CAÍDA

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[Gold]


Había llegado muy temprano a la oficina esa mañana. Por primera vez en meses, tenía algo de tiempo libre, pues la presentación del proyecto "Paris" estaba lista y la reunión final con los inversionistas sería al día siguiente.

Abrió una de las gavetas de su escritorio para sacar el libro que la había llevado hasta ella. — “No caigas del rascacielos”— leyó en voz alta. — ¿Cómo se supone qué no haga eso si no estás conmigo? — Se preguntó así mismo para luego hojear algunas páginas hasta encontrar su frase favorita: “Fue una dura caída contra el cemento, una fuerte pared conocida como suelo, una cruel lección entre esa delgada línea que llamamos vida.”

Volvió a cerrar el libro y acarició su portada azul imaginando los ojos de su amada. Podrían haber pasado ya más de un año desde que Belle se fue de su vida, pero él aún la recordaba y la amaba como si el tiempo no hubiese pasado. Su amor seguía intacto.

Adam buscó sin mucho esfuerzo los recuerdos de ella. Lo hacía muy a menudo, sobre todo en esos días en los que se sentía muy solo, reviviendo una y diez veces la primera vez que vio esas hermosas perlas azules en esa librería, luego en la entrevista, y posteriormente, en cada encuentro.

Una leve sonrisa se mostró en su rostro al recordar por qué ambos amaban ese libro repleto de metáforas, algunas jocosas otras un tanto crueles sobre la vida, el destino, el amor. Un chico un día sube a un rascacielos encontrándose, en cada piso, una historia diferente, todas ligadas a su vida o de las personas que lo rodean, enseñándole una valiosa lección. Pero el momento más interesante del libro llega cuando el personaje llega a la cima, pues debe decidir si continuar construyendo el rascacielos y encontrarse con nuevas historias o lanzarse de él. Pasado, presente y futuro.

Para Belle el libro era una lección de vida, para él era su vida y vaya que había luchado por construir su propio rascacielos. Tenía su familia, su empresa, sus pocos amigos y la mujer que amaba. Pero el destino era injusto y cuando creyó que ya estaba perfectamente construido, una caída lo hizo perderla, estrellándose contra la más dura de sus realidades: Él no sabía amar. Todas las mujeres se iban de su lado no sin antes reclamarle lo pésimo hombre que era. Un simple monstruo, el jefe malvado, el villano para cada chica que había encontrado, el ser con un oscuro pasado creado por el abandono y la soledad, la bestia escondida al momento de retar, de crear, de mentir. Al final si era cierto lo que decían en las revistas: Él era una bestia en la arquitectura porque nadie tenía mejores ideas que él. Sus ideas brillaban por si solas y todos lo sabían, pero ¿Sabían lo que escondía detrás de esa fachada? No, nadie lo hacía.

Cada piso del rascacielos Gold tenía una historia. El primero, la madre alcohólica que lo había abandonado dejándolo con su padre, un hombre que le gustaba apostar, robar y golpear. Este pertenecía a la segunda planta. Todavía podía sentir cada uno de los moretones que le dejaba. Sobre todo, esos que, a la edad de 5 años, casi lo matan. Esos que provocaron tantos gritos que sus vecinos llamaron a la policía para que llegaran, horas más tarde, con servicios sociales. Tercer escalón, la vida de un niño en el sistema. Ese fue un piso que derivó en muchos más. Familias que lo devolvían, nuevos golpes, drogas, alcoholismo. Así fue subiendo su propia arquitectura llamada vida hasta que lo adoptaron los Nolan. Saboteó tantas veces esa adopción que termino dándose por vencido, pues entendió que ellos si lo querían y su regreso al orfanato no era opción.

Si avanzaba aún más llegaba al piso del éxito. Su padre adoptivo lo obligo a estudiar, aprendió a desarrollar su talento y más tarde GNArt ya estaba creciendo. Los primeros proyectos, los pocos fracasos, las entrevistas, la fama. Todo formaba parte de su rascacielos que iba subiendo sin parar para luego ser divido por el amor y la traición.

Traición. Él sí que sabía el significado de esa palabra. Lo aprendió con su primer amor, Milah Williams. Habían sido felices por varios años, incluso habían tenido a su primer y único hijo, Bae. Ese niño había sido su alegría de cada día y su razón para seguir adelante con su empresa, lo que provocó muchas horas de ausencia en su hogar, algo que su esposa aprovechó para buscarse otro e irse con él. Un día llegó, encontró a su hijo llorando de hambre y asustado porque estaba solo en el apartamento. En la mesa un sobre con el divorcio, la firma de ella y una nota en tinta azul que decía que se podía quedar con el niño. Toda una modelo de madre se había encontrado.

Corazón Oscuro - Rumbelle (Obscur cœur)Where stories live. Discover now