Pasión Espontánea© +18.[《COMPLETA》]✔

La puta del cuento.

Lista para salir me retoqué un poco el compacto en el rostro viéndome en el espejo. Ya estaba preparada para enfrentar lo que venía, tengo que cumplir mi cometido.

—Huele bien —dije al presenciar tan exquisito aroma en mis fosas nasales, Wesley deposita dos platos en la encimera; les agrega algo y los pasó al mesón que divide la cocina y mi sala de estar.

—Te dije que sabía cocinar —rió. —Ven, acercate, quiero que pruebes esto. —me extendió el cubierto con un trozo de lo que preparó, le pongo mi boca a ello.

Lo saboreo un poco y mi boca experimenta una clase de explosión de mil y un sabores a la vez. Con mucho placer y gusto mastico.

—¿Qué te pareció?¿te gustó?.

—Deberías dedicarte también a la cocina. —tragué la delicia.

Ríe ligeramente, y me ofrece seguir probando pero de mi plato, me senté en una de mis sillas altas y amueblada de una forma circular, me entierro en el plato; para comer.

—¿Cómo se conquista a un hombre? —suspiré. Alcé mis ojos plantándolos sobre los suyos.

—¿Quieres conquistar a alguien? —remató lo poco que me quedaba de orgullo. Fruncí mis labios asintiendo.

—Es que... —maquineo alguna mentira convincente. —Una vieja amiga quiere conquistar a un compañero de trabajo, y pues, me pidió ayuda pero no supe que decirle ya que no tengo experiencia con esas cosas y... quiero ayudarla, es una buena chica, es un poco inocente, pero sabrá amarlo. —mi argumento lo convenció con éxito.

—Bien... pues, creo que tu amiga debería de ir a visitarme y así le enseño algunos trucos. —inquirió con voz átona.

—Hablo en serio Wes.

—Yo también —me mira con seriedad, la cual desaparece en un instante siendo opacada por una sonora carcajada.

—Deja lo payaso, bobo. —lo empujo del hombro juguetonamente.

Poco a poco disminuyó la risa para dedicarse a verme.

—¿Tú amiga está enamorada de él? —preguntó.

Su repentino interés me intriga, aunque yo fuí quién empezó con la conversación, así que debo de seguir con el juego. Supongo que una mentira blanca no hace daño.
Acomodé mi trasero en el asiento irguiendo mi cuerpo, levanto mis pechos un poco dejando ver mi escote a la vista de Wes, quién de inmediato optó por posar sus ojos en ellos.

—¿Disfrutas la vista? —lo atraigo con mi voz, Wesley sube su mirada clavándola en mi cara, me estudia por unos milisegundos.

—Estás... ¿provocándome? —se tensa.

Incliné mi cabeza hacía delante quedando a unos pocos centímetros de su boca, Wesley respira aceleradamente, su pulso lo puedo oír desde mi posición, y sus ojos ardiendo en fuego me desnudan sin piedad devorando cada diminuta célula de sentido común en mi cajón de moral y complejidad.

—Respondiendo a tu pregunta —lamo mis labios. —Ella... Supongo que está enamorada, ¿que problema hay en eso?.

Sus ojos penetrantes no me dejaban, por ningún momento abandonaron la estación de mis ojos, los suyos y los míos interactuaban entre sí, sus labios pedían a gritos que lo besara, pero aún tenía cordura.

—Creo que... —mueve la cabeza cerrando los ojos, los abre de nuevo. —Tiene que, primero acercarse y presentarse... Y ya que es una mujer, debe de enseñarle a él sus atributos, pero no ser muy excesiva con eso porque sino el tipo la tomará como una hembra en celo y eso no es lo que querrá ¿o sí? —niego, continúa. —Que le haga entender que lo que ella quiere es que la invite a una cita, o tal vez, si la mujer tiene agallas que lo invite ella...