XXXVII

940 134 0
                                    

No puedo evitar sentirme algo extrañado al despertar y sentir unos brazos rodear mi cuerpo, hasta que recordé el pequeño detalle de que JB había decidido quedarse junto a mí; por un momento creí que se trataba de Mark, pero de todos modos él me abrazaba, mientras me aplastaba, por supuesto, porque su dormir es pésimo, algunas veces sentía manotazos o patadas, algo que ya se me hacía normal en él y no lograba asustarme más.

Intento moverme con lentitud para no despertar al muy atractivo chico, pero mi esfuerzo parece ser en vano.

—Quédate un poco más —probablemente su voz ronca y somnolienta se ha convertido en mi nueva droga, incluso, un escalofrío recorre cada parte de mi cuerpo y hago todo el esfuerzo posible por no pensar en escenas demasiado candentes.

Sus labios y aliento sobre mi cuello imposibilitan cualquier clase de movimiento, más bien me hacen querer estar más junto a él. Recuerdo como tiempo atrás, estar de éste modo con él era solamente un sueño, uno bastante lejano, por cierto. Cada vez que escuchaba su voz de recién levantado al otro lado la línea telefónica, me hacía fantasear, pero ahora no era una fantasía, sino que la realidad.

Él sigue besando y mordisqueando mi cuello, mientras arrastra una de sus manos por mi cintura. La sensación es demasiado agradable, hasta me hace pensar en hacerme el enfermo para no ir a trabajar, pero la responsabilidad es primero.

Se apega más a mi cuerpo y acaricia mi muslo, pero no soy tan tonto como para no darme cuenta que quiere llegar a más, mucho menos cuando noto que se está comenzando a excitar.

—Debo ir a trabajar —me levanto de repente y él suelta un gruñido.

—Vamos, Jin, vine hasta aquí para pasar más tiempo contigo —se queja, mientras rueda en la cama.

Es tan infantil cuando se lo propone...

—Pero la diferencia es que yo no soy el jefe y no me puedo dar el día libre, aunque quiero hacerlo. No llevo mucho tiempo como maestro, por lo que no es nada adecuado que falte.

Él termina asintiendo y se levanta. Estoy seguro de que sabe lo mucho que desde tiempo atrás anhelaba ese trabajo, que, además, me está haciendo sumamente feliz.

—Toma una ducha, yo te prepararé el desayuno —me señala la puerta del baño.

Por un momento siento que somos una de esas parejas que viven juntos y la idea me hace sentir extremadamente entusiasmado. Tal vez en un futuro no tan lejano podríamos intentarlo.

—¿Te he dicho lo mucho que te quiero, Bumie? —suelto, mientras me encamino al baño para cepillarme los dientes, porque tampoco quiero besarlo con más aliento.

—¿Y eso? —me observa extrañado, probablemente porque no siempre me comporto tan cariñoso con él.

Me quedo por un momento en silencio, hasta que termino de lavarme los dientes me acerco nuevamente a él y lo abrazo. Estoy consciente de su ligero olor a sudor, seguramente porque pasó pegado a mí como una garrapata durante la calurosa noche, pero eso no me importa, más bien me resulta agradable.

—Me encanta cuando te pones así de dulce, cariño. Deberías hacerlo todo el tiempo — besa mi frente, pero decido que ese es el momento de besarlo, lo cual lo toma un poco por sorpresa, tardándose un poco en corresponder mi acción —. Vaya, creo que definitivamente hoy te levantaste con el pie derecho. Si así es como me tratas porque ayer fue mi cumpleaños, ya me imagino el resto —pasa su lengua por su labio inferior.

Doy unos cuantos pasos hacia atrás producto de la vergüenza, pero eso nada más le hace gracia y no me detiene, en lugar de ello, se encamina a la cocina.

Después de algunos minutos debajo de la ducha, seco mi cabello con la toalla al igual que el resto de mi cuerpo, pero luego la enrollo en mi cintura. En cuanto salgo, cierro la puerta de mi habitación y comienzo a vestirme, pero JB entra sin previo aviso, observando de una forma descarada mi torso aún descubierto.

Pienso en cubrirme con mis brazos, pero la idea se me hace algo ridícula, por lo que me pongo la camiseta blanca y luego la camisa de botones.

—No sabía que haces ejercicio —luce un poco apenado.

—En realidad, no es algo que me agradaba del todo, pero al menos hice el intento de ir unas tres veces por semana y ahora me gusta.

—¡Wow!, creo que tendré que ir contigo.

—¿Por qué? —estoy a punto de comenzar a abotonar la camisa, pero él se acerca y lo hace, incluso, recoge un poco las mangas.

—Orgullo, Jin. Ahora me siento como un fideo junto a ti. No esperaba a que escondieras tanto debajo de esa camisa tan formal —ríe ligeramente, lo que me hace fruncir el ceño.

—No deberías sentirte de ese modo, pero, ¿te gusto así? —estoy algo nervioso por su respuesta, pero él me ve a los ojos y asiente —. La verdad es que nunca fui alguien muy atlético, pero cuando te conocí, de alguna u otra forma quería ponerme "atractivo" para ti.

Está algo sorprendido y confundido, puedo darme cuenta de ello por su expresión, además, se queda por un tiempo en silencio.

—Me gustarías de cualquier modo, Jin, me gustas por ser tú. No voy a detenerte si quieres hacer más ejercicio, mi intención no es hacerte sentir mal, cariño, pero jamás imaginé que te gustara tanto como para llegar a ese punto.

—Ya sé que es tonto —me río —, pero en serio pensaba que así te fijarías en mí, aunque se convirtió en un pasatiempo para mí.

—Soy demasiado distraído como para notar algo como eso, ni siquiera lo esperaba.

Ambos comenzamos a reír, definitivamente ese esfuerzo mío fue en vano, por lo menos ahora me gusta ejercitarme, era un modo de distraerme y liberar el estrés, así como para mantenerme saludable y en buena forma al mismo tiempo.

—De todos modos, no deberías sentirte intimidado por mí, ambos sabemos mi papel en ésta relación, el simple hecho de que haga ejercicios no lo cambiará —siento un poco de vergüenza al confesarlo, luego carraspeo un poco mi garganta.

Creo que es algo que descubrí desde tiempo atrás y no fue una idea que me disgustara, es más, supongo que es algo que debería ser bastante normal.

Me sorprende que no lo comprenda a la primera, pero tras unos cuantos segundos, comienza a reír otra vez.

Su risa, es una de mis cosas favoritas de él, podría escucharla todo el tiempo.

—Escucharlo salir de ti me hace sentir más aliviado. No lo tomes a mal, pero algunas veces te acostumbras a los prejuicios... ya sabes, pero en serio no luces como el típico chico que señalan de "pasivo", más bien eres demasiado refinado y masculino —sé que le cuesta un poco hablar respecto al tema, pero no lo tomo a mal.

Después de todo, Jaebum vivió confundido por algunos años, hasta que lo descubrió, pero seguía sin animarse a tener una relación con un chico, mientras que yo desde la escuela me di cuenta de que no me sentía atraído precisamente por las chicas, aunque algunas de ellas se me acercaban y me pedían ser su novio. Fue tan difícil rechazarlas y darles algún motivo, ¿cómo un niño de unos 11 años iba a explicar lo que sentía? Solamente mi mamá me había entendido e hizo su mejor intento de hablar con mi papá.

—Lo comprendo completamente, no te preocupes por ello, no siento que me estés ofendiendo — mi sonrisa lo hace sentir más tranquilo.

—Vamos a desayunar, sino se te hará más tarde. Por cierto, iré contigo, luego también puedo ir a recogerte.

—Pero ni siquiera te has duchado.

—Eso no importa, me cepillo los dientes, me pongo algo en la cabeza, me cambio la camisa y eso es todo —se encoge de hombros.

Desde ya, presiento que en mi relación con Jaebum habrá algunas pláticas respecto al aseo y cuidado personal, así como ciertos desacuerdos respecto a la temática, pero bueno, supongo que es algo que no puedo callar después de todo.

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPWhere stories live. Discover now