Heed ➳ h.s (español)

Cuarentisiete: Relax

—Con una condición... —divagó.

—Tengo el presentimiento de que tiene que ver conmigo —Harry masculló. Sus dedos jugaban con su cabello, peinando una hebra tras su oreja. Su palma acariciaba su mejilla y Charlie se esforzó por no mostrarse afectada por ello. Tomando lentas y profundas respiraciones era la única forma de batallar contra las mariposas.

—Tienes que acompañarme a un evento de caridad anual de máscaras. Es el ocho de noviembre —Charlie repitió las palabras del correo que su padre le había enviado.

Harry pensó por un momento luego de oír las noticias. ¿Qué debía temer ahora? Había conocido a su familia y sabía exactamente qué esperar. Lo único a lo que debía temerle era a las preguntas acerca de su familia que podían entrar a colación. Harry temía eso. 

—Por supuesto —Harry asintió.

Charlie se inclinó y le dio un beso rápido. Para su sorpresa, Harry volvió a inclinarse y continuó sus acciones. Sostuvo su mejilla con su palma mientras adentraba su lengua en su boca, y casi logró cernirla sobre el sillón hasta que Charlie recordó algo. Ella empujó su pecho con los ojos abiertos como platos. 

—¿Has sabido algo de Rick?

Él arqueó las cejas—. Uh... ¿Por qué preguntas eso ahora?

—Bueno... su boda fue cancelada y me preguntaba si sabrías algo.

—¿Cómo sabías de eso?

Charlie fue tomada por sorpresa por su pregunta—. ¿Cómo lo sabías tu? El sobre sigue en mi escritorio. Olvidé dártelo.

Harry se rió de su indirecta confesión de haber leído su correo. Poco sabia la rubia que él también había recibido un correo de la novia. Aparentemente estaba en una lista para saber ese tipo de cosas. Quería molestarse de que husmeara entre sus cosas, pero mientras más la miraba, el sentimiento se desvanecía. Charlie tenía un poder sobre él. Su presencia lo liberaba de la paranoia.

—Probablemente ya no pueda costearla —Harry cambió el tema tranquilamente. No quería una discusión acerca de cómo se habían enterado. Le dolía un poco que su antiguo jefe tuviera que llegar a tales extremos gracias a que él había tomado su puesto.

—No lo abrí... solo leí a través del sobre.

Harry puso los ojos en blanco—. ¿Cómo se ha portado Mason?

Charlie palideció al recordar todas las cosas inapropiadas que habían hecho mientras Harry no estaba. Drogarse y lanzar dardos hacia una foto no había sido más que el inicio de sus aventuras. Charlie tenía otro amigo, pero se negaba a agradecerle a John por ello.

—¿Por qué preguntas eso? —ella arqueó una ceja. 

—Un cambio de tema no es malo —respondió sarcásticamente.

—Mason se portó bien. Él es genial en realidad. No tienes que preocuparte por él ya.

—Lo mismo con Erica —Harry asintió.

El corazón de Charlie latió desconcertado al escuchar su nombre salir de sus labios. Se estremeció ante el sonido. ¿Se sentía él igual cuándo ella mencionaba a Mason? Una parte enfermiza suya esperaba que fuese así. Charlie no quería ser la única celosa. Solo los chicos se veían calientes celosos. 

—¿Por qué lo dices? —Charlie gimoteó.

Harry tragó duro ante el tenso cambio de tema—. Bueno, ella está saliendo con Mason. 

Charlie lo miró estupefacta cuando terminó de hablar. Casi quiso contarle a Harry sobre el tiro al blanco antes de recordar que lo que había hecho no había sido correcto. Mantuvo la boca cerrada y reflexionó por un momento. ¿Estaba todo planeado? Mason se había drogado con ella... ¿Verdad? Y además también había lanzado dardos hacia su foto, ¿o no? Repentinamente todo el día era un borrón y lo único que podía recordar eran los mensajes de texto.