Capítulo 20. «Lo único que tú necesitas es probar»

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Música: Sugar de Maroon 5 / Starving de Hailee Steinfeld

«Lo único que tú necesitas es probar»

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OLIVER

Son las ocho menos un cuarto de la mañana y creo que esta es la primera vez que me preocupo por levantarme temprano en lo que va del verano.

Supongo que después de una semana sin tener noticias de la salvaje, ayudarla con la preparación de sus pastelitos es la mejor oportunidad que tengo de acercarme nuevamente a ella.

Por muy empalagoso que me parezca.

—Mueve ese culo, princesa. —Ed me despierta de mis pensamientos con un chasquido de dedos—. Mira que vamos tarde a nuestro trabajo como ayudantes de repostería de tu salvaje.

Pongo los ojos en blanco, dejando caer la mitad de mi última tostada sobre el plato antes de tragarme lo que queda en mi taza de café.

—Para haber apostado en mi contra, pareces bastante ansioso por hacerme quedar bien con ella.

—No hay chiste en ganar tan fácilmente, little princess. —Tamborilea los dedos sobre el mármol de la encimera—. Y al parecer su ex está haciendo un buen trabajo preparando el terreno para mi victoria.

—¿Y tú qué sabes? —gruño con los ojos entre cerrados.

La sonrisa de mi amigo se ensancha conforme se pone de pie.

—Sé que mientras tú te pasaste una semana esperando que la salvaje viniera a tocarte la puerta, la copia mejorada de Shawn Mendes le hizo llegar flores, dulces y una bonita tarjeta a su sitio de trabajo.

Ni siquiera me molesto en preguntarle cómo se ha enterado de eso. Es evidente que Ed no ha perdido el contacto con la mejor amiga de la salvaje, con quien, por cierto, ella se estuvo quedando a lo largo de la semana para evitarme.

Después de la segunda noche sin saber absolutamente nada de ella, decidí tocar la puerta de Anny. La anciana me recibió con los brazos abiertos, como siempre, y me explicó que su nieta estaba pasando unos días en casa de Lisa porque había cogido la gripe y no la quería contagiar.

Agregué «Mentirosa» en su lista de cualidades y me pasé un par de horas escuchando las historias que Anny tenía para contarme sobre los años que me perdí en la vida de su nieta. Sorprendentemente disfruté de cada minuto y al día siguiente regresé por café, galletas y más historias.

«Ella volverá», me dije mientras los días pasaban, consciente de que me vería patético y como un completo acosador tocando a la puerta de la familia Jones. Obligándola a enfrentarse a mí, a dejar atrás todos sus miedos y simplemente permitirse vivir este verano a mi lado.

«Dale tiempo», me ordené dos días después, sin tener idea de que ese tiempo lo aprovecharía el pelele sin dignidad de su ex para ir nuevamente tras ella. Llenándola de flores y todas esas chorradas que yo nunca me he visto en la necesidad de regalar.

—Cállate y vámonos ya —gruño finalmente, poniéndome de pie y cogiendo mi cazadora del respaldo de la silla.

A Ed mi cabreo parece causarle gracia, porque sale de la cocina tarareando una canción. Afuera hace un día soleado, pero la brisa fría que llega de la costa consigue disipar el calor. Ed se va acomodando los rulos y la camiseta mientras atravesamos los jardines en dirección al pórtico de mi vecina.

—Tranquilo, idiota, que a la rubia le gustas a así. —Alboroto de nuevo su cabello, solo por joder.

Él me aparta la mano de un manotazo, gruñendo.

EUREKA / Un Verano para Encontrarte  [YA EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora