El residuo de McClain

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—Pero no estoy de acuerdo con ese Colin —dijo Jane, la psicóloga

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—Pero no estoy de acuerdo con ese Colin —dijo Jane, la psicóloga. Emma estaba teniendo una sesión de terapia a distancia por videoconferencia. Por supuesto que Jane no conocía a Brandon y no tenía idea de en qué contexto Colin le dijo a Emma tal cosa—. Ser tú misma es la clave del éxito para una primera cita; pues con ella sabrás si valdrá la pena continuar. Emma, hemos hablado sobre tu cita durante treinta y cinco minutos, te noto demasiado ansiosa, quisiera saber si has tratado de expresarte en la comunidad o ¿la abandonaste?

Emma negó, —Hace días que no me expreso ahí.

—¿Sientes que no lo necesitas más? —Jane acomodó sus gafas frente a la cámara—. Emma, te insistí demasiadas veces para que te unieras a ese blog, ¿sientes que no lo necesitas más? ¿Colin es ese amigo que estábamos buscando? He notado que le has confiado cosas que tú no le mencionas a nadie.

—Él me entiende. Llevamos cuatro semanas conociéndonos y puedo afirmártelo, se le nota en la mirada, que me entiende, o que al menos lo intenta. Él también me ha confiado cosas muy personales; tiene veintidós años, a semanas de cumplir veintitrés, y sigue casto. Lo compartió conmigo por alguna razón.

—Lo compartió contigo porque también confía en ti, Emma.

En ese momento, Vivian abrió la puerta del dormitorio, eran las siete de la noche de un lunes, su trasero bisexual tenía tanto que hacer antes de salir a buscar un trío con quien embriagarse y algo más para afrontar el resto de la semana. Emma silenció el audio de Jane y utilizó el teclado para hablarle «Mi compañera de cuarto llegó, tengo que irme. Mi papá te depositará el cheque del mes», se desconectó sin darle importancia a los minutos que le sobraban. Nunca contó con la interrupción de su querida compañera, pensó que a esa hora ya andaría drogada en un bar de la miseria, como normalmente lo hacía los lunes, alzó su mirada y la encontró comiendo chocolates blancos y negros.

—Hugo, el de la recepción, me pidió que te entregara unos chocolates que llegaron a tu casilla. —Vivian le comentó mientras devoraba los dulces, le lanzó la caja vacía y sacó un cigarrillo de su bolso todo roto.

Más que estar enfadada porque el de la recepción creía que Vivian tenía el derecho de recoger sus pertenencias, le llamó la atención los chocolates; no tenía ni nombre ni nota, nada con qué identificar de dónde venía, o de parte de quién.

Tomó su teléfono para verificar la hora, tenía un mensaje de Brandon.

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Brandon: No lo permitiré, te recogeré e iremos juntos.

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Emma quería encontrarse en el bar donde acordaron, quería evitar compartir taxi hasta ahí porque eso implicaba más conversación, pero, claramente, Brandon no iba a dejar que Emma se saliera con la suya; él siempre se salía con la suya.

Al Estilo Emma© #1Där berättelser lever. Upptäck nu