[ 🌹 ]; Hakuryuu.

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Disclaimer: los personajes de Inazuma eleven no me pertenecen.

Referencias:

-Diálogos.
Pensamientos
«flashback»
°°°°°°°: cambio de escenario.

Summary: -

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Nuevamente le tocaba jugar con el equipo de su nemesis, Tsurugi Kyousuke, sin embargo eso no era lo que le preocupaba de esta situación, su atención se centraba en la altanera chica que lo miraba desafiante y retadora casi siempre. Él no era mucho de perder los estribos, pero su paciencia se iba a la mierda con ella, y aunque le costará admitirlo, eso le fascinaba, más cuando sabía que podía hacer que toda esa arrogancia se fuera en un segundo con las justas palabras.

Y hablando de la reina de Roma, la rubia de cabellos casi blancos había entrado a la cancha en la que se encontraba solo, entrenando. Sonrió al ver su cara de sorpresa e incomodidad al encontrarse con él ahí. Y no era para menos después de la última vez.

-¿Qué con tu cara de idiota, perdedor?-atacó al instante viendo como la sonrisa del albino de hacia más ancha, estaba disfrutando de verla molesta.

-Si no es nada más ni nada menos que la mejor delantera, de los peores.-habló con un tono burlón Hakuryuu. Era poco común en él estar bromeando y sonriendo tanto, pero era lo que ella causaba en él.

-Mira, baboso, no quiero perder mi tiempo contigo así que ve a entrenar a otra cancha.-Ignorando lo anterior dicho por él, pasó por su lado con sus brazos cruzados, pero fue detenida por una mano que tomaba con firmeza su brazo, más sin llegar a herirla. Su corazón dio un vuelco al estar piel contra piel y sus mejillas tomaron un tono rosa que a Hakuryuu le pareció bastante cautivador.

Mordió su labio inferior, titubeando, más sin dejarlo notar en su rostro.-¿Qué te parece si entrenamos juntos? Tal vez así dejes de ser la perdedora de siempre.

Y ahí perdió todo el encanto. Hakuryuu solía agradarle, más de lo que pensaba, pero podía ser un idiota con sus provocaciones, sin contar que con ellas solo lograba sacarla de quicio y contradictoriamente, atraerla a sus trampas siempre. Hasta el momento habían tenido unos cinco encuentros deportivos, obviamente, en los cuales tres de ellos había ganado el alto peliblanco, pero no era su culpa que él la distrajera, de forma poco justa cuando jugarán. Odiaba que cuando luchaban por obtener el balón, Hakuryuu se acercara de más a su rostro, llevando a sentir su aliento rozar sus labios, también detestaba cuando le susurraba cosas al oído, desconcentrandola, pero lo que más odiaba, era caer en cada una de esas trampas e ilusionarse como idiota pensando que ese chico podría fijarse en verdad en ella.

-No estoy para tus juegos, Hakuryuu.-Dijo soltandose de su agarre con un brusco movimiento, comenzando a caminar fuera de la cancha.

-¿Saldrás huyendo como la vez anterior?-Hakuryuu preguntó aquello sin pensarlo bien, haciendo que la albina detuviera su caminar.

Su vergüenza y molestia creció, subiendo a colorear su rostro. Esa vez se había sentido tan humillada por el chico alto.

« Sus rostros tan cerca como muchas otras veces en el pasado habían estado, sus ojos conectados, el cuerpo de Hakuryuu sobre ella, tan juntos que ni una brisa podría pasar entre ellos. La competencia y el balón habían salido de sus mentes al sentirse tan cerca. Ella quería, diablos, ¿quién no querría besar al chico que ahora estaba encima de ella? Deseaba al fin probar sus labios, pero no podía, no caería tan bajo como para hacerlo, al menos no aún.

【	✾	 】One-shots Inazuma Eleven y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora