10. Max no juega.

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Narra Chloe:

La molesta luz de un nuevo día iluminaba directamente mi rostro y sin piedad alguna. Incapaz de seguir durmiendo por lo mismo, fui abriendo los ojos con lentitud. La luz se notaba intensa y demasiado penetrante, eso me hizo pensar que habíamos dormido demasiado. Podríamos estar cerca del mediodía, para variar.

No era sorprendente, después de los avances que había obtenido con Max la noche anterior. ¿O era más preciso decir la mañana de ese mismo día? En fin, lo cierto es que debía despertarla. Me incorporé con pesadumbre pues, aún no me sentía completamente despierta, y removí dulcemente a Max por uno de sus hombros. Ella soltó gruñido en señal de protesta. Fui incapaz de detener una leve sonrisa de mi parte al contemplarla. Sin embargo, un sonido como el de alguien carraspeando me sacó de mi embelesamiento. Yo conocía esa voz, era de Rachel. Quizá estoy loca, pero pude advertir cierto grado de molestia en su tono. Suponiendo que eso se pueda adivinar con un solo carraspeo.

-¡Buenos días! Por fin se levantan, dormilonas.-Saludó furibunda desde el filo de la cama. Tenía los brazos sobre el pecho y las piernas, igualmente cruzadas.

Yep. No eran solo alucinaciones mías. Al dirigir mi vista hacia ella pude notar que su semblante parecía algo serio dejando escapar atisbos de molestia. Ella siempre ha sido una buena actriz. Si está dejando escapar sus emociones quiere decir dos cosas: que es algo que la supera; o bien, quiere que veamos cuan enojada está. Mala señal. La miré detalladamente, y al no encontrar en ella algún indicio del porqué de su comportamiento, reparé en nosotras sin mucho éxito. Estaba en blanco, no pude adivinar la verdadera razón. Quizá solo estaba enojada por haberla dejado dormir sola.

-¿Cuánto tiempo llevas despierta, Rach?

-No mucho. -Mintió.-Sólo lo suficiente para observarlas alegremente abrazadas.

De Max, ni sus luces. Siguió durmiendo o intentándolo. La luz que entraba a la habitación le estaba dificultando la tarea. Me encogí de hombros.

-Déjenosla dormir un poco más. ¿Mi madre dijo algo antes de irse a trabajar?

-No mucho...-Contestó ella un poco más tranquila.-Sólo que en el refrigerador había Waflles o que también podíamos preparar un desayuno americano. Dijo que todo estaba en la alacena.

Me estiré en mi sitio, la idea de prepararme el desayuno me había dado pereza. Nunca logré que me gustara cocinar.

-¡Qué flojera! -comenté en medio de un prolongado bostezo.-Yo voto por calentar los Waflles.

-Siempre has sido tan perezosa.- Suspiró resignada.- Deberíamos comer algo más nutritivo. Yo cocino, si quieres.

-¡Eso no pasará! -grité por impulso.

¡Rayos! Eso sonó más desesperado de lo que pretendía. Me recordó la vez que nos escapamos de Blackwell y tomamos el tren. Apenas la conocía y me puse nerviosa.

-¿Por qué no?-Dijo ella bastante sorprendida ante mi efusividad repentina.

-Quiero decir... es que estás herida. No quiero que te lastimes.

-¡Oh...! Conque era por eso, jaja.-Bajó la vista por unos instantes mientras logré percibir un fugaz rubor en su rostro.-Pero no te preocupes, ya ni me duele. Me he estado tomando los antisépticos. Pareciera que no tengo nada. Estaré bien mientras no haga movimientos bruscos.

-Na-ah. Prefiero estar segura.-Contesté incorporándome de la colchoneta de un solo salto.-Yo cocinaré. Considérate afortunada: esto no volverá a pasar en un buen rato.

Le dediqué una sonrisa de lado y le hice una señal para que me siguiera. Ella bajó la vista y la estacionó en Max quien había encontrado una forma de dormir aún con toda la luz del sol entrando por la ventana.

[Life is Strange] Mi última esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora