III

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Un mes, sí, ese era exactamente el tiempo que había transcurrido desde la última vez que lo vi. Si estaba ansioso en la ocasión anterior, ahora me encuentro peor.

Guardo las cosas en mi bolso, como habitualmente lo hago al acabar con mi jornada laboral, y escucho a alguien ingresar a mi oficina.

—Jinyoung, ¿Me puedes prestar la sombrilla? —pregunta alguna de mis compañeras de trabajo justo detrás de mí.

—Sí, sí —respondo sin prestarle atención o darle importancia a su pregunta.

En cuanto termino de poner todo en su lugar, tomo mi bolso, y en cuanto me dispongo a tomar mi sombrilla, logro procesar lo que había respondido tal vez un par de minutos antes. Soy un tonto.

—¡No! Lo siento, pero no te la puedo prestar —digo, mientras abro la puerta y me asomo por el pasillo, el cual se encuentra completamente vacío.

Eso te pasa por andar de distraído, Jinyoung. Genial, ahora solo falta que caiga un aguacero sobre mí.

Sin duda, el cansancio combinado con aquél pequeño error, logran ponerme algo malhumorado, y al salir del edificio, no pienso en otra cosa aparte de llegar a casa y descansar. De todos modos, el dolor de espalda me está matando.

No había caído una sola gota de lluvia por al menos 13 días, pero parecía que la lluvia se había empeñado en fastidiarme, como si supiese que justamente hoy alguien se llevó mi sombrilla. Porque parece que se combinaron aquellos días en un solo aguacero, ni siquiera observo un taxi cerca, aunque me quedo unos cinco minutos de pie frente a mi lugar de trabajo, esperando que escampe por lo menos un poco, lo que no llega a pasar.

Pero esta vez ni siquiera me inmuto en correr o hacer un intento miserable y banal en cubrirme, me resigno a mi destino, que obviamente es mojarme y tal vez enfermarme.

Camino con lentitud, hasta detenerme donde generalmente lo hago, esperando a que el semáforo cambie de color; en ese momento aparece él, aunque no sé si eso es bueno o malo, no estoy de humor.

Lo observo rápidamente de reojo, pero lo suficiente para procesarlo; su ropa es negra, como siempre. Esta vez lleva consigo un estuche de guitarra colgando en uno de sus hombros.

Él tan majestuoso, admito que se ve increíble, y seguramente yo luzco en este momento como uno de los seres más lamentables sobre la faz de la tierra. En todo caso, mi pésimo humor me ha quitado las ganas de verlo, quiero que desaparezca y yo teletransportarme a mi casa.

Él parece notar que lo ignoro, seguramente también observa esa nube negra sobre mí cargada de malas energías. Debe extrañarle que ni siquiera doy un paso hacia él en un intento frustrado de refugiarme bajo su sombrilla. Simplemente me quedo quieto, bajo la lluvia.

Nuevamente lo veo de reojo, tiene el ceño fruncido y en esta ocasión es él quien da unos cuantos pasos hacia mí, pero no lo suficiente como para cubrirme con su sombrilla; se detiene y me observa dudoso, pero antes de que dé un paso más hacia mí, ...

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Nuevamente lo veo de reojo, tiene el ceño fruncido y en esta ocasión es él quien da unos cuantos pasos hacia mí, pero no lo suficiente como para cubrirme con su sombrilla; se detiene y me observa dudoso, pero antes de que dé un paso más hacia mí, el semáforo cambia, siendo esta vez yo quien toma la delantera. Me giro y él sigue de pie al otro lado. Su mirada se encuentra con la mía, mientras me ve con una expresión de desconcierto, pero me giro y sigo caminando.

En parte lo había ignorado, pero cuando llego a casa, cambio mi ropa mojada por una caliente pijama, y luego bebo un poco de café, este genera que algo en mí se active, ¡Lo había visto! finalmente lo hice. Corro y apunto la fecha de hoy en mi diario junto a una pequeña descripción y lo coloco en su lugar con una gran sonrisa.

