16: Más problemas.

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Recuerdo que Leefa me había enseñado a volar de esta manera.

Supongo que esto es algo parecido.

—¡Kirito, ¿qué estás haciendo?!

—Simplemente le enseñé a  volar. —Le respondí a mi hermana, Leefa.

Se supone que en momentos de desesperación, es más fácil blandir las alas, puesto que el juego se basa en la supervivencia. En tal circunstancias, su usuario debería de actuar en cualquier momento. Es sentido común.

Observé su pequeña silueta convertirse en un pequeño capullo, reduciéndose cada vez más... hasta el punto de volverse un granito de arena. Habían pasado más de 10 segundos.

—¡Kirito!

—Yaa, Leefa, lo logrará en cualquier momento. —Sonreí.

—¡Pero, Kirito, han pasado más de 10 segundos!

—Dale paciencia.

Los segundos pasaban.

—No está viniendo. —Se preocupó Sílica, llevándose las manos a la boca.

—Creo que hay que traerla. —Agregó Sinon.

—¡¿Debería de ir a rescatar a pequeña-chan?! —Se preparó Klein, blandiendo sus alas rápidamente. 

Yo me interpuse.

—No. Debe hacerlo sola.

—Kirito... —Asuna se posó a mi lado, preocupada.

No respondí, solamente seguí observando el vacío del cielo, esperando a ver aunque sea un pequeño punto acercarse. No me detuve, seguí observando... observando...

Nada.

Solo nada.

—¡KIRITO! —Leefa se desesperó.

 —¡Rayos!

Grité y reaccioné con un impacto. 

Descendí como un halcón, volando velozmente hacia abajo, buscando a esa niña.

Joder, ¿Por qué no ha funcionado? ¡Siempre es efectivo!

¡Esa tonta nunca hace lo que quiero que haga! ¡Solo tenía que volar, no es tan difícil!

Aumenté la velocidad, a tal punto que casi llegaba a deslizarme como la luz. Seguí buscando, pero no encontraba nada más que vacío. 

¿Será que habrá aterrizado? No, es imposible.

¿Y si en realidad cayó? ¿Y si su usuario se desvaneció y reencarnó en su ciudad natal? Pero, ¿de donde origina ella? ¡Ni siquiera sé cual es su especie! 

¿¡Joder, ahora que cojones hago?!

¡Flash!

Retrocedí apresuradamente apenas me di cuenta de semejante velocidad. Quedé estupefacto, nunca había presenciado algo así.

¡WRAGGGG!

Desvié a la bestia que había ascendido junto frente a mi, con la intenciones de encajarme los dientes. Fue por poco, por muy poco. No puedo creer el tamaño de esa criatura. ¿De donde salió? Ni siquiera pude detectarla. Si no pude sentir su aura, entonces es lo suficientemente fuerte como para clasificarse peligroso.

El enorme animal siguió ascendiendo, dirigiéndose al lugar donde yo di mi salida. Observé como su silueta se dirigía hacia las montañas flotantes.

Y entonces, no me di cuenta de que sostenía algo entre sus patas.

Agrandé los ojos.

—¡No!

Pure Imagination •Kirito y tú•Where stories live. Discover now