Capítulo XII

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Fueron tres metros los que caminé desde el baño hasta la habitación de mi amiga de toda la vida. Había pasado por ese pasillo cientos de veces seguramente, pero nunca había pensado tantas cosas mientras daba mis pasos desde una puerta a la otra como en este momento.

-¿Y… qué salió? –dijo Juli, a penas entré-.

-Positivo –dije angustiada-.

-¡Ay, Chiari! ¿qué vas a hacer?!

Me quede pensando por unos instantes mientras Juli seguía hablando, aún que yo había dejado de escucharla. Luego, dije:

-Primero le voy a decir a Gabi que estoy embarazada y no se… voy a esperar a ver que me dice.

-Para colmo, el está en Mendoza. ¿Y con tu vieja qué vas a hacer?

-En algún momento se lo voy a tener que decir.

De repente, se abrió la puerta.

-Chiari te vino a buscar tú mamá –interrumpió la nana de Juli-.

-Ok, ya voy. Chau Ju, gracias.

-De nada, suerte con tu vieji –me dijo Juli antes de cerrar la puerta de su cuarto-.

Le regalé una sonrisa antes de salir del cuarto y me fui, saludé a su abuela y comencé a caminar con mi mamá.

-¿Te sentís bien? –me preguntó-.

-Sí, ¿por qué? –contesté sin ningún tipo de emoción-. Si supiera estoy engendrando un bebé en mi cuerpo

-Porque te veo con la carita angustiada.

Sí, mamá ¿no te das cuenta que estoy embarazada? Pensé dentro de mí.

-No me pasa nada –contesté cortante. El camino a casa fue silencioso por suerte, no quería que mamá me preguntara nada.

Al llegar a casa le dije a mamá que iba a comprar algo al kiosco. Era mentira, en realidad iba a un locutorio a charlar con Gabi. Agarré un par de billetes de dos pesos y salí de la casa.

Cuando llegué al lugar fui con el encargado y le dije:

 -Buenas noches

-Buenas noches –dijo el hombre-.

-¿Una cabina?

-Sí, ¿A dónde vas a llamar?

-A Mendoza.

-¿Sabes el prefijo?

-Sí, sí

-Ok, pase a la cinco.

-Gracias –dije mientras me dirigía a la cabina que me indicó el señor-. Estaba nerviosa ¿Qué me diría? Suspiré y marqué los números que correspondían.

-Cinco… Siete… Ocho, cero, dos.

-¿Hola? –atendió una voz masculina del otro lado-.

-Hola, ¿mi amor?

-Sí gordita soy yo. ¿Cómo estas?

“Gabriel, llena estos papeles” se escucho una voz femenina algo seductora por detrás del teléfono.

-¿Quién es esa? –pregunté celosa-.

-Mi Jefa. Quedate tranquila que yo sólo estoy con vos.

-¿No era tu tío el Jefe?

-Sí, pero ahora hubo un cambio, no se…

-Bueno, tengo algo serio que contarte, podes ir a un lugar privado.

-Sí, mi amor, esperame un segundo.

“Ariana salgo un momento, discúlpame” le dijo.

“No, habla lo que tengas que hablar después”

“Pero es importante, por fa Ari, mirá me pongo de rodillas”

Se escuchó una carcajada y, luego, “Bueno, sólo 5 minutos” ¿Por qué se llevaba tan bien con su Jefa? Me ponía muy celosa.

-Hola linda, ya estoy.

-Hola

-¿Qué me tenés que decir?

-Estoy embarazada.

 

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