VENGANZA

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[Belle]


Estaba sentada en una de las áreas verdes del campus. Le gustaba ese lugar debido a la cantidad de árboles frondosos que lo cubrían, permitiendo la entrada a muy pocos rayos ultravioletas. Su favorito era un hermoso arce cuyas hojas anchas y lobuladas acompañaban la primavera. Además estaba rodeado de un pequeño jardín que hacía más pintoresco el espacio. Rosas blancas, rojas y amarillas creaban un hermosos camino que, junto con los  jazmines, violetas y girasoles adornaban el paisaje que a sus ojos era una maravilla. Le encanta respirar el aire natural que allí se emanaba, por lo que generalmente pasaba largas horas perdida en los magníficos párrafos de un libro. Todo era perfecto para ella en esos momentos en los que podía disfrutar de la tranquilidad que pocas veces le daba la universidad, siempre y cuando no se presentará su tortura casi diaria: Gastón. Quién no perdía oportunidad para acosarla cada día. La tenía agotada, a veces hasta prefería irse directamente a su casa con tal de no verlo.

Mientras el viento soplaba y levantaba un poco su cabello despeinándola ligeramente, su corazón estaba en un hilo, pues el héroe de su libro se encontraba en una misión que le ocasionó una herida profunda en el pecho y nadie sabía si iba a sobrevivir. Su mente se encontraba tan absorta en la historia que no escucho los pasos del hombre que se acercaba hacia ella.

— Hola belleza.

Esa voz hizo que Belle se sobresaltara un poco y esas dos simples palabras hicieron que su estómago se retorciera.

— Tú de nuevo… por… — Contó con los dedos — a no, ya perdí la cuenta de las veces que te he pedido que me dejes en paz Gastón.

Belle acostumbraba a ser amable con todos. Nunca respondía de manera grosera y prestaba su ayuda siempre que la necesitarán, pero ese hombre la tenía bastante cansada.

Gastón se sentó a su lado y ella de un impulso de levantó. Fue como si el más asqueroso insecto se hubiese posado a su lado.

— Vamos belleza, ya deja de resistirte a mi, ambos sabemos que quieres ser mi novia. Todas lo quieren.

Una cara de asco se reflejó en la castaña de tan sólo pensar que eso fuese posible. Se preparó para responder pero prefirió simplemente tomar sus cosas y retirarse.

— Hey bella, ¿A donde vas? — Dijo agarrándola la cintura bruscamente y con fuerza, mientras Belle trataba de separarse.

— Te dijo que la dejaras en paz Gastón. — Dijo la voz de una chica que la castaña reconoció inmediatamente.

— Aquí estamos ocupados Gina, vete por donde viniste.

— Suéltala o te verás conmigo. — Le respondió mientras le mostraba él bate de softball que generalmente cargaba con ella después de su práctica y hacía el gesto de que lo golpeará si no le hacía caso.

Gastón no tuvo más remedio que dejar en paz a la chica y retirarse, no sin antes soltar un poco de su veneno.

— ¿No soportas los celos Gina?

La morena soltó una carcajada que contagió a su amiga. — Como se nota que todavía te duele no haberme tenido en tu cama Gastón.

Ambas lo vieron alejarse y Belle suspiró. — No lo soporto Gina, no sé como quitármelo de encima. Siento una aversión enorme cada vez que quiere tocarme o besarme. — El desespero de la castaña podía notarse en su voz. Detestaba que el hombre la mirara pues sentía como la desnudara, odiaba que le hablará pues lo único que salía de su boca era la manera en la que le describía como la haría mujer. Le parecía patética su forma de pensar y repulsivo su deseo de tenerla en su cama, cómo si eso fuese a pasar de verdad. Belle solo se había entregado a un solo hombre en toda su vida y seguiría siendo así hasta que encontrará a alguien que mereciera la pena, por supuesto Gastón no entraba en ese grupo.

Gina abrazó a su amiga para consolarla mientras su mente maquinaba un posible plan para ayudarla.

— ¿Qué tanto estás dispuesta hacer para librarte de él Belle?

— Cualquier cosa Gina, de verdad. Necesito que me deje tranquila.

— Entonces llama a Gastón y cítalo a las siete en su lugar favorito. Hoy vamos a iniciar la operación anti idiotas.

 
*****


El momento había llegado. Belle, Gina y los amigos que decidieron ser sus aliados llegaron varios minutos antes al lugar. El salón de enfermería, el más alejado de todos y el favorito de Gastón no sólo por la casi ausencia de vigilancia, sino porque contenía una camilla donde se acostaba con todas las mujeres de su lista. Algo bastante  repulsivo para la mente de Belle, pues le resultaba increíble que alguien  pudiera creer que ella cedería su cuerpo así de fácil y en ese lugar.

Gina se encargó de organizar todo y decirle lo que debía hacer. Todo estaba planeado a la perfección, solo faltaba la pieza principal para que todo comenzara y allí estaba, puntual a su cita.

— ¿Llegaste primero? Vaya, pensé que me dejarías esperando varios minutos. — Respondió acercándose a ella.

— No quería seguir alargando esto — Respondió Belle mientras coqueteaba con él.

— Pues empecemos de una vez — Dijo él hombre con entusiasmo mientras se acercaba para besarla.

La castaña se separó de él — Calma, está noche hay que disfrutarla lentamente. — Se acercó a su oído y le susurro —Para que quieres ir directo al grano si tienes toda una noche por delante.

Las palabras y el tono de la chica solo causaron en él hombre una ola de excitación. Por fin la tendría, la haría suya y podría tacharla de su lista, lo mejor era que la disfrutará.

— Si me quieres en tus brazos — Belle rodó una silla y la colocó detrás de él — Será a mi modo.

Una sonrisa de suficiencia se mostró en la cara de Gastón. — Pues que sea a tu modo belleza. — A él no le importaba la manera, solo que al final de la noche ella iba a gemir su nombre una y otra vez.

Belle caminó hasta el interruptor y graduó la luz, dejando iluminado solo el lugar donde el hombre estaba mientras pensaba en lo fácil que era hacerlo caer en su juego. Un hombre que solo piensa con sus testículos pensó. ¿Por qué todos son tan diferentes a Gold? Él jamás le haría eso a una mujer. Él si sabía ser un completo caballero. Una ligera sonrisa salió de sus labios al acordarse de su ex pero la voz del hombre llamándola la hizo aterrizar. Sacó de su mente esos pensamientos para luego dirigir sus talones hasta colocarse frente a él. Acarició su mejilla y sacó una venda de su pantalón. — Empecemos colocándote esto cariño. — La mujer lo rodeo, cubrió sus ojos y lo hizo sentarse en la silla para luego atar sus manos.

— No imagine que este fuera tu estilo belleza. Quien lo diría, tan inocente que te ves. — La voz del pelinegro resonó en la estancia.

— Es por que no me conoces — Respondió la aludida con un tono seductor que hacía mucho tiempo que no usaba, tratando firmemente de mantenerse allí y que el asco no le dañará el momento.

Belle se alejó de él y en su lugar entró, guardando todo el cuidado de no hacer ruido, Lefou. Un chico bajo de ojos negros que, además de estar enamorado de Gastón, quería vengarse de él por la forma tan humillante en que su ex mejor amigo lo había tratado cuando le reveló su homosexualidad. Sería una dulce venganza. De eso no había duda.

Lefou comenzó a besar lentamente el cuerpo de Gastón y a desvestirlo rápidamente mientras el hombre soltaba pequeños gemidos. Tocó su miembro claramente erecto y  froto su pantalón para edtimularlo aún más.

— Por dios, si que sabes tocar nena. — Respondió Gastón excitado.

— Es que hace mucho que quería hacer esto — Respondió Belle desde atrás mientras el hombre mordía el labio inferior de su ex mejor amigo  y sus manos desabrochaban el pantalón haciendo visible su miembro.

Gastón soltó un gemido al sentir las manos y otro al sentir su boca en su miembro, acariciándolo con su lengua. Los jadeos de Gastón eran cada vez más altos y eso que Lefou sólo  estaba jugueteando un poco con él. Besando su boca, acariciando su pecho. Después de unos minutos paro sus acciones y se alejó de él con una clara sonrisa.

— ¿Qué pasa cariño?, ¿Por qué te detienes? — Exigió saber.

Belle no pudo contener la risa, le quitó la venda y se puso frente a él nuevamente para ver como su cara pasaba de blanca a verde.

— ¿Qué está pasando aquí? — Preguntó con cara de asco mientras veía como su ex mejor amigo se limpiaba la boca con una inmensa sonrisa en su rostro, Gina con una cámara fotográfica y Robín con una de video.

— La cosa es así cariño — Esta vez habló Gina con un claro tono triunfal — O dejas en paz a todas las mujeres de la universidad, especialmente a nuestra querida amiga Belle, o el vídeo de un hombre haciéndote oral mientras gimes como niña saldrá al público.

Gastón estaba molesto por lo que estaba pasando ante sus ojos y no se dejó intimidar tan fácilmente por lo que río ante su amenaza. — Ustedes no me conocen. Puedo hacerles la vida imposible.

Robín comenzó a reproducir el vídeo y se lo mostró. — Es tu decisión cariño — Respondió con tono sarcástico mientras todos en la estancia se reían.

— ¿En serio me creíste capaz de acostarme contigo Gastón? —  Preguntó Belle mirándolo fijamente y sin dejarlo responder continuó — Tendría que estar muy loca o desesperada para acostarme con un hombre como tú. ¡Qué asco! — Exclamó la castaña con una mueca de repulsión.

— Ya vámonos — Habló Gina nuevamente — Dejemos a nuestro amigo con su amiguito — continuó con tono sarcástico señalando el miembro de este y haciendo referencia a su diminuto tamaño.

Gastón los vio salir de la habitación dejándolo solo y amarrado mientras gritaba que se vengaría, acompañando sus amenazas con insultos, cosa que sólo hizo reír al grupo de amigos que se burlaba una y otra vez de lo que habían hecho, y aunque Belle no se sentía del todo bien por lo que acaba de hacer, también se sentía aliviada de saber que ese hombre ya no la molestaría más, o al menos eso esperaba porqué no sabría que hacer si su plan fallaba.


*****


Belle llegó a la universidad tranquilamente al día siguiente y fue recibida por un Gastón bastante molesto.

— Eres una zorra Belle French, me la pagarás bien caro.

La cara de asco de la castaña  se hizo notar, pero casi inmediatamente cambió su expresión por una sonrisa al ver que detrás de este aparecía su amiga Gina.

— Vamos Gastón, no seas aburrido, solo fue una simple bromita para que ya dejes de fastidiar a Belle. Además, no lo niegues, disfrutaste cada toque que Lefou te dio.

El hombre se giró hacia ella. — No descansaré hasta que ella sea mía Gina.

— Nunca seré tuya — Respondió Belle con clara molestia.

— Bueno mi querido y amado Gastón, solo te recuerdo lo que tenemos en nuestra posesión y por si crees que es mentira… — Sacó de su carpeta un afiche con una foto de él tomada la noche anterior acompañada de un texto que hacía referencia al tamaño de su miembro.

— Eres una… — Levantó su mano para golpearla

— ¿Perra? — Respondió Gina planteándose frente a él sin mostrar ni una pizca de miedo. — si que lo soy Gastón. O la dejas en paz o más de estos — Señaló la hoja —sobre ti saldrán al público. Y no te olvides del vídeo.

Gastón la miro a los ojos por unos segundos y luego se fijo en un grupo de chicas que venían en su dirección. Todas se estaban riendo mientras veían con curiosidad una hoja parecida a la que la pelinegra le había dado.

— Te odio Regina.

— Y yo te odio a ti. Estamos a mano. — Rio.

Belle, quién se había mantenido en silencio hasta el momento soltó una pequeña carcajada al recibir un afiche de la mano de su amiga. — Vamos Gastón, tanto hablar de tus conquistas en la cama te lo encogió.

Gastón la miro con claro odio en sus ojos. — No quisiste comprobar si era verdad belleza. No quisiste saber que es ser es una verdadera mujer, ¿verdad Gina? — El hombre giró sus talones y caminó en dirección contraria a ellas. A medida que entraba a los pasillos de la universidad las risas y burlas contra él iban en aumento.

La castaña bufo ante su comentario, pues sabía que Gina no había estado muy cerca de caer en los brazos de ese idiota. — De verdad se merece lo que le hicimos, por acosador e irrespetuoso. — Le dijo a Gina con una sonrisa, mientras su mente pensaba en su ex. Gold. Ella había aprendido lo que era hacerse mujer en sus brazos, así que no necesitaba que le enseñarán hacer algo que ella ya era, ni necesitaba acostarse con alguien para sentirse como tal. Extrañaba eso de su relación con Adam. Él nunca la forzó a nada. Siempre espero a que ella estuviera preparada para entregarse a él y aún así le preguntó mil veces si estaba segura. Lo extrañaba y lo seguía amando. No había duda en ello.

Alejo esos pensamientos de su mente y volvió a la realidad.

— Gina, ¿no crees que esto fue demasiado?. Pensé que lo dejaríamos en la broma y ya.

— Belle, cariño. Si no hacía esto dejaba de llamarme Regina Mills y además, el no iba a dejarte tranquila si no veía que hablábamos en serio.

— Eres una gran amiga Mills.

— Y tú la mejor amiga French.

Ambas se unieron en un pequeño abrazo y caminaron hasta el salón de clases. Al fin Belle tendría la paz que necesitaba en ese lugar, y realmente esperaba que fuese así el resto de sus días en París, al menos de ese modo, pues su mente y corazón seguían sin querer sacar a Adam del lugar en que estaba metido, algo que no la dejaba ser complemente complacida con la nueva vida que tenía. Algún día te olvidaré Adam Gold. Algún día.



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¡Holaaaaa! Primero que nada Feliz Navidad atrasada :v.

He estado algo ocupada y por eso no pude actualizar antes pero... ¡Espero que les haya gustado!

Recuerden dejar sus comentarios, preguntas, dudas y votos.

¡Nos leemos pronto queridos!

Recuerden: Larga vida a Rumbelle🐊🌷💛

Corazón Oscuro - Rumbelle (Obscur cœur)Where stories live. Discover now