17.

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Después de esperar un minuto Lucas se dio media vuelta para irse, dio unos pasos lejos, pero oyó cómo el pasto crujía con unos pasos que iban hacia hacia él. John traía su pantalón de la pijama, unos tenis con las cintas sin amarrar y una sudadera vieja con el logo de Star Wars en un lado. John lo pasó de largo saliendo del patio de la casa, se sentó en la banqueta hacia la calle y Lucas junto a él. El castaño sacó un cigarro y lo encendió.

— ¿Ahora estás con Aaron?

John sacó el humo hacia el frente.

— Sí, somos muy felices, gracias por notarlo.

— No fue eso lo que noté.

— Como sea, él me quiere y no tiene miedo de demostrarlo.

Lucas sintió como un puñal se le clavaba en el pecho. A pesar de eso le agarró la mano entrelazando sus dedos.

— Ya no quiero verte fumar.

John sacó de nuevo el humo dejando caer su mano con el cigarro a un lado y lo miró a los ojos un largo rato, luego a sus manos juntas. Sintió como si fuera a quitarla pero dudó un rato. Se quedó ahí. Mirándolo a los ojos hasta que habló.

— ¿Por qué te fuiste de la fiesta?

Maldito Aaron.

— Me mandó a golpear. Y esos mismos chicos me dejaron tirado en la puerta de mi casa. Me dijo que si me acercaba a ti lo volvería a hacer.

— ¿Por eso no me hablaste?

— Siempre que intentaba acercarme a escondidas había algún amigo suyo contigo. Lo intenté muchas veces, créeme, pero solo por mirarte recibía amenazas y golpes.

John le apretó la mano.

— No tienes ni idea de lo difícil que es que no te permitan ni mirar lo más bello del mundo.

John se rió sin gracia y aplastó el cigarro contra la acera.

— No soy lo más bello del mundo. Soy nada.

Lucas se pegó más a él, ladeó la cabeza como un pájaro y le sonrió con cariño.

— No digas eso. Puede que Aaron te haga sentir como si fueras nada pero yo sé que no es así.

Acunó su mejilla fría en su mano cálida y pudo ver como sus ojos se llenaban de lagrimas. De verdad estaba triste.

— ¿Dios se enojará?— preguntó John en broma.

— No me ha dicho nada, supongo que está bien.

John se inclinó y lo besó. Sentir sus labios de nuevo contra los suyos lo hizo sentir completo, como si acabara de encontrar una parte de él que no sabía que tenía perdida. Las manos de John fueron directo a su cabello y Lucas lo acercó más a él profundizando el beso. Sus bocas se movían acompasadas y torpes y sus corazones latían con fuerza. Se separaron por aire y John se rió.

— Te extraño tanto— dijo el castaño abrazándolo — Solo contigo me siento bien, aunque seas un aburrido.

Lucas se rió correspondiendo el abrazo y escondiendo su cara en la curva de su cuello.

— Aaron no te hace bien, Jeremy y Kevin están preocupados por ti.

— ¿Te contaron, no?

— Sí.

John cerró los ojos y lo apretó más aferrándose a su chamarra.

— Sé que me hace mal, pero me dijo que habías dicho que no me quería volver a porque soy un juguete para todos.

Lucas frunció el ceño y se separó para verlo a los ojos con mirada seria. Una mirada que le quedaba bien.

— Quiero que sepas que no me importa nada más que tú ahora, tu pasado no te define y prometo que jamás vas a volver a sentirte insuficiente. Eres más que suficiente para mi, en realidad eres mucho para mi— lo admiró bajo la luz de la farola de la calle — Estoy tan enamorado de ti que le confesé todo a mi mamá.

— ¡¿Cómo se te ocurre decirle a tu mamá?! ¡¿En qué estabas pensando?!— sus cejas se curvaron entre preocupadas y sorprendidas, lo agarró de los hombros y lo sacudió, como si estuviera en trance haciendo tonterías — Te va a correr de la casa ¿Qué te dijo?

Lucas se rió divertido borrando la mirada severa de sus ojos y cambiándola por una brillante.

— Fue su idea que viviera a buscarte. Dijo que ya lo sospechaba— se encogió de hombros despreocupado.

John se quedó un rato en silencio y luego se abalanzó para besarlo. Orgullo era la palabra que mejor describía lo que sentía en ese momento. Había conocido a un Lucas que tenía miedo de todo, que no sabía nada del mundo. Y ahora estaba frente a uno seguro de sí mismo, que no tenía miedo de lo que sentía y que estaba dispuesto a todo con tal de tener lo que él quería. Había crecido tanto desde que lo conoció y eso lo hacía inmensamente feliz.

Shy BoyWhere stories live. Discover now