DESTRUCCIÓN

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[Belle French]


El anuncio de su vuelo París la tomó por sorpresa. Estaba tan sumergida en los últimos acontecimientos de su vida, tratando de no dejar salir las lágrimas y haciendo un esfuerzo enorme por no huir de ese aeropuerto. Una nueva vida le esperaba, una que tal vez incluya aventuras, risas, diversión, y ¿Por qué no? Un nuevo amor.


Subió al avión y ubicó su asiento al lado de la ventana. Quería ver cómo iba dejando toda su vida atrás. Mientras el avión se dirigía a su nuevo destino, leía "Her Handsome Hero", libro que, en algunas ocasiones, cerraba para detallar las nubes tan blancas que parecían un algodón fusionándose ligeramente con el celeste del cielo y el azul de sus ojos, en otras, para evitar que las lágrimas salieran a flote. Sabía que solo se engañaba diciendo que lo había dejado de amar, y por eso, con cada recuerdo, su dolor aumentaba más.

- Es usted una chica muy hermosa.

Belle giró su mirada y por primera vez se fijó en el chico tenía a su lado. Cabello negro, tez blanca. Ojos negros y hermosa sonrisa. Tenía un cuerpo algo musculoso y una seguridad y confianza tan grande que incluso podría intimidar a los demás.

- Gracias. - Respondió tímida - Llevó su cabello tras su oreja y volvió a sumergirse en su historia. Ese chico no le llamaba la atención. Con solo mirarlo podía verse su prepotencia y falta de humildad. Ni siquiera su sonrisa, marcada con hoyuelos le gustó. Se notaba falsa e interesada. Nada que ver con ella.

- Bon après-mide estimados pasajeros. Les habla el capitán Neal Cassidy. En breves momentos tomaremos tierra en El Aeropuerto de París-Charles de Gaulle. - Escuchó decir al piloto mientras ella observaba la ciudad en la que comenzaría nuevamente.- Suspiro ante la hermosa vista que se mostraba desde su ventana. Vio la magnífica torre Eiffel mostrándose despampanante y gloriosa, acompañada de preciosas áreas verdes que le daban vida al paisaje. Y fue allí cuando lo supo, esta era la ciudad donde ella sería feliz.

[Adam Gold]

Las puertas de su oficina se abrieron de par en par para darle la bienvenida. De regreso a la rutina después de una semana de ausencia. Una semana llena de dolor, rabia y enormes ganas de irse definitivamente del mundo. De no ser por su hermana Rose, él estuviese desde hace mucho tiempo tres metros bajo tierra.

Lo intentó sin resultado alguno el día que encontró a la mujer que lo trajo al mundo y que lo abandonó a los días de nacido. Odio la forma repugnante en que lo miraba y más aún el desprecio con el que salía cada palabra de su boca al referirse a él. Fue tan dura y tan sincera que, si le hubiese dado una daga en ese momento, ella se la habría clavado en su corazón. Aunque debía reconocer que esas fueron las palabras que lo hicieron lo que es hoy. Un hombre de negocios, rico, temido y conocido por su falta de sentimientos. Todos lo consideraban un monstruo y muy pocos podían ver a través de su coraza, y Rose por supuesto, era una ellas.

Adam aún recordaba cada instante del día que la conoció en la clínica. Apenas abrió sus ojos ella lo bombardeó con preguntas algo inoportunas que solo le hicieron reír. Ella, una chica de pelo castaño claro, casi rubio. Ojos azules que mostraban una inmensa tristeza en su alma y una piel blanca que ocultaba muy mal sus moretones. Él podía notar como su voz mostraba dolor, y como, cada cortada en su brazos, visualizaban las ganas de no querer vivir.

Solo horas bastaron para intercambiar la historia de sus vidas y solo 5 días fueron suficientes para saber que no la quería lejos de su vida. Así que prácticamente la adoptó como su hermana. Su pequeña, así solía llamarla siempre. Su apoyo incondicional, su alma, su todo. Ella y la mujer que amaba. Mujer que había perdido por idiota. Por creer que ella siempre le toleraría sus mentiras.

- Mr. Gold.

Una joven lo hizo salir de sus pensamientos. Y nuevamente empezaron los gritos y regaños hacia su personal de trabajo, inútiles que mostraban un esfuerzo por parte de sus trabajadores que él no valoraba. Y sería peor, sobre todo ahora que estaba herido y no sentía que tenía alma. Ahora, aquellos empleados que nunca tuvieron miedo aprenderían a temer y él lo disfrutaría. Su apodo de "jefe malvado" en los pasillos de la empresa volverían, estaba completamente seguro de eso. No tendría piedad alguna con nadie ni con nada. Nuevamente volvería hacer el hombre que era antes de que Belle French entrara en su vida.


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En este capítulo solo haré una introducción de como son nuestros personajes en este mundo alternativo.

Espero que les guste y disfruten leerlo tanto como yo disfrute escribiéndolo.

Larga vida a Rumbelle💛💜

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Corazón Oscuro - Rumbelle (Obscur cœur)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang