No tengo media naranja [LHC #2]

Capítulo 12

Canción: 

Greyson Chance - Back on the wall 

—¡Estoy muy orgullosa de ti, Félix! —exclamó mi hermana, abrazándome con fuerza—. Ya sé lo que sintió la bruja de nuestra madre al ver que me gradué.

—Estoy detrás de ti, Harmony —le recordó mi madre—. Y fue más alivio que orgullo, pensé que jamás lo lograrías.

Deshice el abrazo de Harmony y me acerqué a abrazar a mi mamá.

—Te extrañé mucho —le susurré.

—Ay, pequeño. Ya no eres tan pequeño.

Reí ante el comentario de mi mamá, y luego me separé de ella para abrazar a mi queridísimo padre.

—Te quiero —le estrujé con fuerza.

—También te quiero, lastimosamente —rió a la vez que yo también lo hacía.

Me di media vuelta para observar a Arabella. Ella se encontraba hablando con sus padres, junto con su hermano mayor; Hassan.

—¿Dónde está Zajis? —miré a las tres personas que formaban parte de mi alocada familia.

Harmony desvió la mirada de mí.

—Que ustedes dos tengan problemas no significa que él no pueda venir a felicitarme, Harmony —expresé—. Zajis también es importante para mí, ha estado conmigo desde mis nueve años de edad.

Mi hermana volvió a fijar sus ojos en los míos y dijo:

—Está detrás de ti.

Inmediatamente giré y ahí estaba Zajis, mirándome con una gran sonrisa.

—Demonio, felicidades —caminó hasta a mí y me abrazó—, y prepárate, porque el colegio sólo es el comienzo, ya vendrá lo peor.

—Me encanta los ánimos que me das para seguir adelante —dije con sarcasmo.

—Pero en serio, estoy muy orgulloso de ti —se alejó de mí y me sonrió—, y tú debes de estarlo de ti mismo. Este es uno de los grandes logros que tiene la mayoría de personas del mundo y tú lo has logrado.

—Te quiero —admití.

—Y yo a ti, demonio —volvió a sonreí—. Por cierto, hay una persona que te está esperando al lado de mi auto.

Asentí, y de inmediato empecé a caminar hacia donde todos los autos se estacionaban y cuando estuve allí, sonreí al ver a la pelirroja.

Lidia llevaba un vestido rojo que se pegaba un poco a su cuerpo, y que le llegaba a arriba de su rodilla.

«Tan hermosa».

—Mi ceremonia de graduación fue más temprano —caminó hasta a estar a sólo dos pasos de mí—. Soy una persona que recién conoces, Félix. Pero quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti.

—Y yo de ti, tú también lo has logrado —le sonreí.

—Sí, gracias a Dios —rió, bajando la mirada a sus manos.

—No, es gracias a ti. Tú te esforzaste, diste lo mejor de ti y al final lo has logrado, por ti y gracias a ti.

—Sí... —aclaro su garganta—, yo sólo vine a felicitarte y también a Cara.