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Un incesante dolor culminó con el sueño de Kihyun, punzaba y atrofiaba cada centímetro de su ser. Abrió los ojos sin desearlo del todo, su cuerpo estaba entumecido, pero a la vez dolía como el infierno.
Un quejido escandaloso salió de su boca, fue lo suficientemente alto como para que Joe lo escuchará al otro lado de la habitación. Kihyun intentó levantarse de su cama, pero no lo logró, un fuerte dolor en las costillas lo inmovilizó por completo. Entre los quejidos incesantes, Joe entró a la habitación de forma descarada y casi violenta, notoriamente preocupada. Su frondosa cabellera naranja-roja estaba alborotada, su maquillaje estaba corrido y su vestido ajustado echo un lío.

—¿Qué ha pasado?— No dudó en preguntar ni un segundo. Un suspiro de sorpresa salió de su boca al ver a su amigo en ese estado. —¡Ay por Dios! ¿Quién te h a hecho esto?— Joe corrió a la cama del chico, se sentó a un lado y tomó a Kihyun por las mejillas, obligándolo a sentarse. Esto, por supuesto, ocasionó que los quejidos aumentaran.

—No es nada Joe, en serio, pero por favor ¿podrías soltarme? Me estás lastimando— Habló quejumbroso Kihyun.

—Oh, lo siento demasiado— Joe lo soltó casi en un reflejo, y su preocupación aumentaba a cada respiro que el chico daba. —¿Lucio sabe sobre esto? ¿Quién te lo hizo? ¡Voy a cortarles el pene a esos hijos de puta, y se los daré de comer en un burrito!—

—Joe, tranquila—Intentó aminorar a su amiga. —Lucio dijo que llamaría al doctor hoy, ya lo sabe todo. Gracias por tu preocupación violenta— Intentó bromear, pero a la mínima risa, el dolor aumentaba.

—Perdón cariño pero es que... No puedo tolerar que te hagan daño así, ¡Mírate! ¿Cómo pasó esto?—

—No sé si sea apropiado decirte, realmente fue algo muy horrible para mi, el solo recordarlo hace que quiera llorar— Hablaba con cierta amargura, pero en su corazón sabía que podía confiar en Joe.

—Bebé, sabes que puedes confiarle todo a tu hermana Joe, siempre nos hemos cuidado el uno al otro, pero no puedo hacerlo si no me dices que te pasa. Anda, que buscaremos una solución juntos, así sean los burritos de pene— Kihyun sonrió melancólico, el humor grotesco de Joe siempre le brindaba alivio.

—Verás, estaba en el parque y estos hombres llegaron y...—

—¡Sabía que tenía que hacer burritos!— Interrumpió furiosa. Joe se dio cuenta de su impulso y se disculpó para dejar al pequeño terminar.

—Ellos llegaron y comenzaron a decir cosas sin sentido, decían que eran admiradores, que venían al Pink Hell a ver mi show, y que incluso me mandaban cartas— Prosiguió. —Pero ¿sabes? No tenía ni idea de quiénes eran, y eso los hizo enojar—

Joe lo miraba y escuchaba con atención, su profundo ceño fruncido solo daba a entender que estaba furiosa.

—Entonces...— Kihyun hizo una pausa para ordenar sus pensamientos. En realidad no estaba seguro de lo qué pasó después, su cerebro se había encargado de eliminar casi toda aquella experiencia negativa.

—¿Entonces qué pasó?— Joe insistió.

—Entonces... Me llevaron a un lugar horrible— Musitó entre sollozos y su voz se quebraba lentamente. —Y me amarraron, cuál animal. Me abofetearon, me arrojaron al suelo y me seguían abofeteando— Lágrimas torrenciales fluían descaradamente del Perfecto rostro de Kihyun.

Joe lo miró con lágrimas en los ojos y lo reconfortó dandole palmadas suaves en la espalda.

—Tranquilo cariño, tranquilo. En verdad, esto es...— Joe balbuceaba. —Es inaceptable. Esos imbeciles sólo son pedazos de escoria, ¿Cómo se atrevieron a siquiera ponerte una mano encima?—

The Diamond River 💮 Showki.Where stories live. Discover now