2. Magnetismos

2.6K 186 55
                                    

RAOUL

Bip. Bip bip. Bip. Bip bip.

Doy una vuelta en la cama.

Bip. Bip bip. Bip. Bip bip.

Frunzo el ceño molesto con el ruido.¿Es que no va a parar en algún momento?

Me incorporo en la cama sin llegar a abrir los ojos del todo y me estiro para coger el móvil de la mesilla.

"Vas tarde!!" es el nombre de la alarma, y cuando miro la hora y veo que ya son las 9 de la mañana, me doy cuenta de lo acertado que estuve ayer por la noche al ponerlo.

¿Pero cuándo han sonado las otras alarmas? Precisamente hoy me tenía que quedar dormido, pienso cerrando los ojos frustrado.

Genial, ahora solo tengo media hora para prepararme, pillar un autobús y llegar a la oficina de Manu, el manager de Agoney, o como yo lo veo: el encargado de que el joven cantante pueda seguir sin dar un palo al agua y que parezca que sí.

Aún no me creo que vaya a trabajar para ese personaje.

Pero necesito el trabajo, me recuerdo. Y parece que me resulta un argumento convincente, porque consigo activarme y levantarme de la cama.

Está claro que tener planes de futuro y ser exquisito con el trabajo que te va a dar el dinero necesario no son actitudes muy compatibles.

Me visto lo más rápido que mi empanamiento mañanero me permite, y sin tiempo ni para desayunar, salgo de casa corriendo para intentar llegar al siguiente autobús.

Con un poco de suerte no llegaré tarde a mi primer día de trabajo y no tendré que comerme una bronca de Alfred.

AGONEY

PUM.

Me despierto sobresaltado por un ruido.

Abro los ojos en busca de su procedencia, pero no veo nada.

—Agoney, despierta —oigo la voz de Manu al otro lado de la puerta—. No me creo que hayas vuelto a quedarte dormido. Venga, los chavales están a punto de llegar a la oficina. Vístete rápido y sal, o entraré yo mismo y te sacaré a rastras.

Sé que si hiciera falta lo haría, así que decido responderle con la voz ronca de no haber hablado desde hace horas.

—Estoy vivo amigo, no hace falta que eches la puerta abajo hoy —la falta de ruido por su parte me indica que se ha quedado conforme con mi respuesta, aunque aún no doy la batalla por ganada porque sé que si en diez minutos no estoy fuera, cumplirá su promesa de sacarme él mismo.

Me dejo caer otra vez de espaldas sobre el colchón y pienso en todo lo que tengo por delante hoy. Entrevistas, más pruebas de sonido, ultimar los detalles de la gira, y lo peor de todo, conocer al equipo que me acompañará los próximos seis meses. Conocer a las personas que sé que me van a vender a la primera oferta que reciban. Genial.

Me paso las manos por la cara y el pelo en un intento por calmarme, pero sin llegar a conseguirlo. Hoy también tendré que seleccionar a la siguiente chica que ocupará las portadas de las revistas los próximos meses.

Empiezo a sentir de nuevo una presión en mi pecho pero ya ni me sorprende. Vaya, esta vez me ha dado cinco minutos de respiro desde que me he despertado, es un triunfo, creo.

Me obligo a levantarme de la cama y cojo lo primero que pillo para empezar a vestirme, todo con tal de no tener que soportar otra bronca de Manu. Y es que hoy más que nunca tengo que reservar toda la fuerza y la paciencia que pueda, porque se avecina un día muy largo.

Sing with me | RagoneyWhere stories live. Discover now