Veintiocho: Crucigrama.

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Su agarre sobre su muñeca se congeló y sus ojos verdes intentaron descifrar las palabras que Charlie le había dicho. Se sentó en la cama en completo shock, sorprendido por la información que no le había proporcionado antes de todos sus juegos e instigaciones. Harry solamente se quedó sentado allí, mirándola, sin saber como se sentía ante la revelación

Lo único que pensaba su egoísta y extasiada mente era en lo mucho que la hubiera lastimado si se hubiera deslizado en su interior de golpe como lo hacía normalmente. ¿Cabía la posibilidad de que no lo hiciera? Harry no podía confiar en sí mismo, y no era justo para Charlie que recordaba su primera experiencia de ese modo. Harry no se destacaba especialmente por ser "suave, lento y romántico" la primera vez, pero su agresividad iba mucho más allá de eso. Como siempre, Charlie lo tomaba desprevenido en el peor de los momentos. 

—No estás hablando —Charlie miró las manos en su muñeca. No la había apartado de su entrepierna, y ella podía sentir la rigidez de sus articulaciones. Harry estaba en un estado de shock y desconocimiento. 

Respiraba suavemente, mientras por su mente corrían un millón de cosas que decirle a la rubia sentada frente a él. Se sintió usado y ella los había guiado a ese desastre. Charlie prácticamente le había mentido usando palabras y acciones coquetas y seguras. Harry arrugó los labios, todas sus hormonas neuróticas dispersándose cuando siguió pensando en lo mal que hubiera sido correrse dentro de Charlie... la pequeña virginal Charlie. 

—Charlie... —dijo entre dientes, soltando su muñeca y pasandose la mano entre sus rizos. Sus ojos azules lo observaron en silencio, sabiendo que decirle su "secreto" no había sido lo mejor en ese momento. De repente se abrumó con dudas. ¿Debió habérselo callado? 

—Esto no debería cambiar nada. Simplemente fóllame, Harry —frunció el ceño. 

Harry casi soltó una risa patética por la normalidad en que Charlie manejaba la situación. Ella era quién quería que se comportara como un buen novio. Harry no era tonto, él estaba malditamente seguro de que un novio no ignoraba el hecho de que su novia era virgen. Y no pudo contenerse al estrellar a Charlie con rudeza en la cama. Ella no era un método anti-estrés, era Charlie. Ahora con un suplemento de virginidad. 

—No —negó con la cabeza. Apartó su bolso de la cama con rabia, levantándose y caminando hacia la silla al otro lado de la habitación. Seguía llevado solamente sus bóxeres negros, su torso repleto de tatuajes completamente expuesto para Charlie. Se mordió el labio con un atisbo de vergüenza, pero mayormente decepción. 

—Harr-

—¡Dije que no! —replicó—. Fue algo estúpido de todas maneras. Apenas es mediodía y acabamos de entrar al yate —añadió con un resoplido, recogiendo su ropa. 

La parte de su mente capaz de tomar decisiones razonables regresó, y una parte de su fuente de juicio también. Todo el proceso que John había hecho para reforzar el lado íntimo de Harry se había ido a la basura. Se puso su camisa sin atreverse a mirar a su hermosa novia mediodesnuda en la cama. ¿Quién era él para tomar su virginidad así? ¿Por qué Charlie querría dársela a... Él? Sus inseguridades empezaban a nublar su opinión de la relación. 

—Solo te encanta hacerme sentir como una idiota, ¿verdad? —Charlie musitó. Se paró del colchón, sus ojos casi cristalizados. Se movió rápidamente hacia él, golpeando su pecho con ambas manos. Harry se sorprendió ante su acción, pero reaccionó tomando sus muñecas. 

—Charlie. —Harry advirtió, con los ojos abiertos. Ella sacudió la cabeza y siguió luchando entre su agarre, queriendo golpearlo una y otra vez. Él la hacía parecer una tonta la mayor parte del tiempo, incluso cuando no tenía la culpa de nada—. ¿Estás pegándome porque no me acosté contigo? —Harry preguntó incrédulo, sin saber qué había causado su reacción.

Heed ➳ h.s (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora