Capítulo 6

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Me encontraba enfrente de la puerta de la casa de Arabella, esperando a que abrieran.

Miré mi reloj.

Ya iban 14 segundos esperando a que alguien abriera esa estúpida puerta que tenía enfrente.

Pasaron 7 segundos más para que Arabella apareciera delante de mí, y me mirara confundida.

—¿Qué haces aquí?

—Ah, hola para ti también, Arabella, ¿Cómo estoy? Estoy muy bien.

—Si viniste aquí para comportarte como un estúpido, entonces te puedes ir.

—No, sólo quería saber algo.

—No quiero hablar justo ahora contigo, estoy muy ocupada —iba a cerrar la puerta, pero la detuve con mi mano.

—¿Acaso no tienes modales? —le pregunté, me sentía molesto.

—Adiós, Félix —dijo entre dientes.

—¿Qué es lo que te sucede, Arabella? —logré abrir la puerta y di unos pasos para estar ya dentro de su casa.

—¿Cómo te atreves a preguntar eso, Félix?

—Me ignoraste toda la semana pasada, Arabella, ¿por qué?

—¿Recuerdas cuando te llamé? Yo creo que no lo recuerdas porque ni siquiera contestaste, te escribí y llamé varias veces ese mismo día, y no me diste una explicación, con un: "estoy ocupado, Bella" todo hubiera estado mejor.

Rodé los ojos.

No quería llegar a creer que ella fuera una de esas chicas.

—Lo lamento, estuve ocupado todo ese maldito día, Arabella. Estaba haciendo algo importante.

—Ese no es el punto, Félix, el punto es que... —respiró profundo—, te necesitaba, necesitaba hablar contigo. Dijiste que te podía llamar cuando te necesitara, ¡y en ese preciso instante te necesita mucho!

—No lo lamento, ¿sabes por qué? Porque estaba haciendo algo mucho más importante.

Dejó de fruncir su ceño y bajó la mirada.

«¡Gracias, muchas gracias por ser sincero, gran estúpido! Sufre de ansiedad y posiblemente depresión, y tú le dices eso. Estúpido».

—Espero que hayas disfrutado lo que hiciste, ya que fue mucho más importante.

Bueno, en realidad... sí, sí lo había disfrutado, y mucho.

—Arabella, yo... lo siento —mentí—, de verdad. He estado algo estresado y muy ocupado, no sé si entiendas. Lo lamento, no debí decirte eso.

Me miró por unos segundos, pero luego apartó su mirada de mis ojos.

—Lo entiendo, sé que se siente —sonrió de medio lado—, de todos modos yo no debí de molestar.

«¿Por qué no pensaste eso antes?».

—He venido aquí para hacerte un propuesta, Arabella —cambié de tema. No quería seguir mintiéndole y lamentándome de algo que de verdad no hacía.

—Está bien, dime.

—Iré a Grantham en las vacaciones, ya sabes, a ese castillo y a visitar a toda mi familia, a... mí... me gustaría que me acompañaras, eso compensaría lo que hice, ¿no?

—¿De verdad quieres que vaya? —me miró.

«En realidad es Lidia la que quiere eso, pero si tú no vas, ella tampoco y sé que cumplirá lo que me ha dicho».

No tengo media naranja [LHC #2]Where stories live. Discover now