07. Comienzos

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— ¿Qué ha sido eso?, Abby — me preguntó Lucas una vez que Berlin estaba lo suficientemente lejos. 

— Se había confundido de baños— Pasé por su lado obviando el tema.

Su mano frenó mi recorrido deteniéndome por el brazo. Giré sobre mis talones y tuve que morderme el labio inferior para evitar tener que contarle la verdad. El encuentro en el ascensor, nuestras miradas, la forma en la que me había acorralado hacía unos minutos. Solo de pensarlo la piel se me erizaba. 

— Ten mucho cuidado— dijo únicamente como si de algún modo pudiera ver todo lo que estaba pasando por mi cabeza— . No es bueno para ti— sentenció.

— Te estás confundiendo Lucas. Ya te he dicho que se ha equivocado de baño— Reafirmé con firmeza. 

— Será mejor que nos vayamos a casa— cesó su agarre, sustituyéndolo por une leve caricia. 

Asentí con la cabeza y le tendí el rollo de papel que había cogido para sus cortes. Este se vendó la mano como pudo y ambos volvimos a nuestro lugar en la barra para coger nuestras respectivas cosas y largarnos cuanto antes. 

Aún no entendía el motivo del por qué Lucas siempre quería abandonar el lugar donde estuviese solo porque Berlin se encontrase allí también ¿Es qué acaso Berlin llegaba a intimidar a Lucas tanto como a mí? ¿O había algo más?. Y si así era ¿Por qué no le plantaba cara? Berlin se había burlado prácticamente de él al ver sus pantalones mojados y lo único que Berlin recibió por parte de Lucas fue una mirada de cargada de todo el odio que pudo reunir. Yo, en su lugar, hubiera reaccionado de algún modo, pero no me hubiera callado y escondido el rabo entre las patas cual cachorro asustado. 

En el momento en el que ambos pasamos justo por detrás de Berlin este volteó en nuestra dirección llevando un botellin de cerveza a sus carnosos labios. Tuve que sacar una armadura invisible para pasar de largo y evitar su penetrante mirada. Era increíble la manera en la que mi cuerpo reaccionaba ante el suyo, como si fuese preso de un embrujo, o mucho peor, preso de sus encantos. 

— ¡Lucas!— exclamó el camarero antes de emprender nuestro camino dirección a la salida— ,¿puedes cubrirme mañana, miércoles y jueves?— le preguntó al tiempo que Lucas reanudaba su camino — . Acaba de surgirme un problema familiar y tengo que ir a Francia.

— Matt lo siento. Acabo de empezar las prácticas en un buffete de abogados y me ocupa la mayor parte del tiempo— respondió con pesar.

— Solo sería el turno de noche— Insistió "Matt".  

— Lo siento tío, sabes que siempre te cubro cuando puedo pero esta vez me es imposible. 

— ¿Y tú?— se dirigió esta vez a mí, haciendo que abriese los ojos como platos— , ¿qué me dices de ti?

— ¿Yo?— me señalé a mi misma.

— Si. Tú.— me señaló.

Lucas desvió su azulada mirada para encontrarse con la duda en mi rostro.

— Y-yo... yo, no he trabajado de camarera en mi vida— mascullé. 

— No es tan complicado— me dijo Matt mientras limpiaba con un trapo el interior de un vaso de chupito.

— Puedes intentarlo. Solo serán tres noches— repuso Lucas esta vez animándome.

— Tengo clases por las mañanas...— justifiqué al tiempo que negaba con la cabeza. 

— Es una buena forma de conseguir algo de dinero— me interrumpió— . ¿No decías que querías ahorrar para un coche?

Una bombilla se encendió en mi cabeza. 

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