Treintisiete: Conquistar.

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Harry

7:56 p.m

Harry se adentró en la oficina, ni un poco sorprendido al ver que todas las sillas de la sala de espera se encontraban vacías. Se pasó las manos por el pelo antes de entrar, cerrando la puerta ruidosamente a sus espaldas. La recepcionista, Darla, abrió los ojos como platos cuando Harry se le acercó.

—Buenas noches, Darla. Esta vez estoy en la lista, supongo.

Ella estaba boquiabierta, completamente perpleja por el hombre nuevo frente a ella. Más allá de la montura de sus lentes, todo lo que veía era un chico completamente diferente. El Harry Styles que había visto el mes anterior se había desvanecido de su campo visual, literalmente. Tenía una vibra diferente a su alrededor. Ya no la miraba con desconfianza y sus ojos ya no retenían aquel atisbo de aburrimiento. Podía asegurar que algo le había pasado juzgando por el brillo de sus ojos. 

Cerró la boca antes de seguir haciendo el ridículo y tachó su nombre de la lista antes de mirarlo de nuevo—. Uh... sí. Te está esperando.

Harry asintió una sola vez, y esbozó una sonrisa ladeada cuando abrió la puerta de la oficina de John. Sus ojos escanearon el umbral de la puerta, comparando el suyo. 

John obviamente no era tan afortunado como Harry con el tamaño de su oficina, pero él no era nadie para criticar eso. El viejo Harry opinaría lo mismo. Ahora, Harry entendía porque todo era así, y que no tenía forma de acomodarlo él mismo. Sus pensamientos no podían curar el cáncer, después de todo. 

Harry se encontró con John sentado en su silla regular. El aroma en su oficina era menos confortante, y la apariencia de todo casi parecía burlarse de Harry mientras entraba. Una vez había considerado ese lugar como una vía de escape, un lugar donde siempre quería estar. Ahora, sus pensamientos estaban llenos de sincero disgusto y aversión. 

—Siéntate —John arqueó una ceja, señalando el asiento gris. 

Harry obedeció. No pudo evitar notar las otras cosas ocurriendo la oficina además de ellos. John tenía muchos marcos para glorificar sus títulos, y las fotografías familiares probablemente podían revelar un poco de su vida en el hogar. Harry se relajó sobre el asiento y soltó un profundo aliento. 

—¿Cómo has estado? —John decidió abrirse camino hacia dónde realmente quería llegar. 

—Bien —Harry dijo—, en realidad, bastante bien. Fantástico —se corrigió a sí mismo, esbozando una amplia sonrisa mientras John escribía cosas al azar en su diario. 

John asintió—. Ser CEO es un gran trabajo. ¿Te has sentido estresado? ¿Como cuando te sentías cuando obtuviste tu primer cubículo en JKU? 

Harry juntó las cejas ante sus preguntas. Podía decir por el tono de voz de John, que estaba tratando de sacarle algo. Harry decidió volver a relajarse de nuevo por el momento, tirando de los hilos sueltos del reposabrazos de la silla. Alzó una pierna y descansó su tobillo sobre su muslo. 

—Nope —dijo. 

John frunció los labios, negando con la cabeza decepcionado. 

—Has tenido una gran transición desde nuestra sesión de hace dos semanas —John le aplaudió, asintiendo en su dirección con una sonrisa. 

Harry sonrió. Los ojos de John lo seguían casi burlonamente, y sus felicitaciones no parecían genuinas. Harry se removió en su asiento, posando los codos en sus muslos. Juntó sus manos y lo ojeó escéptico, retando la mirada que John estaba dándole. Casi quiso reírse de lo que pasaba. No fue hasta que su teléfono comenzó a vibrar que pudo librarse de la incómoda situación.

Heed ➳ h.s (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora