Pasión Espontánea© +18.[《COMPLETA》]✔

Ella y yo.

—Te creí muerto, Wesley —dije en un tono molesta, presioné mi celular en mi hombro contra mi mejilla para no dejarlo caer en las verduras picadas.

—Lo mismo creí de ti —ríe entre dientes, puedo imaginar la sonrisa que tiene pegada en su perfecta y atractiva cara. Ruedo los ojos y continúo picando la zanahoria. —Dime ¿por qué te fuiste? Te dije que me esperaras afuera.

—No quise hacerlo, no le veía el caso en quedarme ahí parada como una idiota esperando a que tú y ella terminaran de hablar o de lo que estuvieran haciendo ahí adentro.

—Que ridículo, esto es una pérdida de tiempo si crees que podrás hacerme enojar o perder la paciencia, Mia —su tono juguetón envuelve mi oído como si fuera fácil de engañar.

—Yo no intento hacerte perder tu paciencia. Creo que eso ya lo estás haciendo tú conmigo, imbécil —cuelgo la llamada, de inmediato vuelve a repicar pero no contesto.

Wes era insistente, y no me dejó más opción que contestarle.

—¿Qué es lo que quieres, Wes?, ya deja de llamarme, quiero cenar en paz.

—¿Estás cenando a esta hora?, son la una y media de la mañana, dulzura. —suelta una carcajada sonora la cual me robó una sonrisa, pero la borro de inmediato en el momento en que aparece.

—¿Y?, recuerda que me fui de tu casa muy tarde —indico, éste bufa por lo bajo.

—No debiste irte.

—No quería estorbar —dije, me volví hacía el mesón para sentarme a cenar con calma. Se escuchaba un silencio del otro lado de la línea, que me preocupó un poco. —¿Wes? ¿sigues ahí?

—Si nena... Oye, entre ella y yo solo hay y existe una amistad —lo interrumpo.

—Ay por favor Wes, eso que te lo crea tu abuela.

—Oye Mia, pero hablemos civilizadamente.

—¿Me estás diciendo histérica? —digo tratando de hacerlo molestar, sonrío llevándome un bocado a la boca.

—Wow... calma ¿si? —suena raro. —Solo trato de aclarar las cosas contigo ¿bien?, necesito que entiendas mi relación.

—Eres un puto Wesley —suelto poniendo mi celular cerca de mi boca para que me escuchara y le doliera el oído.

Una carcajada proviene de la otra línea, bufé por lo bajo. Wesley suelta un suspiro al dejar de reír y prosiguió en responderme.

—Mia, Mia, Mia, nunca cambies. ¿Sabes? Me impresionas mucho, nunca pensé que una mujer como tú se dejara enrollar por alguien como yo. La verdad es que creí que me mandarías a volar cuando te propuse lo del sexo. —sus palabras me incitan a colgarle, ahora todos me sacan en cara eso; de que soy una más de las que han caído en sus deseos salvajes.

—Cállate, yo no caí en tus brazos, no te equivoques. Lo que pasó entre tú y yo fue algo estúpido —hago una pausa al escuchar su respiración, mi estómago se contrae y mi corazón se divide intentando cultivar alguna semilla de odio hacía ese hombre. —No sé... qué hacer contigo —me cubro la cara con mi mano libre, suelto un suspiro arrepentida de lo que acabo de decir.

—Te traigo loca... Eso me gusta.

—Por favor, ya déjame —suplico, trato de que la serenidad entre en mí.