles, uno de ellos algo menor en tamaño que el otro—. Esta es la técnica de los dos tazones.

Reímos con fuerza al ver a la chica tan decidida. Ella, con una sonrisa permanente, echó una cucharada de arroz en uno de los boles; lo tapó con el otro y comenzó a agitarlo con cuidado.

—Ahora solo queda añadirle agua, sal y darle forma. —La chica lo tanteó un poco más, hasta darle una forma similar a la de un triángulo pero con los vértices curvos—. Y aquí está.

Aplaudí levemente ante la explicación, y rauda me decidí a buscar un par de boles para seguir los pasos. Nelly por su parte se veía muy entretenida, y cuando logró hacer el primero los ojos le centellearon. La sensación que te recorre cuando haces algo de comer por primera vez siempre es satisfactoria.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora