3. Alerta de intruso

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El ligero golpe de la fusta hacía la bota de cuero que calzaba aquel hombre sentado de una manera extrañamente cómoda, no sería más que algo minúsculo a comparación del escándalo que tendrían las criaturas que lo rodeaban, pues estas jugaban molestando a lo que serían algunas gallinas o gastándose bromas entre ellos. Si bien era normal que los Goblins, criaturas sumamente traviesas, hicieran eso por mera diversión, en esta ocasión lo harían tratando de animar a su rey quien simplemente miraba fijamente hacía un muro con aquel rostro serio que tanto lo caracterizaba mientras seguí dándole pequeños pero rítmicos golpes a su bota con la fusa.

Después de haber sido vencido por aquella humana, Jareth, el rey de los goblins, no habría sido el mismo pues la frustración de que Sarah lo hubiera rechazado le afecto más de lo que deseaba, ya no disfrutaba de las tonterías de sus súbditos así como no habría entonado alguna canción desde entonces. No era de esperarse que quienes lo rodeaban se dieran cuenta, muchos rumores comenzaban a rondar entre ellos que el rey era débil y en cualquier momento lo quitarían de su trono, cosa que claro no dejaría Jareth a pesar de su estado. ¿El rey olvidaría a aquella chiquilla? Muchos lo dudaban pero comenzaba a hacerlo, de manera lenta pero lo hacía, sin embargo, ese deseo de vengarse no salía de su mente de un modo u otro haría que Sarah se arrepintiera de rechazarlo, tenía que ser algo que hiciera que aquella chiquilla cayera a sus pies pero no como él lo quería antes, si no, que lo hiciera suplicando piedad.

Múltiples ideas pasaban por su mente pero por una cosa u otra no podía efectuarlo, sobre todo por aquel detalle que se negaba rotundamente a que sus súbditos se enteraran... Su laberinto, su querida creación no le contestaba, no obedecía sus caprichos, o por lo menos parte de la estructura no lo hacía y después estaba esa criatura que se la pasaba atormentando a lo goblins, si bien, es divertido verlos correr horrorizados para esconderse, comenzaba a ser un fastidio pues igualmente intento muchas veces ir contra el rey quien astutamente siempre salía bien librado y lograba echar a aquella horrible criatura... Por lo menos un tiempo.

Jareth continuaría vagando si no fuese porque las puertas del salón donde se encontraban se abrían abruptamente provocando que el hombre girara su mirada hacía la entrada y detuviera sus golpes. Un pequeño goblin cuyo casco le cubría la mitad de la cara entraba tropezando torpemente con todos y hubiera continuado si no fuese porque el rey al ponerse de pie colocaba su pie de tal modo que la criatura chocara con la suela del calzado provocando que el pobre goblin cayera de espaldas pero el casco se quitara de su rostro.

-Espero que tengas una buena razón para interrumpir de esa manera-Mencionaba arrogante el rey levantando un poco su mentón para mirarlo con ese ensamble de superioridad que siempre portaba.

-Lo siento su majestad, p...pero tengo noticias de afuera.

-¿Y bien? ¿Qué esperas para decirlo?

-Hay un humano en el laberinto su majestad.

Estas palabras provocaban que Jareth abriera sus ojos de tal modo que se podían observar con claridad, sujetaría a la pequeña criatura por el cuello de la armadura que portaba para levantarlo y colocarlo a la altura de su rostro el cual se notaba molesto mientras un incómodo silencio llenaría el lugar.

-¿Qué clase de broma asquerosa es esta?

-N...No es broma su majestad, hay goblins que la vieron caer del cielo, y otros que vieron cómo se adentraba al laberinto como si lo conociera.

-¿Podrá ser...?-Dejando caer al goblin, a Jareth solo le bastaría hacer un movimiento de su muñeca para hacer aparecer un cristal en su mano el cual tomaría con elegancia y delicadeza.

Una simple mirada en esta haría que una imagen ajena al sitio donde estaba el rey apareciera, el reflejo dentro del objeto mostraría a una joven de cabellera larga castaño oscuro, vestimenta simple pues solo llevaría unos jeans, una camiseta manga larga y sus converse. ¿Acaso Sarah tenía el atrevimiento de entrar al laberinto sin permiso? Pero eso era imposible, pues la última vez que ella lo había hecho era por haber invocado a Jareth, sin embargo, ahora nada, no habría escuchado ni un solo llamado de su parte, bueno, después de todo el rey ya se había hecho de oídos sordos hacía la chica. Al observar con mayor detenimiento a la joven que al parecer se quejaba por unos rasguños recientes hechos, suspiraría un tanto aliviado.

-No es ella...-Susurraba para sí mismo, lo suficiente para que ninguno de los curiosos goblins que lo rodeaban observando igualmente el cristal lo pudiera escuchar.

Al mirar con mayor detalle a aquella chica que ahora parecía hablar con alguien notaría algunos rasgos que la hacían diferente a Sarah, para empezar sus ojos, pues en vez de ser aquellos hermosos ojos verdes esmeralda, esta jovencita los poseía de un azul tan claro como el cielo mismo, además, para haber pasado tanto tiempo era imposible que Sarah solo hubiera envejecido muy poco, sin contar que ella se veía más determinada, pero con miedo en su interior algo que le llenó de gusto a Jareth; no había que ser un genio para que se diera cuenta que claramente era familiar de Sarah.

-¿Cómo habrá llegado aquí?-Preguntaba curioso uno de los goblins llamando la atención de Jareth quien se limitaba a girar los ojos hacía él.

-Eso hay que averiguarlo-Respondería finalmente el hombre colocándose firme mientras continuaba observando el cristal-Tráiganme a la chica... Y el que lo haga primero, podrá bañarse en el lodo más espeso de estas tierras.

Como si les hubiesen ofrecido oro, los goblins gritarían emocionados y comenzarían a correr empujándose los unos a los otros para salir del lugar, solo era cuestión de segundos para que Jareth se quedara solo en el salón regresando a su trono, donde subiría los pies a uno de los respaldos para los brazos mientras que en el contrario solo recargaba su codo para descansar su mejilla en la mano mientras miraba el cristal con una sonrisa pícara pero perversa a la vez.

-Pero que chiquilla tan interesante... Mira que para venir a mis tierras sin permiso, hay que ver de dónde sacaste ese descaro...-Girando la mirada al ventanal que tenía a uno de sus costados y manteniendo su sonrisa, notaría como el sol comenzaba a ponerse-El laberinto es peligroso en la noche mi pequeña...

Una pequeña risa traviesa salía de los labios del mago que igualmente con el movimiento de su muñeca desaparecería el cristal de su mano para tomar de nuevo la fusa y moverlo de tal modo que golpeara ligeramente de nuevo su bota. Si confirmaba sus sospechas de que esta chiquilla era familiar de Sarah, ya tendría una pieza clave para vengarse de ella, sin embargo, no tenía que tomar medidas apresuradas, pues antes de eso tenía que amarrar cavos sueltos, por ejemplo... ¿Cómo es que entró así sin más al laberinto? Jareth en ningún momento escucho que lo invocaran o que invocaran a los goblins, había algo que no cuadraba pero eso lo arreglaría una vez que la tuviera en frente.

-¿Pero qué hago perdiendo el tiempo aquí? Mi invitada no puede verme con estos harapos-Bromeaba Jareth quien se levantaba de su trono para subir unas escaleras mientras reía un poco-Solo es cuestión de tiempo para que nos veamos las caras...

Labyrinth: Fragmentos [FanFic]Where stories live. Discover now