+18 | ❝¿Será posible que en vez de un Daddy Dom haya una Mommy Dom? ¿O qué en vez de una Baby Girl haya un Baby Boy?❞
¡Bienvenidos al concurso para encontrar al bebé de Karenka Montgomery! ¡20 chicos, si, 20 chicos estarán compitiendo por ese tít...
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Justin's POV.
Salí de la ducha secando mi cabello con una toalla y otra atada alrededor de mi cintura, no tenía camisa y mi pecho se encontraba algo mojado. Después de aquel encuentro con Karenka, sabía que tenía que darme una ducha fría; y eso hice.
Saque lo que me iba a poner de mi armario. Hoy hacia frío y llovía, el cielo estaba nublado y caían relámpagos muy fuertes, aquí no entraba el frío por que Mommy se encargó de prender la calefacción en la mansión y nos obligo a todos a que bajemos abrigados.
Así que tome un mameluco azul cielo el cual era muy pachoncito y muy caliente, lo puse en la cama y me dediqué a secarme con la toalla.
Estaba a punto de quitar la toalla de mi cintura hasta que escuche como abrían la puerta de mi habitación. Apreté el nudo de mi toalla de la cintura con mi mano y me di la vuelta para ver quien había entrado son mi permiso.
Quede paralizado.
—Dios... Eres tan caliente —susurro.
—Kendall —trague duro.
Kendall Schmidt era un rubio de ojos azules, delgado y alto. ¿Lo peor? Era un chico.
!Si! ¡Un hombre! No lo puedo creer.
—¿Q-qué haces aquí? Estoy cambiándome, Kendall —dije tratando de no sonar nervioso.
—Lo se —dice en un murmuro y se muerde el labio.
¡Mierda!
—Umm ¿Te podrías salir? —dije ya incomodo.
—¿Alguna vez te han dicho que eres tan caliente? —dice y se acerca a mi.
Yo retrocedí al instante.
—Si, Karenka lo ha hecho —trague saliva.
Este chico se esta pasando. No es que lo discrimine ni nada pero a mi no me gustan los hombres como a él.
—¿Podrías olvidarte de ella? —dice ya muy cerca de mi.
Yo quede pegado a la pared y él muy cerca de mi.
—No, Kendall por favor salte, no se que es lo que pienses tu pero a mi no me gustan los hombres —dije algo enojado y muy serio.
—Eso decía yo antes de acostarme con mi ex —me guiño un ojo.
—Yo no quiero acostarme contigo —lo empuje apartándolo de mi.
—Oh vamos, será divertido —dijo coqueto.
—¡Ya basta! —ahora si ya me había enojado—. ¡Largo de aquí! —grite furioso.
—Bien, ya... Cálmate o vendrá Karenka, me iré pero no creas que te dejare en paz. No descansaré hasta que estés en mi cama —dijo lo último en un susurro.
