⚽Quarantotto⚽

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Si había algo que odiara con profunda intensidad era el frío. Era algo que había asumido con los años, no era una persona que aguantara bien las bajas temperaturas. Todos tenemos nuestros defectos, ese era uno en mi lista. Sin embargo, nunca había experimentado el frío y la añoranza juntos como en ese momento, cuando salí del autobús envuelta en ropa térmica, un abrigo que me llegaba hasta las rodillas y la bufanda que siempre Axel se preocupaba porque llevase bien puesta.

Hice acopio de fuerzas, y seguí al resto del equipo al interior del instituto Alpino. La imponente construcción de madera se erguía imponente en un océano de blanca y pulcra nieve. Aunque lo odiase debía admitir que el espacio era efectivamente hermoso, mas el sufrimiento que conllevaba aquella visión hacía estragos en mi percepción objetiva del lugar.

Antes de que pudiese seguir rumiando con mis fantasmas los chicos entraron en horda, y en pocos minutos ya nos encontramos con el equipo de fútbol del instituto Alpino. Dada la reciente popularidad de nuestro equipo los chicos estaban siendo avasallados por los jugadores del Alpino. Vi desde la distancia como dos buscaban las firmas de algunos, mientras que otros fueron educadamente a presentarse a Mark. Este, atónico, no sabía bien como procesar tanta atención de un día para otro.

–Es impresionante que todos sepan quienes somos.

No fue mucho lo que tardó la entrenadora en preguntar el paradero del tal Frost. Sus compañeros hablaron algo sobre que estaba intentando hacer un truco de algún deporte de invierno. Dudaba siquiera si habría dicho la verdad, porque escuché hasta tres deportes diferentes. Quizás no iba a ninguno, pero no quería contar a qué iba de verdad. Miré a Mark, cuyos ojos resplandecían por conocer a alguien tan deportista. No pude más que suspirar de derrota. «¿En serio soy la única que ve que hay gato encerrado ahí?»

Un leve sonido de pasos se oyó por el pasillo cercano, y una de las jugadoras del Alpino salió del aula donde estábamos asegurando de que quien venía era el famoso Frost. No me dio tiempo a preguntar cómo supo que era el chico pues la sorpresa del recién llegado nos dejó a todos en el sitio. El famoso Shawn Frost era el muchacho misterioso que recogimos en mitad de la ventisca. Al final las leyendas urbanas sobre el asesino de osos no serían tan leyendas... Y viendo el lugar tampoco muy urbanas.

–Hola, sois vosotros. –¿Era normal que me molestara hasta la parsimonia con la que hablaba? O ya es que estaba pasándome con el rencor. Haciendo autoanálisis me di cuenta de que estaba llevando la situación de una forma demasiado extrema. Que me pasaran por la cabeza ese tipo de comentarios sin siquiera conocer al chaval empezaba a rozar el mal gusto. Suspiré para mí e intenté tomar una posición más positiva ante todo, aunque mis ganas de marcharme de aquel páramo helado no hicieran más que subir con las horas.

–No me digas que tú eres Shawn Frost. –Noté el leve titubeo en la voz de Mark al pronunciar aquellas palabras. La verdad es que el chico no había hecho otra cosa que ser extremadamente educado con Shawn cuando entró sin previo aviso a nuestro autobús, así que supuse que el tono se debió más a la sorpresa que otra cosa.

Vi como Kevin le preguntó acerca de los osos, cosa que me hizo reír levemente. Shawn rechazó ese y otros rumores que habían surgido con levedad, e intentó estrechar manos con nuestro delantero. Sin embargo, la respuesta de Kevin fue un bufido y salir de la habitación ignorando al chico. Mark reaccionó al momento, pero fue Silvia la que saltó detrás de Kevin. Ya la había visto echando miradas durante el camino a todo el equipo con gesto preocupado, así que no me extrañó tanto su reacción. Por mi parte no veía sentido en intervenir, mucho era que me estaba conteniendo a mi misma; no podría más que coincidir con todo lo que me dijese Kevin. Lo que sí sentí fue una leve punzada al oír las siguientes palabras de Shawn:

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora