INVITACIÓN

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[Belle]

Eran cerca de las once de la noche cuando Belle llegó a casa. Trató de hacer el menor ruido posible. Sabía que Gina estaría despierta, y de lo que menos quería hablar era de su velada que, aunque fue corta en horas, ella la sintió extremadamente larga.

Entró a su habitación sin encender las luces. Uso solo la linterna del celular, para buscar su pijama, se quitó su vestido, y sin importarle el maquillaje, se tiró en la cama, abrazando su almohada. Las lágrimas no tardaron en salir, haciéndola apretar más fuerte el único objeto en el que encontró refugio.

Su llanto era silencioso pero doloroso. Su corazón no podía concebir lo que había pasado. Su mente mucho menos.

Luego de varios minutos de sufrimiento silencioso en la oscuridad, la puerta de la habitación se abrió. La castaña ni siquiera se molesto en mirar quien era. Segundos después sintió el cuerpo de una persona acostándose a su lado. Belle no se movió, pero sabía que su amiga estaba allí para apoyarla. No hacían falta palabras para saber que era ella. El cuerpo de su compañera la abrazó y comenzó a acariciar su cabello con dulzura. Ella siguió llorando, estática en ese rincón de su cama, hasta que se profundamente dormida.

*****

Los días siguientes no fueron de lo mejor para Belle, pero ese día, dos días después de la cena con el hijo de su jefe, era el peor de todos, pues tener que encontrarse con él en la editorial y hacer como si nada pasara, era bastante difícil para ella. Pero allí estaba, sonriendo como si nada hubiese pasado. No es que el rechazar al hombre y dejarlo con una erección más grande que su zapato, junto con una fuerte patada en esa zona, fuera la gran cosa ¿Cierto?

Aunque al principio de la salida ella pensó que la noche sería extremadamente aburrida, lo había pasado bien. Había reído, conversado de política, economía y turismo, e incluso le había coqueteado. Pero lo que pasó al salir, fue lo que destruyó todo, pues él quería sexo, obviamente. Ella terminó rechazándolo por varias razones. Primero por principios, pues no era de las que se acostaba con cualquier hombre, y menos uno que quería poseerla en la primera cita. Si, él era muy guapo, pero ella no era una chica fácil ni polvo de una noche, ni otro nombre en su lista de mujeres que se han acostado con él. Esa fue la segunda razón. Una de mano de la otra. Ambas extremadamente importantes para ella.

Belle recordó como el hombre comenzó a tocarla desde que subieron al auto. Al principio cedió a sus caricias, a ese deseo carnal que la impulsaba a querer ir a la cama con él. Pero al ver como el hombre empezó a desvestirse allí mismo, ella dudo un poco.

-¡¡No pienso tener sexo contigo aquí! - Exclamó ofendida.

Él la había mirado completamente confundido, pero al verla mirar por completo el auto, lo entendió. Acercó su mano para acariciar su mejilla, como si con esa caricia pudiera convencerla de hacer tal cosa. - Al menos quítame la erección, no creo que pueda...

- Ni pienses que te voy hacer eso aquí. - Quitó la mano de su cara con un manotazo. No solo se sintió ofendida por el hecho de que quisiera tener sexo con ella en ese lugar, sino que además, ella no había experimentado esa parte del sexo. Lo quería sí, pero no se sentía tan preparada. Adam nunca la había obligado, aunque ella sí que los había recibido. Su entrepierna se empezó a humedecer, pero no por quien estaba a su lado y le había proporcionado besos y caricias, sino por los recuerdos de la áspera lengua de su ex pasando por sus muslos, el calor de sus manos abriendo su pierna, esa sensación tan exquisita de sentir sus labios en su clítoris. Esa fue la razón que más importó en ese momento. El ver que, las caricias que recibía no eran de Adam, que sus labios no tenían el sabor que a ella le gustaba, que el aroma que penetró sus fosas nasales no era la exquisita fragancia a bosque.

Corazón Oscuro - Rumbelle (Obscur cœur)Where stories live. Discover now