Alma perdida

Capítulo 66: A través del fuego y el dolor.

Capítulo 66: A través del fuego y el dolor.

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Si uno mirara hacia el paso de montaña que actuaba como la guardia de fronteras de Konoha y Kumo, se sorprenderían de que en las primeras horas, cerca de la medianoche encontrarían un gran brillo naranja, colocado cerca del pie de la montaña visible para millas todo redondo. A medida que uno se acercaba más y más, el sonido de la batalla se podía discernir fácilmente sobre la atmósfera tranquila, normalmente muerta, que impregnaba el aire en este momento de la noche.

Los incendios ardieron en lo alto y se extendieron por el valle que conducía al campamento del ninja Kumo.

Naruto tenía razón, el contraataque, que, casualmente, había surgido durante los cambios de turno de la guardia perimetral, había atrapado al ninja Kumo atacante casi por completo fuera de guardia. Su defensa montada apresuradamente cedía fácilmente bajo las primeras oleadas que Genjutsu ayudó al asalto.

Algunos de los ninjas se sacudieron violentamente, luchando contra enemigos invisibles mientras sufrían los efectos del Genjutsu de Kurenai. El abrupto despertar, el pánico que habían despertado debido a un ataque enemigo y la desorientación general de todo el campo de batalla ayudaron a sus esfuerzos. Actualmente sostenía a Genjutsu más de 20 ninja, la tensión de su esfuerzo la hizo vulnerable al ataque, ya que tenía que mantener sus manos en un solo sello, avanzando constantemente a medida que el sudor comenzaba a alinear su frente, su concentración se extendía hasta el límite. ya que se vio obligada a cambiar de objetivo rápidamente, viendo cómo las tropas matarían a los actuales luego de solo unos segundos de estar bajo los efectos desorientadores del Genjutsu. Aunque un poco fuera de práctica, sus habilidades con las ilusiones estaban intactas y todavía muy poderosas.

Aún debido a su vulnerabilidad, una escolta de unos seis Anbu, sin incluir a Toushiro, la rodeaba, bloqueando a cualquier kunai callejero que lograra abrirse paso entre las tropas que avanzaban.

Desde una cresta cercana, Zhuge Liang observó el progreso de la batalla. Jutsu, kunai y ninja chocan entre sí en este frenético caos. Observando cómo sus hombres eran rechazados como estudiantes de academia sin experiencia. Aunque puede ser insensible, estaba trabajando para encontrar una manera de salvarlos, analizando este ataque.

No le llevó mucho tiempo darse cuenta de que había un especialista en Genjutsu en el campo. Tal vez hasta tres. Necesitaban ser neutralizados si tenían la oportunidad de hacer retroceder a estos ninja. Cerró los ojos agitando los sentidos tratando de identificar las fuentes de chakra que afectaban a sus soldados ... Pero ... había algo extraño ... algo ... espera ... allí ...

Solo había una fuente.

Todos estos Genjutsu estaban siendo creados simultáneamente por un solo individuo ... esta persona era verdaderamente hábil. Zhuge Liang solo podía recordar a una persona de Konoha que tenía estas habilidades en sus archivos.

Yuuhi Kurenai.

Interesante. El dragón durmiente admitió. Pero frunció el ceño al darse cuenta de que la aparición de Naruto ayer podría haber sido una de sus ilusiones, creada con la intención de intimidar.

Ella tendría que ser tratada. Por lo que él sabía, su habilidad en Genjutsu era superada solo por la suya. Y ella, a diferencia de él, no era un prodigio. La devoción que debía tener por el arte de las ilusiones era admirable, si no otra cosa.

Sin perder más tiempo, el dragón dormido desapareció en un remolino de viento apenas visible.

Kurenai no estaba segura de qué la había sacado de su concentración. Lo que lo había roto. El tiempo fue un sonido que no había registrado completamente detrás de ella, pero que su subconsciente había reconocido como "fuera de lugar". O tal vez una peculiar astilla de chakra que ella sintió la había alertado. O tal vez fue simplemente puro instinto. Pero algo le había hecho caer de repente hacia un lado, segundos antes de que una espada le perforara el hombro, causando que gritara de dolor, llamando la atención de los guardias que la rodeaban. Los que estaban detrás de ella estaban de espaldas a ella, para atrapar amenazas "externas", nunca habían esperado que alguien tuviera la habilidad y la velocidad para aparecer en medio de su formación.