+18 | ❝¿Será posible que en vez de un Daddy Dom haya una Mommy Dom? ¿O qué en vez de una Baby Girl haya un Baby Boy?❞
¡Bienvenidos al concurso para encontrar al bebé de Karenka Montgomery! ¡20 chicos, si, 20 chicos estarán compitiendo por ese tít...
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Justin's POV.
Ayer había sido una de las mejores noches de mi vida. Me encanto el castigo aunque al último Karenka no me dejo correrme lo cual me frustro demasiado y me dejo con la polla adolorida por su abandono.
Tenía un nuevo plan aunque éste no me favorecerá tanto como el otro, de hecho corro más peligro con este. Planeaba no hacer nada para expulsar a los demás. Dejare que las cosas fluyan y no haré trampas ni nada de eso.
No me gustaría correr peligro y poder perder mi lugar en la competencia y jamás podré ser el bebé de Karenka.
Volviendo a donde estoy ahora mismo, pues aun estamos en aquel cuarto donde volvimos a hacer el amor una y otra vez. Para mi fue hacer el amor, no se como lo haya clasificado ella.
Estábamos en la cama, Karenka estaba acostada en mi pecho y con su mano abrazándome. Estaba muy cómodo y la verdad no tenía intensiones de moverme de aquí o a menos que ella me lo ordene.
Yo estaba despierto hace una hora viendo a mi Mommy dormir tranquilamente. Se veía hermosa dormida, bueno, ella es hermosa siempre y en todos los sentidos.
Ella empezó a moverse un poco y yo solo me quede quieto mirando como trataba de abrir sus ojitos para tratar de despertar bien. Sonreí inconscientemente al darme cuenta de que estaba en la cama de la mujer más hermosa de todo el mundo. A este punto no me importa si solo me quiere para un estúpido juego o algo así. Yo estoy feliz a su lado y nadie podrá contra eso, ni siquiera ella.
—Hola —dice suave y me sonríe un poco.
—Hola —dije igualmente.
Ella se levanto un poco y apoyo su barbilla en mi pecho mirándome.
—¿Hace cuanto estas despierto? —pregunto acariciando mi pecho.
—Hace como una hora —sonreí inocente.
—¿Y por qué no me despertaste? —se quejo.
—Te veías hermosa durmiendo —comencé—. Pensé que sería un completo idiota si te despertaba —bese su frente.
Ella me miro reprobatoríamente.
—¿Podrías por favor no decir groserías? —dice fulminandome.
Yo solo asentí algo avergonzado.
—Lo siento —susurre.
Ella suspiro.
—Bien, creó que es hora de levantarnos, ya es algo tarde —dijo.
—¿Tan rápido? —me queje.
—Si. Tenemos que cambiarnos e ir a desayunar con los demás. La cena es a las diez y media hoy —me avisa—. Tienes una hora para estar listo —advierte.
