Capítulo 7

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Estoy tan cansado de estar aquí suprimido por todos mis miedos infantiles.

-Evanescence
My inmortal-

Conozco la historia de un chico que finge odiar la felicidad. Él se hunde en un mar lleno de tristeza, y tal parece que no quiere esforzarse a salir, a propósito busca hundirse más y más. Un chico que no tiene el valor de abrir nuevamente su corazón. Un chico al que profundos temores lo cubren y lo inquietan. El pobre chico creció creyendo que si eres bueno las cosas buenas vendrán, creyó también en los verdaderos amigos, en amables personas y en el amor. Un chico que lamentablemente esconde toda esa verdad... No conozco el final de la historia, aunque muchas veces he querido darle uno. Nunca es un final feliz si se lo preguntan.

A veces me sorprendo a mi mismo. Suelo pensar en muchas cosas; mi mente puede trabajar en ingeniosos planes para comenzar con la tercer guerra mundial o volverme el siguiente Jack the Ripper(1). Pero por fuera puedo ser una tumba... Es como si mis labios estuvieran cocidos por el más fuerte hilo y ese hilo estuviera programado para desaparecer sólo para decir lo que las personas quieren oir. Estoy cansando de dar, no quiero intentar. Quisiera ser una mancha en una hoja en blanco y que el borrador pasará por encima de mi para hacerme desaparecer.

Duele

Quema

Pedazos de un mundo tan impuro

Sólo aquellos que han amado saben lo qué se siente perder.

Odio mi vids y me odio a mi mismo, por no ser capaz de cambiarla.

Hoy el sol está brillando más que nunca. No quiero ir a la escuela, pero tengo que hacerlo, ya he faltado una semana.

Aquella tarde cuando Hyoga me llamo Perro y me comparo con un cometa, me sentí realmente bien con eso. Él había notado mi presencia y de algún modo me había pedido mantenerme a su lado. Ese día me prometí a mi mismo disfrutar del momento y olvidar todo lo demás. Preparé la comida de Ikki como cada día, limpie, lave la ropa, hice mis tareas y fui a ver a mi madre. Ella sigue dormida y en su mundo. Volví a casa y mi hermano me esperaba. Sucedió sin avisar, así de pronto; abrí la puerta y recién entraba cuando sentí rozar en mi mejilla izquierda el palo de la escoba, tuve suerte en ese movimiento, no en los demás... Para cuando me di cuenta ya estaba en el piso, sangrando y recibiendo paradas de mi hermano. Creí que moriria, me sentí aliviado de saber que todo acabaría, pero tuve miedo de que eso fuera todo de mi. Ikki seguía golpeandome, mientras lloraba y me llamaba marica.

Todo comenzó a ponerse demasiado borroso, el dolor pasó a segundo plano y sólo entonces me arrepentí de haberme fijado en aquel chico pelinegro de ese día. Ese chico del que jamás supe su nombre, pero me ayudó a saber que yo era diferente. Volví a desear mi botón del tiempo, para poder presionarlo y que me enviara a ese momento.

Era un invierno entonces. Yo era muy joven y como tal, entendía muy poco del amor. Pero los libros que solía leerme mi madre o las novelas que solía ver en la televisión me dieron una idea. Habíamos sido invitados a la boda de uno de los amigos de papá, El pequeño de cabellos negros entregaría los anillos. Debí ignorarlo en ese momento, pero cuando esas miradas se cruzaron todo lo inocente en mi se fue al carajo. Lucía muy lindo. Tus ojos azules como el cielo y unos labios rojos, tan rojos como el carmín. Fue la primera vez que mi corazón latió por alguien.

𝑨𝒎𝒐𝒖𝒓 𝑺𝒐𝒖𝒅𝒂𝒊𝒏 [𝑯𝒚𝒐𝒈𝒂×𝑺𝒉𝒖𝒏] Where stories live. Discover now