Sí, no estoy tan joven como para escribir en un diario, pero de cierto modo es algo que me agrada y puedo utilizar cuando me siento inspirado o solamente quiero desahogarme.

Me enrollo entre las cobijas y enciendo la televisión, pero le bajo el volumen en cuanto mi celular comienza a vibrar y observo en la pantalla un "Jackson".

—Abre la puerta, ya estoy llegando —se apresura a decir. El tonto de mi amigo ni siquiera me deja contestarle, sino que cuelga la llamada.

Justo un día como hoy se le antoja visitarme, no voy a poder lograr mis planes en completa soledad. Probablemente será tan ruidoso como siempre.

Me levanto sin muchas ganas para abrirle la puerta, hasta me regaño a mí mismo, no puedo ser tan odioso, debería agradecer que tengo un amigo tan atento como él, quien carga algunas bolsas y una caja con donas, además me sonríe de oreja a oreja.

—¡¿Por qué diablos haces que me preocupe tanto?! Cuando leí el mensaje de que te duele la espalda, sabía que no habías comprado ninguna pastilla, te he dicho miles de veces que tienes que cuidar más de tu salud. Algún día me vas a matar de preocupación —hasta luce molesto, pero no es una novedad, siempre es extremadamente dramático.

—No pasa nada, de todos modos, ya se me está quitando el dolor —le sonrío.

El castaño me observa por un tiempo con atención sin decir nada, parece pensativo.

—¿Lo viste hoy? Seguro fue eso lo que te quitó el dolor de espalda —comienzo a reírme como tonto con sus palabras, además mis mejillas arden un poco. Jackson también se ríe y luego niega.

Él me conoce extremadamente bien, bueno, no por nada es uno de mis amigos desde que estaba en la universidad.

—Espero que al menos hayan logrado hablar un poco más esta vez.

—Ni siquiera cruzamos una palabra —dejo de reírme y más bien suspiro —. Hoy fue un desastre, comenzando por mi apariencia y que también estaba molesto, no sé cómo él no corrió espantado en cuanto me vio.

—De todas formas, yo todavía no te dejo tener novio —se cruza de brazos.

—Tampoco te estoy pidiendo permiso —arqueo una de mis cejas.

—Jinyoung, ni siquiera eres capaz de hablarle, obviamente no estás preparado. Anímate un poco, háblale, no es algo difícil, ¿Recuerdas cuando te conocí? Te dije una estupidez y ya con eso nos hicimos amigos.

—¿Cómo se supone que olvide que me dijiste "Me gustan los cordones de tus tenis"? Lo peor de todo es que eran negros, sumamente normales —rodeo los ojos y él se carcajea ruidosamente.

—Eras el más inteligente y lucías como una buena persona, lucías... —dice descaradamente y obviamente se gana un golpe de mi parte —. Era broma, era broma, a lo que quiero llegar es que hasta puedes hacerle un cumplido de su camisa o cualquier otra prenda, es sencillo.

—Claro, después no es gay, cree que lo estoy acosando y me da un puñetazo en la cara.

—Luego yo soy el dramático. Es normal decirle a alguien que su ropa es bonita, se lo decimos a Bambam todo el tiempo y lo genial que se ve, no por eso él nos malinterpreta —abre la caja de las donas, luego saca algunos vasos y los llena de refresco.

—A pesar de todo, no creo que lo haga, seguramente si lo intento enmudeceré y se burlará de mí.

—Si se burla es un idiota y lo golpearé —le pega un mordisco a una dona y me hace una seña para que agarre una —. Quiero ver una película, voy a ponerla.

—Está bien —le respondo y me voy a sentar junto a él, pero me quita todo e indica que debería tomarme la pastilla contra el dolor de espalda primero.

En realidad, la visita de Jackson no había sido tan mala después de todo, él siempre es atento e intenta aconsejarme, por más tontos que puedan llegar a ser sus consejos o incluso lo que yo le digo.

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Créditos del hermoso fanart a:

CaveCrew

Lilium004



¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora