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-Veo veo -murmuró uno de los dos chicos en la parte trasera de la camioneta, medio adormilado.

-Que vess - respondió el otro del mismo modo.

-Una cosita

-Y que cosa ess

-Empieza por la letra... A. -murmuró Heans apoyado en el interior del maletero externo a punto de dormirse.

-Árbol - Max permanecía tumbado a su lado, entre algunos sacos policiales , lo que se me hacía un panorama algo cómico .

-Wow, es la quinta vez que aciertas. -  Heans dedicó una mirada cómplice hacia mí, quien solo observaba divertida.

-Es la quinta vez que dices árbol. Este juego apesta. - suspiró Max , cerrando los ojos y disfrutando del sol que le pegaba justo en la cara como un vaso de agua caliente.

-Tienes razón. ¿Y si jugamos al no veo?

-¿Y si os calláis un mes?- para nuestra sorpresa, se escuchó bramar a Caela, que al parecer tras las nauseas su rostro volvió a su color original.

-Y si is cillis in mis - se burló Max, y el ceño de Caela entró en acción.

-Muy maduro si señor.De hecho ¿Tu no eras mudo o algo? Por que lo prefiero así.

Max se enderezó con confianza gruñéndole como un perro amenazado. Ella se limitó a blanquear los ojos y se giró teniendo una imagen mas clara de la discusión entre Diego y Venus, que ya llevaban hablando y gesticulando media hora.

-¿Como los ves? ¿Crees que partiremos pronto? - me acerqué a Caela, arrastrandome por el vagón hasta la ventanilla trasera de su asiento.

Ella me percibió a la perfección, pero no se giró. De hecho estábamos igual de concentradas mirando a la extraña pareja .

-Ni idea. Pero miremos el lado positivo, y es que han dejado de gritar como si fuese una competición. - susurró complice, con la vista fija en el vidrio - Parecen un matrimonio - añadió.

Y era cierto, Diego se había dedicado todo el tiempo en convencer a Vee de proseguir el viaje tal y como lo planeamos. Se disculpaba de vez en cuando, y se acercaba más de lo debido para incentivarla a subir. Pero ella por el contrario no cedía, y se seguía negando rotundamente, echándole en cara sus propias palabras que utilizó contra ella.

-A este paso moriremos aquí... - gimoteó Heans, lanzándose encima de Max, el cual ahora no paraba de revolverse para librarse de su primo de alguna manera.

Sonreí melancólicamente viendo el par de chicos que forcejeaban delante mía, como si fuesen hermanos.

"Quizás lo eran"

Pero decidí no sacar aquel tema ahora.

-Chicos chicos, se acercan al coche. - gesticuló Caela alarmada, como si de una misión se tratase. Por lo que todos nos incorporamos de inmediato.

Entonces las dos únicas puertas de la camioneta se abrieron, dejando paso a los dos faltantes del grupo ya más calmados.

Vee me sonrió , intentando decirme así que no había ningún problema.

Y Diego arrancó el coche y pisó el acelerador, moderando un poco más la velocidad.

-Escuchad- inició Diego, ganándose completamente nuestra atención. -Vee y yo hemos estado hablando ...

-¿Ah si? Si no me lo hubieses dicho, nunca lo habría adivinado - interrumpió Heans con su cara más inocente, ganándose una carcajada de Max.

El carraspeo incómodo de Diego entró en acción y lo fulminó con la mirada a través del retrovisor, a lo que Heans se incorporó de inmediato.

El arte de portarse malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora