Dieciocho: Ascensor.

2.2K 205 49
                                    

—Charlie —Harry dijo abruptamente, deteniéndose para insertar su llave de apartamento negra en su puerta. Charlie le sonrió con dulzura y burla, girando sobre sus tacones para anticipar un vistazo dentro del apartamento de Harry. Sus ojos azules lo ojearon con inocencia, pero el efecto en Harry causó un impacto totalmente diferente.

—Prométeme que no arruinarás nada deliberadamente, ni ensuciarás mi piso o matarás a mi gatita —la miró serio, forzando la voz. Ya estaba lo suficientemente nervioso al traer a alguien ajeno a su lugar, pero el apostar que conociera a Dusty lo ponía un poco mareado y confuso.

Ella asintió, mordiéndose el labio. Él arqueó las cejas y ella suspiró—. Lo prometo. Vale, mira... No soy una loca niña salvaje y destructiva —Charlie se esforzó en no parecer ofendida, pero mientras hablaba, su subconsciente le gritaba que emitiera una declaración más profunda.

Charlie era buena desviando las crudas remarcas de Harry. Sus palabras eran bastante ofensivas, mayormente hirientes, pero ella siempre contaba con una réplica inteligente que le cambiaba el significado. Harry no lo hacía a propósito, pero tampoco le importaba lo que salía de su boca, y siento francos, él ni siquiera sabía cómo herir sus sentimientos. La consideraba invencible. 

—Y... ¿Piso? —resaltó—, vivimos en Estados Unidos. Este es tu departamento, y te oyes como un hombre gay cuando dices "gatita" —puso los ojo en blanco. Los labios de Harry se convirtieron en una fina línea, y sus cejas se fruncieron.

—¿Un hombre gay? —escupió—. ¿Cuándo te callas? Estoy intentando hacer algo agradable pero tu siempre tienes que decir algo que me haga lamentarlo —sus palabras fueron duras. El concepto de pareja "feliz" no duró mucho luego de salir del estadio. Había sido lo más remotamente cercano a explorar la ciudad y el tiempo que habían pasado juntos estaba retando su suerte. 

—¿Que cuando me callo? —Charlie calumnió—. ¿Sabes qué? Me iré. Buenas noches, Harry. Obviamente careces de habilidad para reconocer lo que ocurre a tu alrededor. He intentado destruir tu pared, pero está hecha de concreto —la voz de Charlie se transformó en un suave susurro al hablar, y se aseguró de chocar con su hombro cuando empezó a caminar hacia el corredor. 

Harry quiso sentirse feliz por su partida, sin querer dejarla entrar a su departamento. Normalmente, ya hubiera entrado y se hubiera sentado en su sofá. Detestaba los nuevos sentimientos erutando en su estómago. Él jamás se había sentido así... de culpable. Se sintió culpable por el ceño en su rostro y la rabia que sintió al marcharse. Actuó de la mejor forma posible y corrió a buscarla. 

—Charlie, espera —finalmente suspiró, llevando la llave de su apartamento cuando se acercó a ella con calma. Ella se cruzó de brazos y esperó el ascensor, tapiando el pie impacientemente en espera de que el ascensor llegara a su piso. 

—Déjame en paz —sus ojos nunca lo miraron. La paciencia de Charlie con Harry finalmente se había reducido. Ella creyó que el llevarlo al juego establecería una línea entre ellos, pero en su lugar, esa línea se había doblegado sobre ella—. Lo digo en serio —advirtió cuando Harry se aproximó.

—Mira, —Harry uso su mano para enfatizar sus palabras, apoyándose contra la pared para tratar de que lo mirara—. Lo lamento, lo que sea que haya dicho para molestarte, no quise hacerlo. Podrías solo... ¿Podrías venir a mi apartamento, por favor?

Ya está. Las palabras estaban dichas, y Harry cerró los ojos brevemente para calmarse. Ella retorció sus pulgares en silencio, y el ascensor finalmente hizo acto de presencia. Las compuertas color gris se abrieron, revelando una pared espejo y una alfombra de flores. Ella no vaciló en entrar. 

 —¡Charlie! —Harry no pudo soportarlo. Ella no lo miraba, no respondía, y se estaba yendo. Apretó las manos, deteniéndose entre las compuertas para evitar que se cerraran. Charlie se quedó boquiabierta ante su acción.

Heed ➳ h.s (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora