Después de la lucha contra la Facción de Héroes, magos y demonios volvieron al hotel, después de dejar a la Kyuubi con los suyos. La pequeña Kunou no se había apartado de su madre en ningún momento. En el hotel estaban todos reunidos, incluyendo a Azazel.
-Buen trabajo. Lo habéis hecho muy bien.
-Si. Pero tú no has hecho nada, gandul. – se quejó Gajeel.
-Eso es porque estaba haciendo cosas importantes, idiota.
-¡Quieres pelea, cuervo de segunda!
-¡Te voy a dar la paliza de tu vida, mocoso!
Ambos empezaron a pelear hasta que Levy cogió a Gajeel de la oreja.
-¡Ay! ¡Ay! ¡Enana, duele!
-¡Jajaja! – se descojonaba el caído, hasta que Serafall le dio un buen golpe.
-Debería darte vergüenza, Azazel.
-¡Gen-chan!
-¡Genshirou!
Las siervas Sitri habían corrido hasta la camilla en la que era trasportado Saji. Se había desmayado después de la pelea, pero no había hecho falta que Natsu interviniera.
-Niño. – hablando del Rey de Roma.
-¿Eh? – Natsu se giró para ver al Sun Wukong de primera generación – Ah, ola viejo mono.
-Jajaja, me caes bien niño.
-Y tú también. Es increíble lo que hiciste antes.
-Bueno, vosotros no os quedáis atrás. Además, luchaste sin usar el Boosted Gear. No es la primera vez que veo el poder de un caza dragones. Ah, qué recuerdos.
-¿Ya conociste a alguno?
-Si. En la guerra de los dragones. Participe en ella y luche junto a los dragonslayer.
-Impresionante. Sí que eres viejo.
-Jojojo, puede que sea viejo, niño, pero puedo darte una paliza.
-¡Yosh! ¡Algún día peleare contigo!
-Jojojo, lo estaré esperando, pero para eso aún falta. Ahora que mi misión ha acabado aquí, iré a buscar ese niño idiota de mi familia. Haberse ido con Vali… voy a darles una lección a ambos. Cuídate, dragonslayer Sekiryuutei, dejaremos al Kyuubi aquí.
(En algún lugar del mundo)
El equipo Vali estaba tan tranquilo alrededor de una hoguera hasta que Vali y Bikou sintieron un escalofrió.
-Tengo la sensación de que alguien quiere hacernos sufrir. – dijo temblando Bikou.
-Opino igual. – Vali parecía tranquilo, pero por dentro tenía un poquito de miedo.
(De vuelta con Natsu y demás)
-Entendido.
El Rey Mono subió encima de Yu-Long y se fueron. Al final, todos se fueron a sus habitaciones para dormir. La lucha había sido intensa y mañana sería el último día de viaje. A la mañana siguiente, y con pereza, los magos y demonios fueron a hacer sus últimas cosas en Kioto. Vieron la Torre de Kioto, compraron recuerdos, se echaron fotos, etc. Cuando estuvieron en la estación de trenes, Kunou y Yasaka fueron a despedirlos.
-Sekiryuutei. – lo llamo la niña.
-Solo llámame Natsu, ¿ok?
-Si. Espero que volváis a nuestra ciudad. – se despidió de todos.