No tengo media naranja [LHC #2]

Capítulo 15

Canción: 

Vance Joy - I'm With You

7 años atrás

—Oh, vamos, Lidia —Cara tiró de mi brazo—, ¡quiero jugar contigo en el parque!

—No, Cara —volví a negarme—. Arabella, ve a jugar con ella.

—¡No! —gritó Cara—, es decir... No, yo... yo quiero jugar contigo.

Arabella rodó sus ojos, fastidiada.

—Es como si quisieras más a Lidia que a mí —le dijo a Cara.

—No seas tonta, ni siquiera lo dudes, obvio y quiero más a Lidia que a ti.

Reí. Me gustaba cómo era la actitud de Cara, su orgullo siempre estaba primero y su personalidad era fuerte.

—Ven, vamos a jugar —Arabella tomó la mano de Cara, ella se sonrojó, pero se dejó guiar.

Me acerqué a la banca en la que estaba sentado mi papá, le sonreí y me senté a su lado.

—No te entiendo, pequeña. Me rogaste mucho para venir aquí, para el final sentarte a mi lado y ver a los niños jugar —suspiró—, ¿qué es lo que realmente esperas?

—Estoy esperando a mi príncipe azul, papá —bromeé—. Sabes que me gusta observar a las personas, me parecen curiosas e interesantes.

—Claro, como no eres una, por eso te gusta observarlas —dijo, jugando—, ya sospechaba yo que no eras humana, y mucho menos mi hija.

—¡Papá! —chillé, mientras me reía.

—Te quiero, pequeña —pasó su gran brazo por mis hombros y me pegó a su costado.

Me quedé observando a varias personas por un largo tiempo, incluyendo a Arabella y a Cara, se veían lindas jugando juntas.

—¡Es un asco venir a aquí, Harmony! —la voz de un chico llamó mi atención.

Volteé a verlo.

Tenía su ceño fruncido y miraba a una mujer rubia de una mala manera.

—Tienes que socializar, Félix —dijo ella.

«Félix».

—¡No quiero! —exclamó—. Los niños son aburridos.

—Eres un niño —se rió.

—Pero no parezco uno, así que, si me disculpas, volveré a casa a seguir viendo el capítulo de mi serie favorita en Netflix que tú interrumpiste, por querer que saliera a ser un niño más.

—Oh, no —lo detuvo—, vas a ese maldito parque y vas a hacer algunos malditos amigos, o tendremos problemas, Félix Alexander Craft Gutierrez, ¿has entendido?

—Sí —asintió, temeroso—, te pareces a nuestra madre, Harmony.

—A volar —señaló el parque.

—Eres tan chismosa —la voz de mi papá me sobresaltó—, ¿tan concentrada estabas? —se rió.

No le contesté. Sólo seguí con la mirada al niño que al parecer se llamaba Félix, él se acercó a un columpio donde un alguien más se encontraba y no supe qué fue lo que le dijo a aquella niña, pero ella salió a correr desesperada.